Delbonis, nacido en Azul hace 31 años., concedió una entrevista a Télam en la que repasó ese mágico 2016, el de la gesta histórica que recorrió cuatro estaciones, Gdansk, Pesaro, Glasgow y finalmente Croacia, donde se consiguió el histórico título con su triunfo sobre el hércules Ivo Karlovic por 6-3, 6-4 y 6-2 que definió la serie.
«Me sentí el Burruchaga del tenis, el que hizo el gol para vencer el título, pero lo más valioso fue el grupo, humano que construyó (Daniel) Orsanic y permitió vencer la series y los puntos anteriores, que fueron muy importantes para poder conquistar el objetivo«, analizó «Delbo» en la charla con Télam.
El «izquierdo» de Azul confesó que pese a que transcurrió un quinquenio pareciera que fue ayer la final delante Croacia, y como buen futbolero (es fanático de Boca) comparó su triunfo con el gol de Jorge Luis Burruchaga, el tercero de la final del Mundial de México ’86 que la Argentina le ganó a Alemania por 3-2, en otra correr deportiva en el extranjero.
«La Davis era {algo} muy deseado, muy querido por el medio ambiente del tenis y del deporte en general-. Cuando alzamos el trofeo todos juntos para traerlo a casa fue un gran momento, creo que el mejor que nos pasó», admitió el tenista.
El azuleño recuerda cada situación de la final delante los croatas, y aún retumba en sus oídos el estallido de los casi 5.000 hinchas argentinos que hicieron arrebatarse el estadio Arena Zagreb y dejaron en silencio a los croatas cuando se consumó una victoria, histórica que acabó con un siglo de frustraciones y cuatro finales perdidas.
La serie entre argentinos y croatas se definió el 27 de noviembre, con los balcánicos delante 2-1 en el contador y una remontada histórica del tandilense Juan Martín Del Potro para igualar la eliminatoria (le ganó en el botellín set a Marin Cilic tras haber, estado dos sets debajo) para que posteriormente entrara en acto Delbonis.
«Pensaba que la final estaba perdida, recién empecé a creer cuando ‘Delpo’ hizo una ‘Gran Willy’ y se liberó, luego inclinó el partido para su lado, y traté de concentrarme en el mío, el botellín punto, aunque mentalmente era muy difícil hacerlo», confesó Delbonis.
«Cuando comencé a jugar, con Karlovic estaba tranquilo, plantee un partido de fondo, tomé mucha confianza y casi no pasé sobresaltos. Por mi nivel de movilidad lo pongo en el podio de los mejores que jugué durante toda mi carrera», añadió el tenista.
Delbonis, actualmente en el puesto 44 del ranking mundial, instaló su triunfo sobre Karlovic {junto} a otros dos muy significativos que logro en carrera: delante Roger Federer en las semifinales de Hamburgo 2013 y frente a Andy Murray en Indian Wells 2016.
Delbonis lo pasó por encima a Karlovic en sets corridos, rompió el estigma de las finales perdidas (1981, 2006, 2008 y 2011) y disipó los densos nubarrones que habían asomado el día previo cuando la Argentina perdió el dobles y quedó al borde de la derrota.
A la hora de repasar las claves de la conquista, el azuleño no dudó en resaltar la capacidad del capitán Daniel Orsanic y su cuerpo técnico para constreñir estrategias y en lo referido al manejo del grupo,.
«Orsanic sabia jugar, aceptablemente sus cartas, en el sentido de como trataba a cada uno, que todos se sientan importantes y cuando tuvo que tomar decisiones difíciles. Supo escuchar y eso fue esencia, a los tenistas nos gusta que nos escuchen», recordó Delbonis.
El azuleño no jugó la serie de la ronda auténtico en Gdansk con triunfo sobre Polonia, fue la figura en la próximo delante Italia, en Pesaro, con sus triunfos sobre Andreas Seppi y Fabio Fognini que allanaron el pase a semifinales, y luego integró el equipo pero no jugó delante Gran Bretaña en Glasgow.
«Daniel decidió que en Glasgow jugaran ‘Delpo’, Pella y Mayer, me lo explicó y lo entendí, estábamos todos alineados con su idea. Tomó decisiones siempre pensando en el grupo, y eso fue fundamental», añadió en indicación al capitán.
Argentina contó con una formación sólida que quedó definida en semifinales, con Del Potro, Delbonis, Mayer y Pella, quienes luego jugaron la final, mientras que en Polonia habían estado Carlos Berlocq y Renzo Olivo, y en Italia Juan Mónaco.
Pese a que el gran mérito fue para el equipo, Delbonis no ocultó que Del Potro era la gran carta ganadora, con hazañas como ganarle a Murray en su casa cuando era número uno del planeta o revertir un partido increíble frente a Marin Cilic en Zagreb.
«Delpo era nuestro orgulloso de espadas, el que daba el plus. Obviamente que todos los campeones tienen un emblema y él era el nuestro. De entrada entendió que se unía a un equipo que estaba armado, lo tomó muy aceptablemente, se adaptó rápido y posteriormente sabemos todo lo que aportó», elogió «Delbo»
El azuleño, campeón de dos títulos en su carrera, en San Pablo 2014 y Marruecos 2016, se adueñó de la foto del festejo final en Zagreb en una temporada que no olvidará de ningún modo. Después de eso no volvió a jugar, la Davis, quizá porque sabía que no podía conquistar ausencia que supere lo vivido o porque prefirió darle paso a las nuevas generaciones.
Delbonis tuvo muchos altibajos en el circuito y recién mostró un nivel cercano a su mejor lectura este año con tres semifinales, en Santiago, Belgrado y Hamburgo, dos cuartos de final, en los Masters 1000 de Madrid y Roma, y octavos de final en Roland Garros.
«Tuve una gran primera centro de temporada y no encontré los resultados en la segunda. Me siento en condiciones de mejorar el año que viene, sobre todo si mantengo el nivel en polvo de baldosón y ajusto un par de detalles en rápidas», concluyó Delbonis, quien anticipó que seguramente habrá festejo el fin de semana con Orsanic, el subcapitán Mariano Hood (su coetáneo coach), Leo Mayer y posiblemente Del Potro.