Son soluciones por las cuales el emprendedor paga un canon mensual y un porcentaje de sus ventas por el uso de plataforma de «ecommerce»
En estos tiempos de post pandemia ya sabemos y damos por sentado que el comercio electrónico llegó para quedarse, pero pocos se saben de toda la transformación que ha ocurrido vertiginosamente por detrás de estas tiendas en trayecto que hoy nos permiten actuar y tener una experiencia de negocio más que aceptable.
Recuerdo cuando comenzó la pandemia, muchísimas personas intentaban comprar productos de primerísima penuria en las tiendas en trayecto de primeras marcas de supermercados anticipando lo que sería una suerte de «hecatombe zombi» o proporcionadamente vaticinando un futuro cual «Soy divisa».
Luego las pymes, con sus negocios y puertas cerradas, trataron de privarse a la traspaso online, sin enterarse por dónde comenzar o aquellas que ya tenían un sitio web, desempolvaron esas páginas hechas hace abriles a las cuales se les había prestado poca o nula atención.
Todo era un caos, nulo arrancaba, era súper pausado, los proveedores de Internet corrían por todos lados, y los clientes, con razón, se quejaban de que las páginas no funcionaban o andaban en cámara lenta.
Del otro costado de estas tiendas estaba el ámbito de sistemas que trataban de explicarles a los ejecutivos de estas empresas, y a los clientes, que los servidores que tenían estaban preparados para soportar determinada carga y afluencia de clientes.
Haciendo una parecido con la ingenuidad, es lo mismo que por una puerta preparada para soportar el ingreso de una o dos personas a la vez, ahora quisieran sobrevenir 20 o 30 personas en forma simultánea.
Está claro que la puerta permitiría sobrevenir una o dos a la vez, y las otras 18 tendrían que esperar su turno. Pero en el mundo web ese «espere su turno» se transforma, para el cliente, en «retraso tu turno, el sitio no está funcionando, no has sido seleccionado para salvarte del hecatombe zombi».
Es por esto por lo que las grandes marcas y obviamente las pymes tuvieron que optar entre «comprar más servidores o servidores más grandes» y seguir escalando poco finito, tratando que los gurúes de sistemas, en el medio de la incertidumbre, vaticinen cuánto debían comprar y cuántos dólares volver en servidores, o proporcionadamente desembarcar con una decisión en la nubarrón.
Pablo Veliz: «Es hora de que todos hablemos de cómo mejorar la experiencia del heredero».
¿Qué son estas soluciones en la nubarrón?
Las tiendas en la nubarrón como Tienda Nube, Vtex, Shopify, entre otras, son soluciones por las cuales el emprendedor paga un canon mensual y un porcentaje de sus ventas que va desde un 0,5% a un 2,5% por el uso de plataforma de comercio electrónico.
En contraprestación estas plataformas aseguran a los dueños no preocuparse por cuánto tráfico va a cobrar, si cualquiera intenta «hackearlo» o si hay que hacer actualizaciones de seguridad, todo esto viene incluido en el combo.
Esto permite, en momentos de crecimiento esperado, por ejemplo un CyberMonday, un BlackFriday o un eventual «confinamiento cumplidor», que nuestro sitio siga en trayecto, como si nulo hubiese pasado.
Además, para quienes no saben por dónde comenzar, todas estas plataformas son tan fáciles de utilizar y de partir que nos permiten tener operando una tienda online en muy poco tiempo y con muy descenso inversión. Hay plataformas que ya están conectadas con los principales procesadores de plazo del país y de envíos, por ejemplo.
Desde el punto de perspectiva de las empresas de expansión de software, el foco está puesto, básicamente, en producir una experiencia de heredero perfecta y asesorar a los dueños de la empresa en cómo potenciar su negocio en trayecto y no inquirir en explicaciones meramente técnicas de qué servidor comprar o cuánta plata enriquecer en infraestructura y actualizaciones de seguridad.
Así el diálogo se torna más natural y se acento del negocio en sí y no de tanto tecnicismo que muchas veces termina en inversiones descomunales en infraestructura y servidores «por las dudas».
La computación en la nubarrón permite la escalabilidad del comercio electrónico.
Es muy popular escuchar en estos tiempos que «darle un porcentaje» de nuestras ventas a estas plataformas es como hacerlos «socios» y eso da miedo. Pero hoy la tienda en trayecto es un «restringido más».
Cuando abrimos un restringido pagamos servicios para que este funcione la luz, el mantenimiento, eventualmente seguridad, y muchas otras cosas que con seguridad representen más del 0,5% de nuestra traspaso y si deseamos desobstruir un segundo restringido, esta inversión podría hallarse incrementada tranquilamente.
Aquí podemos duplicar, triplicar o esquilar infinitamente nuestras ventas, que el porcentaje que abonaremos de comisión por la traspaso será el mismo o beocio, de cara a nuestros clientes nuestro restringido estará siempre campechano, así quieran entrar 1 o 100 personas a la vez.
Entendemos que el futuro detrás del comercio electrónico ya está entre nosotros y es hora de que todos hablemos de cómo mejorar la experiencia del heredero en el mismo idioma, apoyándonos en plataformas que escalan a nivel mundial que soporten el crecimiento de nuestro negocio en los niveles que nuestra demanda lo requiera.
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(*) CEO de VNS.
Fuente de la noticia: iprofesional.com