Espectáculos

Julio Chávez : «Esta obra habla de la libertad y las decisiones»

El actor se calza un traje que simula que pesa 227 kilos para interpretar a Charlie, un profesor de literatura que intenta reconectar con su hija Ellie.

El dramaturgo norteamericano Samuel D. Hunter es el autor de la obra teatral The Whale (La ballena), que tuvo su versión cinematográfica, estrenada en 2022 y dirigida por Darren Aronofsky, en la que Brendan Fraser tuvo una actuación descollante que le valió un Oscar. Ahora, La ballena tiene una adaptación teatral local, dirigida por Ricky Pashkus. Narra la historia de Charlie, un profesor de literatura que lucha con su obesidad y su aislamiento, mientras intenta reconectar con su hija Ellie. O más bien, despedirse. Julio Chávez se mete en el cuerpo de este hombre que en sus últimos días intenta recuperar el contacto con su hija. Además de Chávez, el elenco se completa con Laura Oliva, Carolina Kopelioff, Máximo Meyer y Emilia Mazer. «Yo tenía la información de la película, que no había visto y tampoco voy a ver, pero cuando me llegó la propuesta, me llegó como obra de teatro. Así que cuando me invitaron, la única referencia que tenía era la película, pero obviamente me mandaron la obra de teatro y eso fue el material con el que tomé contacto», cuenta el actor que desde esta semana sube de jueves a domingos al escenario de la sala Pablo Picasso del Paseo La Plaza (Corrientes 1660), con un traje para simular que pesa 227 kilos.

«En principio, es una obra de teatro que tiene un hecho lúdico, o si querés llamarlo mágico, de intentar con la ayuda de un traje producir la ilusión ante toda esta circunstancia física tan particular. De manera que ahí tenés que contar con un intento de relator y también contar con la ayuda de los espectadores», señala Chávez, que completa su idea de lo que más le atrajo de la propuesta. «Es un hecho físico que tiene que durar una hora y media de una acción dramática que es mucho más que un hecho físico. O sea, podés construir un rol. El tema es qué cuenta ese rol. Y eso es lo que a mí más me sedujo: el accionar de este hombre, lo que le pasa en estos últimos cuatro días de vida, las decisiones que toma, y que el espectador vea a través de estos cuatro días una vida, la vida de este hombre, la vida de Charlie, las circunstancias por las cuales está como está, las decisiones que toma de no ocuparse de su salud pero sí ocuparse de reparar un vínculo con su hija. Es una obra sobre la libertad y las decisiones de un ser humano de determinar hasta dónde quiere ir, cómo quiere ir, cómo quiere morir y qué quiere hacer», plantea el actor.

-¿Cómo se cuenta el alma de un personaje al que el público lo primero que le va a mirar es el cuerpo?

-Esa es justamente la aventura, la apuesta. En un punto, diría como tenés un traje hermoso, cómo trascendes el traje. Tenés una escenografía increíble, cómo trascendés la escenografía. Incluso más: tenés un nombre teatral, un cierto vínculo con tus espectadores, ¿cómo trascendes ese vínculo para contar una otra cosa? Ahí ya no tiene que ver solamente conmigo sino con un espacio, colegas, compañeros. Esta obra no la cuento solo sino que está contada por mis compañeros y por mí. 

-Se sabe que es una obra que implica un esfuerzo desde lo físico. ¿Desde lo emocional también?

-Tiene una implicancia física, un pedido físico, y también tiene un pedido emocional, pero no es algo que trascienda. Para mí, lo más difícil del material es contar cómo se vinculan los personajes y qué sucede en las situaciones. Eso es lo más importante. La obra tiene, sin lugar a dudas, mucho gancho emotivo. También mucha pretensión emotiva, pero no es donde nosotros ponemos el acento. No le damos más dulce de leche del que tiene. A veces, el dulce de leche tapa todo y ni te das cuenta de lo que estás comiendo. De manera que la intención es que lo que sucede, las circunstancias, lo que los personajes se dicen, lo que los personajes se recuerdan o se reclaman, que eso pase a primer plano. Y más que hechos emocionales fuertes o físicos fuertes, son circunstancias de los vínculos humanos que siempre son tan complicados, en los que muchas veces ningún ser humano quiere hacer daño a otro pero, inevitablemente cuando hay dos personas, una le hace daño a la otra. Y decir, ¿pero por qué? Y qué sé yo, porque no es fácil vivir, no es fácil relacionarse, no es fácil cumplir. Son muchos los pedidos que tenemos como seres sociales. Desde lo religioso a lo económico, a lo afectivo, a lo sexual, a lo educativo, a lo cultural, a lo ideológico. Decis «Uff, ¡tantos pedidos! ¿Cómo se hace para que el boletín esté lleno de suficiente, suficiente, suficiente, suficiente?». Siempre algo dice insuficiente.

