Villa La Punta, un destino alternativo con paisajes para relajarse y desenchufarse
Un exuberante paisaje verde, pintorescas serranías y un clima agradable le dan un marco de encanto a Villa La Punta, un pequeño pueblo que está ubicado en la ladera oriental de las sierras de Guasayán, departamento Choya, a unos 92 Kilómetros de la Capital de Santiago del Estero.
La belleza natural y la tranquilidad del lugar, el cual se llega por la ruta Nacional 64, lo posiciona en un destino turístico alternativo que «si o si hay que conocer, pasar un fin de semana, dos noches, la recomiendo para aquellos que quieran relajarse, desenchufarse y tomar contacto con la naturaleza», dijo a Télam, el subsecretario de Turismo de la Provincia, Nelson Bravo.
«Villa La Punta es un destino alternativo dentro de los atractivos que tiene nuestra provincia, que tiene la particularidad de estar ubicado en una zona de serranía», remarcó Bravo.
En ese sentido dijo que el «atractivo principal es el paisaje, que es muy particular», además remarcó que «la tranquilidad y la naturaleza» son cosas que «muchos buscamos sobre todo después de la Pandemia, vinculado a lugares abiertos».
«Es ideal para aquellos que quieren descansar un poco de lo que es el día a día, de la rutina y también pasarla en familia», expresó.
Las sierras en esta zona del oeste de la provincia tienen una extensión de 75 kilómetros, y los especialistas indican que su historia geológica es muy antigua, tal es así que sostienen que los recursos culturales están conformados por yacimientos arqueológicos que demuestran que las tierras estuvieron pobladas desde tiempo prehispánicos, seguramente sustentadas en las vertientes de agua que se encuentran en las laderas de los cerros.
Desde el área de turismo explican que las quebradas próximas a la Villa, son la Quebrada de La Chilca, Quebrada de Calapuchín, Quebrada de Pérez y Pozo de Leiva.
La Quebrada de La Chilca, explican, es un lugar conocido como «la piedra que llora» a raíz de una vertiente que brota bajo una piedra de considerables dimensiones.
Actividades como el senderismo y el mountain bike son unas de las principales para llevar a cabo en las sierras, y un paseo interesante para realizar, hasta incluso en familia, es el ascender el sendero que lleva al Cerro de La Cruz, el cual tiene las paradas de un Vía Crucis, sitio donde en Semana Santa los pobladores ascienden con antorchas el cerro rememorando los pasos de Jesús hasta el Calvario.
Villa La Punta cuenta con una hostería muy pintoresca revestida de piedras, ubicada al pie del cerro, con capacidad para unas 40 personas aproximadamente, con servicios básicos y una pileta para refrescarse.
Federico Mendoza, encargado de la hostería, comentó a Télam que «Villa La Punta está siendo considerado por los turistas santiagueños, pero también de provincias vecinas como Salta, Tucumán, La Rioja, Santa Fe, Córdoba y Catamarca, como un punto importante para el atractivo turístico».
Mendoza señala que los turistas que llegan destacan «la naturaleza del lugar, ya que el pueblo ha sido favorecido por su entorno natural cuyas sierras y vegetación marcan un paisaje sumamente particular y agradable».
Además, señaló que «en segundo lugar, y no menos importante, debemos mencionar el trato de los vecinos de un pueblo sumamente chico y tranquilo alejado de los vicios de las grandes ciudades».
«Es un lugar donde todos los vecinos y las organizaciones se conocen y trabajan mancomunadamente para ofrecer el mejor servicio al turista», agregó.
«Es un lugar donde todos los vecinos y las organizaciones se conocen y trabajan mancomunadamente para ofrecer el mejor servicio al turista»Federico Mendoza
A la vez sostiene que «Villa La Punta, aunque parezca raro, después de la pandemia se volvió una referencia turística para distintos deportes, tal es así que durante el año 2023 se desarrollaron tres maratones trail, dos carreras de Mountain bike tradiciones, la vuelta del rally provincial luego de 25 años, y todos los fines de semana se ven deportistas realizando caminatas y trekking».
