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Irán, Rusia y Turquía piden un cese de fuego 

Los dos principales aliados del Gobierno sirio, Irán y Rusia, y el mayor respaldo de la oposición armada al presidente Bachar al Asad, Turquía, acercaron posturas este sábado para pedir un cese de hostilidades en medio de la ofensiva de los rebeldes islamistas e iniciar un diálogo que ponga fin a la guerra en Siria. Mientras tanto, los insurgentes reivindicaron la toma de las capitales de Deraa, Al Suweida y Quneitra e indicaron que continuarán hacia Damasco, el objetivo final en su ofensiva contra el gobierno sirio.

«Debe continuar el diálogo»

El Foro de Doha fue el escenario de la primera toma de contacto entre los ministros de Exteriores de Irán, Rusia y Turquía, las tres potencias garantes del alto el fuego en Siria y que forman parte del denominado Formato de Astaná, un mecanismo establecido en 2017 para encontrar una solución a la guerra en el país árabe. «Confirmamos firmemente nuestro llamado a respetar la integridad territorial y la soberanía de Siria. Llamamos al inmediato cese de las acciones bélicas y al comienzo del diálogo entre el Gobierno y las fuerzas opositoras legales», dijo el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, durante su intervención en el foro.

El pasado 27 de noviembre, una coalición insurgente liderada por el Organismo de Liberación del Levante (heredera de la exfilial siria de Al Qaeda) inició una ofensiva contra el gobierno del presidente sirio, Bachar al Asad, y en poco más de una semana, han controlado las ciudades de Alepo y Hama, ambas capitales provinciales. Ahora se encuentran a las puertas de la ciudad de Homs, en el centro de Siria, y en caso de que la controlen aislarían aún más a Damasco, dado que cortaría la conexión terrestre con la costa mediterránea.

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Esta nueva crisis hizo saltar todas las alarmas en Medio Oriente, algo que está quedando patente este fin de semana en Doha, donde gran parte de las discusiones y entrevistas giran alrededor de la delicada situación que atraviesa Siria y el incierto futuro de Al Asad.

En Doha, el ministro iraní de Exteriores, Abás Araqchi, también insistió en que hubo un consenso entre todos los participantes en que el conflicto debe terminar inmediatamente. «Debe respetarse la integridad territorial de Siria y, lo más importante, debe continuar el diálogo político entre el Gobierno sirio y los grupos legítimos de oposición», señaló.

En medio de las reuniones entre los jefes de la diplomacia de Irán, Turquía y Rusia, el presidente turco, el islamista Recep Tayyip Erdogan, también hizo un llamamiento a todos los bandos implicados en el conflicto de Siria, así como a organismos internacionales, a proteger la unidad territorial del país árabe. «Lo mejor para nuestra región será que todos los actores que tengan responsabilidades, todos los organismos internacionales, respalden la protección de la integridad territorial de Siria», dijo Erdogan durante un discurso ante su partido en la ciudad turca de Gaziantep.

El avance islamista

Respecto a la situación en el campo de batalla, la coalición insurgente anunció haber asegurado el control de las capitales de Deraa, Al Suweida y Quneitra, lo que consolida su dominio sobre el sur de Siria. Según el portavoz militar de la coalición, Hasan Abdelghani, estas áreas están completamente liberadas de las fuerzas del gobierno de Bachar al Asad. La recuperación de Deraa tiene un simbolismo especial al ser la cuna de las revueltas contra Al Asad en 2011, mientras que el control de Quneitra es estratégico por su cercanía a los Altos del Golán, ocupados por Israel. Los insurgentes avanzan hacia Damasco, objetivo final de la ofensiva y donde permanece Al Asad.

Al menos 20 civiles murieron el viernes, entre ellos cinco niños, en ataques lanzados por Siria y su aliada Rusia contra la periferia de la ciudad de Homs. Entre los fallecidos hay cinco miembros de una misma familia como resultado del intenso bombardeo con misiles de las fuerzas del régimen que tenían como objetivo la población de Al Dar al Kabira, en la afueras de Homs, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

De acuerdo al recuento del observatorio más de 800 personas, entre ellas más de 100 civiles, murieron desde el inicio de la ofensiva el pasado 27 de noviembre. A estas cifras hay que sumarle que la ONU informó en uno de sus últimos balances que el número de desplazados internos en el país ascendió a 370 mil personas.

Las tropas sirias

El Ejército sirio, por su parte, indicó este sábado que sus unidades que operan en las periferias de Hama y Homs están realizando intensos disparos de artillería y misiles contra posiciones y líneas de suministro de los rebeldes, logrando impactos directos entre ellos, según la agencia oficial de noticias siria, SANA. «La aviación de guerra conjunta sirio-rusos también llevaron a cabo ataques contra concentraciones de terroristas en el noreste de Homs, eliminando a decenas de ellos, y destruyendo sus vehículos y equipos», añadió.

En paralelo, más de mil soldados sirios, incluidos oficiales, cruzaron a Irak en medio de la ofensiva insurgente que enfrenta el gobierno de Bachar al Asad. Según una fuente militar iraquí, los soldados permanecerán temporalmente en Irak mientras se coordina su regreso a Siria. La agencia oficial INA confirmó que recibieron atención adecuada, aunque no se aclaró si ingresaron heridos o como desertores.

El ministro de Exteriores iraquí, Fuad Husein, aseguró que su país no permitirá convertirse en un campo de batalla ni tolerará cruces fronterizos no autorizados, en respuesta a informes sobre milicianos proiraníes que habrían ingresado a Siria para apoyar al régimen de Al Asad.

Fuente: Pagina12

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