-Ya que hablas del tema de los vínculos, el duelo puede llevar a una persona a modificar y a perjudicar su cuerpo, ¿no?

-Sí, por supuesto, está lleno de fenómenos y de casos de personas que transitan el duelo con costos grandes. No hablemos solamente del físico, hablemos de la mente. Hay personas que se vuelven, inclusive, obsesivamente trabajadoras, u obsesivamente miedosas o lo que fuere. Pero más que con un duelo, para mí lo que Charlie tiene es un vínculo excesivo con algunas instituciones muy exigentes, como son la religión, la educación y el sexo. Son tres elementos muy fuertes en Charlie. El ama el hecho de dar clases. Por otro lado, ha establecido un vínculo muy fuerte con una mujer con la que tiene una hija que quería tener. Y de golpe en la vida se le cruza otro ser, en este caso otro tipo, y le da vuelta toda la estantería. No es tan fácil vivir con eso, no es tan fácil saber qué hacer, no es tan sencillo. Y cuando un ser es muy religioso a veces es menos sencillo, porque la religión también es un vínculo que muchos seres humanos establecen con algo en lo que creen. Por eso me parece muy atractiva la obra. Justamente dice que son muchas las instituciones que se ocupan de interpretar la palabra de Dios. Y me gusta mucho porque él no dice «interpretar a Dios», interpretar «la palabra de Dios». O sea, instituciones que se ocupan en traducir. Es muy complejo traducir algo, así como es muy complejo ser un soldado 10 en las instituciones, en cualquier institución. Entonces, me atrae mucho del material el planteo de que la naturaleza humana siempre se escapa a ser entendida en su totalidad. Y que no hay ninguna institución que pueda decir: «Yo voy a comprender la totalidad de la naturaleza humana». Ni la religión ni la política ni la ciencia ni el arte pueden arrogarse la posibilidad de comprender la totalidad de la naturaleza humana. Porque si hay algo que tiene la naturaleza humana es que es infinita, inabarcable y se manifiesta de una manera a veces inentendible.

Chávez como Charlie junto al elenco de La ballena.

-¿Imaginás la vida de este hombre si se hubiera psicoanalizado?

-No lo sé. Para mí tampoco el psicoanálisis es una institución que tenga la respuesta de todo. El psicoanálisis es otra institución importantísima. Yo me analizo, hago psicoanálisis, pero no podría decir el psicoanálisis comprende la totalidad de la experiencia humana. No. El psicoanálisis, como todo espacio importantísimo de estudio, de intento de comprensión, sin lugar a dudas en algún lugar falla. Lo cual no significa que no tenga derecho de hacer su ejercicio. Pero no puede decir que va a comprender toda la naturaleza humana.

-¿El aislamiento social de este hombre es a causa de cómo siente su obesidad o juegan otros factores en eso?

-No, creo que no. Ahí tenés un hecho que, en un punto, la clínica médica o la nutricionista te respondería de una manera, un médico de obesidad mórbida te respondería de otra manera, un religioso te respondería de otra manera, un psicoanalista te respondería de otra manera, un astrólogo te respondería de otra manera. Pero en verdad Charlie es, como todo ser humano, un misterio. Todas esas ciencias podrían tener sus razones, pero aún así es misterioso.

-¿Cómo fue el trabajo de composición del personaje? ¿En qué te basaste?

-Bueno, obviamente hay una situación física que hay que hacerle caso. Son muchos kilos, es un cuerpo muy grande y que además está en una situación que dentro de poco ya no va a poder moverse. De manera que eso es toda una circunstancia que hay que construir: hay que crear la respiración, la dificultad física, el caminar… Ayudado, obviamente, por un traje y una prótesis.

