Históricos y renovados. 10 hoteles de Andalucía que no te podés perder
Hay un aire a sabor conocido. Las sensaciones llenas de imágenes afines, aunque, a la vez, explotan en color y aromas novedosos. Hay historia escondida en cada rincón del recorrido, pero se trata de una región que está entrando fuertemente en la nueva experiencia viajera con sugerencias para vivir el momento disfrutando de los pequeños (y no tanto) lujos de la vanguardia de diseño. Allá vamos partiendo y llegando de Madrid, pero con escalas por una Andalucía renovada, con aires milennial y de centurias.
Punto de partida

Precalentar motores antes de la partida es una buena idea. Recurrir a un hotel spa es ideal para comenzar la recorrida con la energía adecuada. Situado en un enclave privilegiado entre los céntricos barrios de Chamberí, Tribunal y Chueca, Urso Hotel es un antiguo palacio que integra el carácter señorial de la arquitectura burguesa del Madrid del siglo XX, con la modernidad y el confort posmodernos. El edificio, que en sus orígenes fue sede de la antigua compañía vizcaína Papelera Española, conserva la elegancia neoclásica o los clásicos miradores que soportan el balcón noble. Su historia también se respira en los espacios interiores, con elementos originales como el patio central, las coloridas ventanas, los azulejos decorativos, la biblioteca, los suelos de mármol y las paredes forradas de madera. Como para entrar en clima andaluz, una formidable experiencia de stopover "Hola Madrid" permite subirse a un tren de época para visitar El Escorial como excursión de ida y vuelta.

Al regreso se puede experimentar una nueva idea, con una zambullida modernista en Cool Rooms, un proyecto que se dedica a recrear espacios arquitectónicos abandonados y volverlos a la vida con una mirada absolutamente joven desde el diseño, pero respetuosa de la arquitectura. Espera una majestuosa casa de 1852 en pleno corazón del Barrio de las Letras.
Zoco de Toledo
La primera escala desde Madrid, apenas a una hora y media en auto es Toledo. Un mirador de Castilla-La Mancha sobre una colina icónica. Monumentos medievales árabes, judíos y cristianos encerrados en una antigua muralla.

Con la reminiscencia mora que tanto infunde a la tradición de la ciudad, el Hotel Boutique Adolfo se ubica en el centro de la ciudad, en la plaza de Zocodover, en el barrio antiguo, muy cercano de la Catedral y el Alcázar. Unas maravillosas vistas sobre la plaza del antiguo zoco árabe son inigualables, el único enclavado en la zona. La propuesta de pocas habitaciones (apenas 12) y la calidez del personal, se complementan con un diseño moderno que contrasta fuerte con lo que se ve por la ventana. No se caracteriza por la inmensidad, sino por la conjunción de sitio e inteligencia. Elegancia y refinamiento en uno edificio de más de 100 años, en donde se encontraba el antiguo Café Español. Ha a sido restaurado de modo que la madera de principios del siglo XX combina con materiales como el corcho, la tierra o la cal.
En la casa del juez

Muchas capas sopesa Córdoba, a otro corto trayecto desde Toledo. Fue centro neurálgico en época de la dominación romana y uno de los principales centros islámicos de la Edad Media. Es famosa por la enorme Mezquita que data del año 784 d. C., con un salón de oración con columnas y antiguos mosaicos bizantinos que se convirtió en iglesia católica en 1236.
Allí, en una serie de casas que pertenecieron a las familias Corbacho y Cárcamo, pasando en el siglo XVI a fray Pedro Núñez de Herrera, bailío de Lora, se encuentra el Palacio del Baillío. Ese cargo se reservaba al oficial de justicia de entonces.

El hotel ocupa un gran solar. En su interior se conservan pinturas murales de con episodios de la vida del Gran Capitán y una sala neoárabe. Han hecho un excelente trabajo de renovación, trayendo a la actualizad técnicas y joyas arquitectónicas del pasado como los tapizados de terciopelo, estucos pintados a mano, el aroma de los jardines, techos abovedados o arcos de piedra del antiguo Palacio, pero todas ellas con una arquitectura singular en perfecto equilibrio entre un edifico histórico y el primer hotel de 5 estrellas de la ciudad. Uno puede tener la buena fortuna de que toque el cuarto con pinturas del siglo XVIII como en escenas de El Quijote o del Gran Capitán de Córdoba, una de las más prestigiosas de los Reyes Católicos.
Palacios moros

Con vista al sur, el camino sigue adentrándose en el espíritu árabe. Sevilla emerge como capital de la región con una impronta tan morisca que uno se siente del otro lado del Mediterráneo. A pasos de la tumba de Cristóbal Colón, en el casco antiguo de Barrio Alfalfa, a metros de la Catedral, la original casa Palacio Corral del Rey del siglo XVII ha sido meticulosamente restaurada y convertida en un pequeño hotel boutique de lujo, que ofrece alojamiento elegante con un bar relajado en la azotea. Incluye el patio del atrio, las columnas de mármol romano, los pisos de piedra de Tarifa y los detalles originales de madera tallada. La colección de bellas artes del hotel refleja las cualidades que fueron primordiales en la creación de su entorno: color, luz, competencia y diversidad.
La propiedad guarda un secreto: un cuarto con terraza privada en la azotea con vistas a la Catedral y piscina.

