Hezbolá lanzó este domingo «150 cohetes, misiles de crucero y drones» hacia el norte de Israel. Según el gobierno de Benjamín Netanyahu, la mayoría de los lanzamientos fueron interceptados, salvo «un pequeño número» que impactó en territorio de Israel junto a fragmentos de intercepciones.
Tras el ataque de Hezbolá, el Ejército israelí anunció que sigue atacando objetivos en El Líbano. «Los ataques continuarán y se intensificarán», avisaron las fuerzas israelíes en un comunicado.
El grupo libanés proiraní reivindicó los ataques de este domingo contra el distrito de Haifa, a unos 50 kilómetros de la frontera. Según dijo, estaban dirigidos contra una fábrica de armamento israelí y una base militar.
Varios proyectiles impactaron y causaron daños en Kiryat Bialik, Tsur Shalom y Moreshet, provocando incendios y daños en varias viviendas sin causar víctimas.
Al menos dos personas resultaron heridas leves y una se encuentra en estado grave tras recibir impactos de metralla, informó el servicio de emergencias israelí Magen David Adom (MDA).
El portavoz para la prensa internacional del Ejército israelí, Nadav Shoshani, lamentó lo ocurrido y recordó que unas 60.000 personas siguen fuera de sus casas en el norte desde octubre, lo que calificó de «intolerable».
«Hezbolá es responsable de la situación en la que estamos. Ellos empezaron esto, sin provocación, el 8 de octubre», aseguró el portavoz, en referencia a la ofensiva iniciada ese día por la milicia chií en solidaridad por la guerra en Gaza.
El grupo libanés, aliado de Irán, reivindicó los ataques como parte de su «respuesta inicial» a las explosiones de miles de dispositivos de comunicación entre las filas de Hezbolá hace días, atribuidas a Israel, y que dejaron más de 30 combatientes muertos.
Hasta la madrugada, Israel bombardeó 290 «objetivos» en el sur del Líbano, incluidos miles de barriles lanzadores de cohetes e infraestructura militar, según un comunicado castrense.
Israel intensificó sus ataques contra el grupo libanés esta semana, con la muerte de al menos a 17 combatientes, incluidos dos comandantes, en un bombardeo en Beirut en el que también perdieron la vida tres menores y siete mujeres, según las autoridades libanesas.
La situación hace temer el estallido de una guerra abierta en la región, pese a que Hezbolá ha avisado de que no quiere entrar en un conflicto a gran escala y que sus ataques contra el norte de Israel cesarían de lograrse un acuerdo de alto el fuego en Gaza.