Fue un hombre compenetrado con la cultura latinoamericana

A casi 50 años de su muerte y 90 de su nacimiento, la figura de Dalton se reconstruye en la obra que estrena hoy en El Popular, apoyada en videos alusivos y su voz, recuperada de viejos documentales.
Cincuenta
años se cumplirán el sábado próximo de la muerte de Roque Dalton, el poeta que fue
poeta y mucho más. Que, fruto de controversias fratricidas del Ejército
Revolucionario del Pueblo salvadoreño, en el que militaba, fue condenado a muerte por la
organización guerrillera, acusado de revisionista, indisciplinado, traidor,
pequeño burgués y un montón de cosas más. Noventa años, por su parte, se
cumplirán el miércoles 14 de su nacimiento, ocurrido también en El Salvador. Dos aniversarios redondos que coinciden con la publicación en Argentina de su Antología, vía Ediciones Continente, y la puesta de la obra de Modesto López sobre Dalton, «El turno del ofendido», hoy a las 20.30 en el Teatro El Popular.
Dos
aniversarios redondos, también, que encierran 40 años de una vida intensísima,
entregada a conjugar literatura, humor, trashumancia y compromiso político. Poblada
por cierto de exilios, detenciones, persecuciones y corrimientos que lo
llevaron por México, la Unión Soviética, Chile, Checoslovaquia y especialmente Cuba,
donde desarrolló buena parte de su hacer inquieto, curioso y bastante alejado,
por cierto, de lo que el ERP salvadoreño estaba dispuesto a tolerar.
Modesto López –que es documentalista, pero
también mucho más– le viene siguiendo la huella desde la admiración que tenía
por el vate salvadoreño, dadas las experiencias artísticas y estéticas que
cultivaba durante décadas candentes del siglo pasado. El grupo teatral-musical Siripo,
por caso; su intervención en el guión y la organización del festival Abril en Managua, gran acontecimiento
ocurrido en 1982 que fue disco y documental; o, mucho más acá en el tiempo, la
escritura y dirección de la puesta sobre Dalton, que empezó llamándose «Taberna
y otros lugares» y terminó convirtiéndose en «El turno del ofendido», en
alusión al nombre del poema que Dalton publicó en 1962.
Bajo el nuevo nombre es
que Modesto López la estrenará hoy a las 20.30 en el Teatro El Popular (Chile
2080), con las participaciones de los actores Isabel
Quinteros y Orlando Santos, y las de cantores y músicos como Julio Lacarra, Hernán Tulissi, Martín Castro y Casiana Torres, entre otros, que se harán cargo de «El Unicornio Azul», tema que Silvio Rodríguez compuso
para el homenajeado; «Siempre será el amor», del fundador de la Trova Cubana
Lázaro García, y «Cuando salga la luna»,
canción de Noel Nicola, también dedicada al poeta de El Salvador. «Roque Dalton es de esos seres que, si no existieran, tendríamos que
inventar para hacer más justificadas y esperanzadoras nuestras vidas, porque
fue un hombre compenetrado en la cultura latinoamericana, y al mismo tiempo,
comprometido social y políticamente con su tiempo. Es parte de lo que yo
hubiese querido ser», asegura Modesto López a Página/12.
El espectáculo –que continuará a diario hasta el domingo– conjuga varias de las pasiones del cineasta en torno a Dalton (la poesía, el teatro y la música), apoyadas en la proyección de videos alusivos y en la voz del mismo Dalton, eternizada en viejas películas documentales que López logró rescatar. «Pensé la obra en estas cuatro dimensiones, porque naturalmente se fue dando esta historia que tenía que revelar desde el punto de vista de una realidad que es parte de nuestra historia de lucha de vida y sueños del hombre latinoamericano«, sostiene Modesto, que nació en España, pero su destino trashumante lo llevó por la Argentina y por México, donde desarrolló gran parte de su trayectoria como cineasta y productor discográfico.
«Como toda historia que se quiere contar, van apareciendo situaciones que obligan ¿no? Por ejemplo, decir la poesía, dramatizar la historia que vamos contando como aquella matanza de obreros y campesinos durante el levantamiento de Farabundo Martí. También fue inevitable recurrir a músicos, porque las letras de Roque obligaban a que ciertas cosas tuvieran que cantarse, vinculadas al relato de la historia que contamos. Lo mismo la cuestión audiovisual. Por fortuna, pude recuperar imágenes para que el público pueda ver a Dalton en vivo y en directo, a través de archivos aportados por su familia y grabaciones de su propia voz, que edité yo en 1981.»
El cambio de nombre del espectáculo –desde el original «Taberna y otros lugares» al de «El turno del ofendido», dicho fue– se debe, según Modesto, a que el primero resultaba muy suave, respecto a la situación política, económica y cultural que se vive actualmente en la Argentina, en Ecuador y en otros países de latinoamerica. «Me pregunté si el nombre original era correcto en este contexto político; pensé que no y consulté a Jorge Boccanera, un gran conocedor de la obra de Dalton, a ver qué nombre me sugería para cambiarlo. Él me mandó varios nombres, entre ellos ‘El turno del ofendido’, que terminé eligiendo porque de qué otra forma podría llamarse la obra para presentarla en esta Argentina de hoy, tan a contramano de nuestras luchas y sueños. Nada más adecuado para llamarse así.»