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a qué precio llegará en días, según economista

Con un precio de dólar blue que sigue en constante crecimiento y tocó la cifra record de $386, el economista y docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA) Federico Glustein, analiza a iProfesional que puede pasar con el billete estadounidense en las próximas semanas.

A su entender, el dólar blue puede tocar en el corto plazo los $400, por lo que explica los motivos que sustentan la posibilidad de que alcance este valor.

«No se está evitando a que haya un ajuste fuerte que incrementará todos los problemas sociales», alerta el experto a este medio.

-Los precios del dólar blue y de las referencias financieras se están moviendo más rápido al alza, ¿qué puede ocurrir en el corto plazo?

-El dólar blue redujo su oferta por diversos motivos, uno de ellos es que ahora los turistas extranjeros apelan al pago con tarjeta ya que les reconocen el valor del MEP, por ende, las oscilaciones son más frecuentes y en cantidades más pequeñas. Es que el sistema económico argentino está dolarizado de facto e indexado a costo de reposición, la plaza paralela es muy observada por los agentes que trabajan con bienes importados porque es el único verdaderamente libre que les permite mantener los stocks. Aunque ya se notan los faltantes de productos.

A medida que se empiece a demandar en ese mercado mayor cantidad de divisas, la cotización del blue escalará progresivamente y superará las barreras psicológicas. Un valor de $400 no es descabellado para las próximas semanas. Por otro lado, los anuncios de Economía tuvieron un efecto corto en los dólares financieros, pero ya dio vuelta. Es que la escasez de confianza hace que la divisa libre sea más demandada y, ante un segmento achicado, tiene que ir al alza su precio. Cuando esa confianza falta, los agentes van al dólar, que es mucho más estable que el papel con escaso valor temporal que es el peso, a pesar de la elevada tasa de interés del Banco Central para evitar esa dolarización.

El precio del dólar blue sube y sube, y para el economista Federico Glustein puede tocar en el corto plazo los $400.

-¿Qué visión tiene del escenario económico que estamos viviendo?

-Siendo sincero, no podría decir otra cosa que es una situación pésima. Paso a enumerar: una economía con una inflación del 94%, una pobreza del 40%, crédito interno inexistente y costoso, reservas netas en apenas u$s6 mil millones, restricciones para importar y para producir bienes finales. A ello se suman regulaciones por doquier para obtener subsidios para pagar cada vez más subvaluados los servicios, multiplicidad de tipos de cambio a distinto valor, y una deuda remunerada superior a los 10 billones de pesos, entre otras cuestiones.

Es un contexto donde está todo sostenido por una confianza en una gestión económica que navega en aguas turbulentas tratando de hacer un ajuste del gasto público, pero, a su vez, las erogaciones son cada vez mayores.

Entonces, el dólar soja, nuevas moratorias y el futuro plan electoral no mueven la aguja para solucionar de fondo los extensos problemas de la macroeconomía local. E, incluso, los extienden en el tiempo sin la posibilidad de que, quien de veras se haga cargo de intentar desanudar esta maraña de problemas que hay que resolver, evite un ajuste fuerte que indefectiblemente incrementará todos los problemas sociales que hoy tenemos.

Así, la situación económica no se puede separar de la social, y las recetas que ya fracasaron se vuelven a poner en práctica, pero cada vez más familias quedan debajo de la línea de la pobreza.

La brecha cambiaria se extiende cada vez más entre el dólar oficial y el blue, algo que glustein considera

La brecha cambiaria se extiende cada vez más entre el dólar oficial y el blue, algo que Glustein considera «peligroso».

-La escalada del blue también amplía brecha cambiaria, ¿qué significa eso?

-La brecha cambiaria es peligrosa y muestra la inexistencia de divisas en nuestra economía, por lo que tiene un efecto en la falta de respuesta ante las necesidades de divisas que cuenta el sector productivo, sobre todo aquellos que utilizan bienes intermedios importados.