Como si la vida por aquí no fuera otra cosa, uno puede mudarse de palacio. Esta vez a uno del siglo XVIII que fue propiedad de los marqueses de Villapanés y de Torreblanca del Aljarafe y de sus descendientes, quienes lo habitaron hasta principios del siglo XXI. El hotel de hoy lleva su nombre: Palacio Villapanés. Elemento esenciales el patio, que en en este caso está formado por galerías de arcos de medio punto en sus cuatro frentes sobre columnas de mármol, y que cuenta con una vistosa fuente central. En su interior se respira la paz e intimidad. Logra un gran contraste entre la mirada palaciega y el diseño, por ejemplo, por las bañeras diseño del mítico Philippe Starck.

Otro secreto privado se puede elegir en el recorrido. Puerta Catedral rodea las adyacencias de la Catedral con una serie de edificios que ofrecen suites y studios con ambientación nórdica. Dormir a la sombra de la Giralda, dar una clase de guitarra flamenca en el propio apartamento o disfrutar de un masaje con la Catedral de fondo son algunas de las sensaciones que se pueden soñar en un espacio para sentirse como en casa. Luz y paisaje con sólo abrir la ventana o girar la llave.
Deslumbrados por la Alhambra

Recostada sobre Sierra Nevada se despereza otra de las joyas andaluzas. Sevilla se luce ataviada con su famosa fortaleza que incluye palacios reales, patios y piscinas de la dinastía Nazarí, sumados a las fuentes y huertos en los jardines del Generalife. La Alhambra ocupa todo el corazón de la ciudad y su nombre se eleva a hotel en un sitio único que parece extraído del corazón de Marrakesh. La Alhambra Palace fue inaugurado en 1910 por el mismísimo rey Alfonso XIII. El los 80, luego de diferentes avatares, los herederos del Duque de San Pedro de Galatino, su creador, retoman la gestión del hotel, siendo el hotel de cinco estrellas más antiguo de España, y el único que conserva los mismos propietarios durante sus 109 años de historia. Su presencia es tan rotunda que domina las alturas en un enclave de mixturas árabes y el intenso anaranjado de su fachada.
Las habitaciones logran un sereno equilibrio entre su historia y su afán de proyección. Son impagables las vistas y el serpenteante sendero de apenas cinco minutos a pie para incursionar el el monumento de la ciudad.
Tapeo debate
Antes de partir volver a Madrid, una nueva propuesta de stopover en la ciudad idea de Iberia permite subirse a algunas experiencias. Hablando de reinvenciones que no se pueden perder, una de ellas se encuentra disponible en esa opción. Se trata de El Palacio de los Duques del siglo XIX. Cuenta con una ubicación privilegiada en el Madrid de los Austrias, al lado del Palacio Real, el Teatro Real y la Catedral de la Almudena. Las obras "2 de mayo en Madrid" de Goya y "Las Meninas" de Velázquez, fueron fuente de inspiración en el diseño del hotel y elemento conductor de todas sus estancias.
Tras su fachada isabelina, conjuga el esplendor de otros tiempos con una delicada sensibilidad contemporánea. Ubicado sobre el que fuera el Convento más importante de Europa del siglo XIII, el de Santo Domingo, mantiene el carácter y la elegancia de la estructura original de la residencia de los Duques de Granada de Ega, así como un espectacular jardín histórico.
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A 400 metros de la Plaza de Colón y a poco más de 1 km del Parque del Retiro, el Relax y Chateau Orfila invita a descubrir rincones secretos, disfrutar de los cuadros del Museo del Prado, conocer los restaurantes de tapas o simplemente pasear por sus calles. Es el único hotel de la ciudad donde cada habitación es diferente en cuanto a su arquitectura y a su decoración, aunque respetando los orígenes del siglo XIX. Aún cuando las estancias son grandes, hay cierto toque hogareño palaciego en sus cuartos, sobre todo en las bohardillas que son simpáticas y aportan a la idea de tener el propio piso con vistas.
Por: Flavia Tomaello ADEMÁS
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Fuente de la noticia (La Nacion)