Al menos diez libaneses murieron producto de un ataque del ejército israelí, que volvió a bombardear Beirut en plena escalada regional contra Hezbolá. Se trata del quinto ataque en lo que va del mes, que ya provocaron más de 500 muertos, incluidos niños y mujeres.
El gobierno de Israel aseguró haber realizado un «ataque selectivo» en la ciudad libanesa, pero no ofreció más detalles. Lo admitió a pesar de las alertas de Naciones Unidas (ONU), que advirtió que los ataques podrían “constituir crímenes de guerra”.
Lo que hasta ahora fue confirmado es que el bombardeo israelí estuvo dirigido contra un edificio de seis plantas en la zona de Ghobeiry, que forma parte del Dahye. Equipos de la Defensa Civil desplegados en las zonas adyacentes al Dahye, en los suburbios de la capital libanesa, salieron inmediatamente hacia la zona del ataque.
La escalada israelí
Israel ya atacó ayer los suburbios del sur de Beirut, bastión del grupo chiíta Hezbolá, para tratar de matar al comandante Ali Karaki, quien según el grupo libanés salió ileso y fue después trasladado a una zona segura.
El de hoy es el quinto bombardeo israelí contra la capital libanesa en lo que va de un mes en el que el grupo de Irán comenzó a lanzar ataques contra el norte de Israel en solidaridad con las milicias palestinas de la Franja de Gaza.
En enero, las fuerzas israelíes mataron al entonces número dos de la oficina política de Hamás, Saleh al Arouri; en julio, al jefe militar de Hizbulá, Fuad Shukr; el pasado viernes a Ibrahim Akil, comandante de la Fuerza Radwan de Hizbulá, además de varios altos cargos del grupo. Y ayer intentaron acabar con Karaki, sin éxito.
El intenso fuego cruzado alcanzó niveles sin precedentes en los últimos días. Sobre todo después de que Israel comenzase una campaña de bombardeos contra el sur y el este del país en los que murieron más de 500 personas y 1.800 resultaron heridas, según las autoridades libanesas.
El país acusa al grupo chiíta (igual que hace con Hamás en la Franja de Gaza) de utilizar casas de civiles para almacenar armamento, y defiende que su ofensiva de los últimos días busca «degradar» las capacidades de Hezbolá para atacar a Israel.