En una industria donde la necesidad de seguridad es cada vez más crítica, el mercado de monitoreo de alarmas se enfrenta a una encrucijada. Con costos tecnológicos en aumento y un crecimiento de demanda limitado, el sector debe replantear sus estrategias. La diversificación y un enfoque renovado en la prevención podrían ser clave para el éxito en un entorno económico desafiante y en constante transformación.
El mercado latinoamericano de las tecnologías de seguridad experimenta un crecimiento impulsado por la adopción de los nuevos desarrollos y las tasas crecientes de criminalidad en la región que impulsan la demanda de sistemas electrónicos.
Tanto el sector público como el privado invierten en sistemas de vigilancia para mejorar la seguridad pública. A pesar de los desafíos que plantean las preocupaciones sobre el almacenamiento de video, la protección y la privacidad de los datos, el mercado se expande con inversiones importantes en soluciones de seguridad electrónica.
Pese a los obstáculos de los últimos años, el sector de monitoreo de alarmas intenta innovar para ofrecer un servicio diferencial centrado en la calidad y la adaptación tecnológica; y si bien el crecimiento del monitoreo de alarmas exhibió estabilidad y estancamiento en los últimos 10 años, es importante recordar los hitos que marcaron la última década.
El primer punto de inflexión significativo se dio hace aproximadamente ocho años con la integración de aplicaciones móviles en el negocio. Aunque esta innovación fue recibida al inicio con cierta resistencia por parte de algunos operadores tradicionales, se demostró que las preocupaciones eran infundadas.
En lugar de debilitar el negocio, las aplicaciones móviles fortalecieron la propuesta de valor, al brindar a los usuarios finales el acceso en tiempo real a sus sistemas de seguridad, con una mejora notable de su experiencia y la capacidad de respuesta ante incidentes.
¿Cómo impacta la economía en el mercado de monitoreo de alarmas?
Con el tiempo, las empresas de monitoreo comprendieron la importancia de adaptarse a los cambios tecnológicos y responder a las nuevas demandas de sus clientes. Las alarmas conectadas a Internet transformaron la industria y permitieron a las empresas fortalecer su relación con los clientes y explorar nuevas oportunidades de crecimiento.
Aunque la adaptación a estas tecnologías no fue inmediata, el avance tecnológico y los cambios en el comportamiento de consumo aceleraron la evolución del sector, pero aún queda mucho por hacer, porque existen lamentablemente empresas que aun instalan alarmas sin aplicaciones.
El segundo punto de inflexión que enfrenta el sector de monitoreo de alarmas es un desafío profundo, marcado por una crisis de recambio tecnológico que se ve exacerbada por la difícil situación económica, en especial en países como la Argentina.
Las empresas de monitoreo de alarmas afrontan desafíos financieros y tecnológicos. Uno de los principales es el aumento significativo en el costo de los componentes electrónicos. Este incremento está impulsado por varios factores, entre ellos la necesidad de mantener servidores robustos capaces de gestionar el creciente tráfico de datos generado por las aplicaciones móviles y los sistemas de monitoreo en tiempo real.
Estos servidores requieren tecnologías avanzadas y una infraestructura de soporte más sofisticada, lo que aumenta de manera significativa los costos operativos. Además, la inflación global en el precio de los microprocesadores y otros componentes esenciales ha llevado a un aumento en los costos de producción de los dispositivos de seguridad.
Según datos de la consultora Mordor Intelligence, el costo de los productos de la industria de la seguridad se duplicó en las últimas dos décadas. Este aumento se debe en parte a la incorporación obligada de tecnologías de comunicación más avanzadas, como los comunicadores de doble vía, que son esenciales para garantizar la eficacia y la confiabilidad de los sistemas de seguridad modernos.
Diego Madeo
¿Cuáles son los desafíos que enfrenta el monitoreo de alarmas?
Hace diez años, una alarma típica se basaba en un comunicador sencillo y económico que utilizaba la línea telefónica para transmitir señales al centro de monitoreo. Hoy el costo de las soluciones de seguridad aumenta de forma significativa debido a la necesidad de integrar conectividad WiFi y de datos móviles, lo cual requiere un desarrollo más avanzado y componentes adicionales para garantizar una comunicación constante y segura.
Estas tecnologías mejoran la funcionalidad de los sistemas, pero representan una inversión significativa que muchas empresas deben asumir para mantenerse competitivas en un mercado que exige cada vez más conectividad y respuestas rápidas.
El resultado es que las empresas de monitoreo deben equilibrar de manera cuidadosa la inversión en nuevas tecnologías con la necesidad de mantener precios competitivos en un entorno económico que no siempre es favorable.
Este desafío se ve aún más complicado por la presión que ejercen las multinacionales, porque al operar a gran escala pueden permitirse ofrecer precios más bajos, forzando a las empresas locales a reducir sus márgenes de ganancia o a buscar formas innovadoras de añadir valor a sus servicios para atraer y retener clientes.
El gran interrogante que enfrenta la industria es determinar cuándo veremos un crecimiento exponencial en el mercado de alarmas, un sector que, en términos de consumo, sigue siendo en gran medida intangible y solo despierta interés cuando ocurre un incidente que genera la necesidad de instalar un sistema de seguridad. Incluso la introducción del automonitoreo, que permitía a los usuarios gestionar su propia seguridad, no logró impulsar un aumento significativo en la demanda.
(*) Director ejecutivo de Garnet Technology.