La brecha es la clara exposición de la no devaluación del valor real del peso en relación con el dólar. Pensemos que el dólar teórico, es decir, el de supuesto equilibrio basado en la cantidad de pesos en plaza y las reservas internacionales, aunque no tenga uso en la macro, es superior a los $400 hoy día. Entonces, si las referencias financieras y las libres se demandan a valores mayores a los $350, es porque hay una percepción que ese es el valor asequible de la moneda extranjera en relación a la local.

Y eso lo observamos en cómo influyen las brechas en la falta de dólares y los mecanismos para «tapar» el sol con la mano. Las autorizaciones de importación SIRA funcionan como un mecanismo de contención, pero desde el sector denuncian que no se aprueban. En concreto, 7 de cada 10 empresas tienen dificultades para el abastecimiento de insumos, la mayoría tiene problemas para financiarse y los dólares propios que se les exige no salen de otro lado que no son los financieros y el blue.

 Todo eso encarece la cadena productiva y repercute tarde o temprano en la inflación. Además, la postergación de pagos en 2022 supero los 7.000 millones de dólares, que es la deuda privada comercial, es decir, hay un endeudamiento con las casas matrices o con los proveedores que es superior a las reservas netas. Por lo visto, no es algo que al Gobierno le inquiete, pero nadie puede trabajar con un stock para tres o cuatro meses, es una incertidumbre total.

-En vista a lo que mencionaba sobre las reservas y al menor ingreso genuino de divisas por la sequía en el campo, ¿se puede cumplir con la acumulación de divisas?

-Las reservas van a tender a bajar porque hay pagos al FMI por u$s680 millones, hay pagos de bonos en dólares, pagos de renta y de intereses, sumado a este anuncio de compra de bonos en dólares por parte del Gobierno por u$s1.000 millones. Si hay suerte con las lluvias, para fines de febrero podría haber buenos ingresos de divisas por el agro. Enero suele haber posición vendedora y con el panorama existente, no va a cambiar el rumbo.

-En los últimos meses la inflación fue menor a lo esperado, ¿qué puede suceder en todo el año?

-Es muy claro que la inflación va a ser mayor a la que pronosticó el Gobierno en el presupuesto, que es del 60%. Enero vino con aumentos del 6% en la primera quincena, por lo que la inercia afecta fuerte el primer semestre. Marzo es un mes caliente en tema precios y superar el 6% va a dejar un piso alto.

Para el economista, la inflación mantiene una inercia alta, con un piso de 6% en algunos meses.

Para el economista, la inflación mantiene una inercia alta, con un piso de 6% para algunos meses.

 Con un gasto electoral para este año, emitiendo para poder hacerse de dólares para pagar los vencimientos y satisfacer la demanda de los importadores, entre otros compromisos, no esperaría una baja en la cifra interanual. Más bien, la situaría en números cercanos al 90% nuevamente, no hay plan antiinflacionario, los ajustes en tarifas van a llegar a pesar de ser menores de los requeridos, que van a echar leña al fuego.

-En cuanto a las perspectivas económicas para los próximos meses, ¿qué considera que puede pasar?

Dólar, inflación, empleo, pobreza, tasa de interés local y exterior y reservas, son parte del paisaje para evaluar la economía que viene. Con lo que dejó el 2022 y cómo viene el 2023, las expectativas son clave. Tenemos que ver qué va a pasar con la sequía, hecho que podría hacer caer los ingresos de dólares de la cosecha en 10.000 millones, que son muy necesarios para sostener el nivel de empleo y la producción en sectores clave.

La emisión monetaria por año electoral ayudará a sostener artificialmente el gasto en sectores bajos y medio bajos, aunque suele ser escasa la ayuda para no perder poder adquisitivo, sobre todo en el sector informal.

Además, habrá que ver qué sucederá en la economía de nuestro principal socio comercial, que es Brasil, y cómo repercutirá la dirección del nuevo gobierno. Incluso, una recesión global podría ser muy perjudicial para nuestra balanza comercial.

 Siendo optimista, la actividad en 2023 podría crecer entre 0,7% y 1%. En síntesis, los dólares se podrían recalentar en los primeros meses del año, la inflación situarse por arriba del 5% mensual y no mejorar el nivel de actividad, ni los ingresos. Por lo que es posible que haya muchas turbulencias en el camino.-

Fuente: iprofesional.com

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