-¿Y cómo fueron los ensayos con la transformación física?

-A veces me cansaba mucho. Tengo un límite de tiempo: no más de tres horas y media. Entonces, a las tres horas y media pedía por favor sacarme el traje. O empezaba a usarlo una hora y media más tarde. Eso llevó a un acostumbramiento. Y después en el escenario, las acciones, empecé a darme cuenta de que el sillón era muy poco ancho o la silla de ruedas se trababa. Empece a tener las dificultades que tenían que ver con ese traje.

-Es un traje de silicona, ¿no?

-Sí, es un traje que está hecho de varias maneras y también tiene rellenos de diferentes cosas para dar diferentes calidades, para que cuando te pones la remera sobre eso y todo aparezcan diferentes calidades de piel, o de musculatura o de colgajos. Esa es toda la situación: subir la escalera, bajar la escalera. Ya una vez que me lo pongo y tengo que subir la escalera al escenario es muy gracioso porque me cuesta enormemente. Pero, bueno, es la circunstancia de esto y también tiene su parte divertida. Es un disfraz.

-¿Qué sentiste la primera vez que te pusiste ese traje? ¿En qué pensaste?

-Me sentí un astronauta (risas). En verdad me sentí como si me hubieran puesto dentro de una cápsula y me hubiese alejado del mundo, de alguna manera, cosa que también me hizo reflexionar y pensar desde mi imaginación cómo será esta situación de estar tan separado del mundo por una situación física como es la morbidez, ¿no? Y me imaginé que, tal vez, hay algo que se te pone a distancia, que ya no es un contacto tan directo, que hay algo que imposibilita. Y también lo tomo en cuenta para la construcción de Charlie. Mis compañeros también lo toman en cuenta: cómo se le habla, si se le habla más despacio. Y como Charlie está en una situación de dificultad respiratoria, eso también produce, a veces, que las personitas no sabés si no están idas, si no se fueron. Entonces , también arma una circunstancia de vinculación. Y todo eso forma parte de lo que se fue construyendo en los ensayos.

-Hablaste del personaje y su ligazón física para construirlo. La pregunta ahora es cómo se construye un personaje desafiante.

-Es un ser decidido. Ha tomado una decisión. Y, en ese sentido, es un ser que cumple con la decisión que tomó. Está haciendo un ejercicio de libertad; la libertad que nos asiste a todos de decidir qué queremos hacer con nuestra vida. Más allá de lo que digan, más allá de lo que se piense, más allá de lo que se cree, los seres humanos toman decisiones. Y Charlie es un hombre que ha tomado una decisión. Y que no cree, como se dice, que lo más importante es vivir. No, para él lo más importante no es vivir. Para él lo más importante es cómo decide morir y qué decide hacer frente a los últimos días de vida.

-Hablaste de las instituciones que atraviesan la vida de Charlie y la de todos. ¿Qué lugar ocupa la religión en la historia?

-Importantísimo. Es una de las instituciones con más importancia que tiene la historia porque, además, es una institución que forma parte de la vida de Charlie. Él viene de ese mundo. Y la pareja de Charlie, el muchachito que se cruzó en su vida, también viene de un mundo muy religioso. Y, en ese sentido, en los seres que tienen un vínculo muy estrecho, no es tan fácil la crítica a la religión como uno cree. La religión es una realidad. Es una construcción del ser humano que es muy importante. Y seres humanos que no son hipócritas frente a la religión, que de verdad creen, tienen fe, y tienen fe en el dogma y en lo que les dicen. Pero a algunos seres humanos se les presentan momentos en los cuales la religión se vuelve un espacio conflictivo. Y es entonces cuando toman decisiones y les pasan cosas. No es tan fácil, de golpe, tirar por la borda los preceptos religiosos que uno tiene, cuando además tienen que ver con hechos sociales, familiares, históricos, cuando uno está atravesado por esa cultura. Entonces, de golpe aparece el pecado, o lo que se llama pecado, lo que se llama «Dios dijo que no». Y hay seres que le hacen caso a lo que dijo Dios y les importa. Y creen que Dios está mirándolos. ¿Y quién es uno para decir que no? ¿Y quién es uno para decir qué? Y esos seres viven, sufren y padecen las reglas de esas instituciones de las cuales forman parte.

Fuente: Pagina12

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