Los turistas además de poder realizar diferentes paseos por la Villa y los cerros, con senderismo, mountain bike y trekking, en la hostería también se ofrecen bicicletas para paseos, y con reservas anteriormente realizadas, las cabalgatas.
«Tenemos un ambiente sumamente familiar y agradable», puntualizó, y enfatizó que la Villa «está siendo reconocida por su valor natural y humano, un lugar para disfrutar del descanso y la tranquilidad acompañados de la familia, los amigos o en pareja».
Sin dudas «es una alternativa interesante», sostuvo Nelson Bravo, quien además destacó que tanto es es así «que está incluida dentro del circuito de Conociendo mi Provincia», un programa provincial con el cual estudiantes de toda nuestra provincia visitan y conocen los lugares turísticos, emblemáticos e históricos de Santiago».
El pueblito está construido alrededor de la plaza 27 de Abril, con casas bajas y también se observan algunas construcciones antiguas, además de la parroquia del lugar, levantada en homenaje a la Virgen del Carmen, patrona de la Villa, construida en piedra en 1860, pero luego reemplazada por un nuevo templo en el año 1944.
En la plaza se encuentra una escultura de Diego de Rojas, conquistador español, quien según explico a Télam el historiador Esteban Brizuela, «en 1543, en una expedición, termina de modo trágico con una flecha envenenada» por indios en Maquijata a unos 10 Kilómetros al norte de la Villa.
Brizuela dijo que Alem Lescano, en su libro de historia de Santiago del Estero, hace referencia a este hecho, en donde escribió: «A más del calor y la sed tuvieron que vérselas con los indios decididos a la guerra y uno de esos encuentros fue fatal para don Diego que resultó herido por un flechazo en la pierna y en pocos días murió víctima de horribles dolores a causa de un misterioso veneno usado por los indios en Maquijata».
«La figura de Diego de Rojas se enmarca dentro del proceso fundacional de Santiago del Estero», explicó, y agregó que en ese sentido, «no podemos hablar de un solo fundador, por eso hay un consenso sobre un proceso fundacional, con la figura de Diego de Rojas y Juan Núñez del Prado y Francisco de Aguirre».
Turismo aventura y deportivo
Villa La Punta, por sus serranías, es un punto de referencia para distintos deportes, en donde se llevan a cabo, cada año, maratones trail, carreras de Mountain bike, rally, y además muchos aventureros y deportistas concurren para realizar bicicleta de montaña, caminatas, treking y senderismo, entre otros.
Brian Suárez Gill, tiene 17 años, vive en Villa La Punta y desde los 6 años es ciclista de montaña que compite en diferentes torneos, y en diálogo con Télam dijo que «desde hace mucho tiempo se practica el mountain bike aquí, en donde se han ido formando los circuitos y también usamos los senderos naturales que los hemos ido desarrollando con los biker durante los años».
«Desde entontes hay competencias, tanto regionales como nacionales, y hay una denominada ´La vuelta de Maquijata, a la cual vienen de todas las provincias e involucra una vuelta de 70 kilómetros, que es un rally ya que pasas por los cerros y ripio», detalló.
Brian destaca que «estos cerros se diferencian mucho de otros, porque tienen mucha dificultad, incluso a veces más que los circuitos de carreras nacionales», ya que es «un terreno con más dificultad, por lo que necesitas mucha técnica y eso a los biker nos gusta mucho».
El ciclista detalla que a la Villa llegan, fines de semana, muchos a practicar en los cerros, de todas las edades, desde niños de 3 años hasta 70 años. «Suben en el Cerro de la Cruz, luego van por el sendero, y además pueden ir por el circuito que es de 6 kilómetros más o menos, el cual involucra tres cerros».
Por último, invitó a todos los que quieran aventurarse y a los ciclistas a visitar la Villa y subir a los cerros, eso sí, dijo, «tengan mucho cuidado con las piedras», pero a los que compiten les remarcó: «Les va a servir un montón estos cerros para practicar».
Más allá de las competencias y los ciclistas profesionales, los cerros de Villa La Punta, son ideales para caminarlos en familia, disfrutar del aire fresco y de la vegetación típica del norte argentino.