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Escándalo en el Parlasur: Alfredo Olmedo puso patovicas en el recinto y causó el rechazo de delegaciones 

El inefable salteño Alfredo Olmedo dejó a la Argentina en medio de un bochorno regional que lo dejó al borde de perder la presidencia del Parlasur. Lo denunciaron intentar quedarse con el control de comisiones y por “extralimitarse” en sus facultades al llenar el recinto de guardias de seguridad privada. Hubo delegaciones de otros países que se retiraron y denunciaron el “atropello” del hombre que hizo de la campera amarilla su marca personal.

El inefable salteño Alfredo Olmedo dejó a la Argentina en medio de un bochorno regional que lo dejó al borde de perder la presidencia del Parlasur. Lo denunciaron intentar quedarse con el control de comisiones y por “extralimitarse” en sus facultades al llenar el recinto de guardias de seguridad privada. Hubo delegaciones de otros países que se retiraron y denunciaron el “atropello” del hombre que hizo de la campera amarilla su marca personal.

Las acusaciones son varias. Como presidente del Parlamento del Mercosur, un puesto que se le delegó por ser un representante del partido de gobierno argentino, Olmedo intentó imponer el “estilo Milei” y tomó decisiones que generaron rotundo rechazo desde todas las representaciones.

Sus escándalos fueron acumulativos y todo estalló el lunes, cuando parte de la delegación de parlamentarios argentinos pidió quitarle la presidencia del organismo que tiene sede en Uruguay.

A través de una nota pidieron “reemplazar la representación argentina en la mesa directiva que ejerce el parlamentario Alfredo Olmedo por la parlamentaria de su misma bancada, la doctora Fabiana Martín”.

En el escrito argumentaron sobre “la pérdida absoluta de confianza” en Olmedo, “la extralimitación en sus facultades” y “la falta de respeto con sus pares nacionales, con quienes no mantiene diálogo por ningún medio”.

Según las denuncias públicas, Olmedo recortó gastos de traslado de los parlamentarios, intervino en la integración de comisiones, quiso tomar el control de un área a cargo de los fondos de funcionamiento del organismo. Y cuando su continuidad en el cargo estuvo a un tris de caerse, silenció a discreción los micrófonos, instaló en el recinto a guardias de seguridad privada y repartió “pulseritas” para las pocas personas que tenían permiso de acceder a esa sesión.

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Hasta diputados bolsonaristas, es decir aliados ideológicos de Javier Milei, pusieron el grito en el cielo. Varios de ellos se retiraron ofendidos. El hecho quedó registrado en videos donde el jefe de la delegación de Brasil encara a los custodios privados: “No voy a permitir que esto ocurra aquí (…) Ustedes no mandan acá”.

La parlamentaria argentina Victoria Donda visibilizó “el show que dio Olmedo” en las redes sociales y lo denunció por intentar “autoasignarse el control de las cuentas bancarias del parlamento y, a través de su secretaria, solicitó a funcionarios de la Secretaría Administrativa la adquisición de varios IPhone para él y los pocos parlamentarios de LLA que todavía lo apoyan”.

“Ante estos actos –prosiguió-, junto a la bancada @progresistas_ps llamamos a encauzar la presidencia de la delegación argentina con alguien que a la altura de las circunstancias.”

Inmediatamente, Donda fue cuestionada por los colaboradores de Milei. La cara más visible de estos fue la de la diputada nacional Lilia Lemoine, a través de su cuenta en la red X criticó a la extitular del Inadi y, sin que corresponda, estuvo presente en esa sesión para apoyar a su socio político.

A pesar de que la remoción en el cargo fue apoyada por radicales y miembros de LLA, la cosplayer acusó al peronismo de intentar “un golpe institucional” contra Olmedo. Y a Donda le dedicó algunos insultos.

Fuente: Pagina12

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