Desde Brasilia
Un influenciador con más de 13 millones de seguidores en las redes sociales que se declara anticomunista y bolsonarista al extremo es el personaje más sonado de la campaña hacia las elecciones municipales de San Pablo. Se llama Pablo Marçal, pertenece a un partido tradicionalmente ligado a candidatos militares o excégetas de la dictadura, el PRTB (Patido Trabalhista Renovador Brasileiro), y en los ultimos días, irrumpió en la campaña a fuerza de golpes bajos.
Llevándose el dedo derecho a la nariz insinuó que el candidato de izquierda, Guilherme Boulos, un dirigente de los trabajadores urbanos sin techo respaldado por el presidente Lula , es consumidor de cocaína. Esto desató una batahola en el estudio de la TV Bandeirantes, donde se realizó e primer debate electoral. Ese tramo de menos de dos minutos del programa fue subido a los perfiles de Marçal y de sus miles de soldados virtuales.
El video se instaló como tendencia en X durante un par de días, y desde entonces Marçal es el personaje del que todos hablan opacando al resto de los postulantes a gobernar esa ciudad-estado de 12 millones de habitantes, población que crece a 18 millones si se considera su región metropolitana.
Días más tarde el influenciador-coach digital-empresario se burló da la candidata a del Partido Socialista Brasileño (PSB), Tabata Amaral, cuyo padre murió debido a su adicción al crack. Ese supuesto ADN, dijo Marçal – que en su prontuario tiene, además de causas por estafa el el haber hecho sanación espiritual de pacientes en shows evangélicos -impediría que la joven Amaral haga frente, sin drogarse, a la presión que supone gobernar San Pablo.
Revés en la justicia
En medio de su crecimiento en las encuestas gracias a su eficaz, tanto como inescrupulosa estrategia en las redes sociales, Marçal sufrió un revés en la justicia que bloqueó sus pefiles en Instagram, TikTok, Youtube, Telegram y Gettr.
Un juez del Tribunal Regional Electoral de San Pablo hizo lugar a una acción promovida por la también candidata a alcaldesa, la socialista Tabata Amaral. Ella acusó al influenciador de abuso de poder económico y uso indebido de medio de comunicación.
Siguiendo la estrategia de Jair Bolsonaro, Donald Trump y otros referentes de la extrema derecha, Marçal comparó la cautelar con la censura. «Esta acción no solo viola los principios democráticos básicos, sino también representa una tentativa de silenciar una voz que resuena en millones de paulistanos», dijo el aspirante a intendente de la mayor ciudad brasileña.
Pero el fallo no logró que desaparezca por completo del ambiente virtual. En cuestión de horas el coach creó una nueva cuenta en Instagram y convocó a sus seguidores para para que lo sigan. «No tengo miedo a la cárcel», afirmó. El domingo pasado, poco después de la entrada en vigor de la cautelar, la «cuenta de reserva» Marçal en Instagram reunía 2,5 millones de seguidores.
La fortaleza de influenciador en las redes no se equipara en la radio y la televisión, ya que su partido , el minúsculo PRTB, no cuenta con tiempo gratuito para hacer campaña en esos medios. Espacio del que sí disponen sus principales rivales, el candidato de izquierda Guilherme Boulos y el alcalde conservador, Ricardo Nunes que busca su reelección. Las campañas en radio y tevé comienzan este viernes, y serán un test para probar si el coach logra mantener su impacto en el electorado.
Encuestas
Una encuesta publicada el 22 de agosto por el instituto Datafolha, mostró a Boulos del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) en primer lugar con el 23 por ciento de las intenciones de voto, seguido por Marçal, del PRTB, con el 21 por ciento mientras que, con el 19 %, se ubicó el actual intendente, Ricardo Nunes, del conservador Movimiento Democrático Brasileño (MDB) a quien apoya Jair Bolsonaro.
En la comparación con otro sondeo de la misma agencia realizado a principio de agosto Boulos se mantuvo estable mientras Marçal saltó del 14 al 19 por ciento, apropiándose de parte de los votantes del intendente en funciones Nunes, en cuyo comité de campaña reina el desconcierto.
Lula ante su primer test
Para Lula las elecciones del 6 de octubre en San Pablo y otras 5,600 ciudades, serán el primer test de su tercer gobierno. Si logra un buen resultado, tendrá el camino allanado para disputar un cuarto mandato en 2026. Sabe que una victoria de su apadrinado Boulos repercutirá nacionalmente en un país tensionado entre la izquierda y la ultraderecha. O, si se prefiera, entre los defensores de la democracia, espacio que abarca fuerzas centristas, y quienes, con Bolsonaro a la cabeza, aún reivindican el golpe de Estado fallido del año pasado.
La votación en San Pablo será » un enfrentamiento directo entre el ex presidente y el actual presidente, entro yo y aquella figura» dijo Lula, que el sábado pasado participó en un acto junto al diputado y psicólogo Boulos. En el evento estuvo la candidata a vice intendenta, la también psicóloga Marta Suplicy, del PT, quien gobernó la ciudad entre 2001 y 2005. Marçal se refirió a Marta como «la vice del esnifador».
Bolsonaro urgido
La situación de Bolsonaro es menos confortable que la de Lula, quien aún sufriendo una derrota en San Pablo y ganando en otras metrópolis, podría mantener en pie su ambición de participar en las presidenciales de 2026, dado que su liderazgo en el PT es incuestionable.
En cambio el capitán retirado necesita casi imperiosamente de un triunfo en San Pablo , es decir que su aliado el intendente Nunes, sea reelecto, para así volver al centro del ring y desde allí presionar a la justicia para que revea las sentencias en su contra y se le restituyan los derechos electorales.
Sucede que el ex gobernante fue condenado a la inelegibilidad hasta 2030 debido a los delitos cometidos durante su gobierno cuando urdió un plan para descalificar al sistema de votación alimentando la sospecha de un fraude en favor del entonces candidato presidencial Lula. Una trama inspirada en la campaña realizada por Donald Trump en Estados Unidos acusando de fraude a Joe Biden. Aquellas fakes news trumpistas movilizaron a los asaltantes del Capitolio en enero de 2021, tanto como las falsedades bolsonaristas acarrearon a los invasores del Palacio del Planalto en enero 2023. De esa militancia ultra que festejó la rebelión en Brasilia era parte el ahora candidato Pablo Marçal.
Marçal y Bolsonaro
A medida que Datafolha y otras encuestadoras confirmaban el crecimiento de su popularidad, Marçal comenzó a tomar distancia de su hacedor Bolsonaro. Esta semana le recomendó al principal referente derechista que no se «curve» ante la partidocracia representada por el candidato a la reelección en San Pablo, Nunes, consejo que al parecer fue bien visto por los votantes más radicales.
Seguidamente dijo respetar la trayectoria del Bolsonaro aclarando que éste ya dejó de ser el «dueño» del campo político derechista. Para el profesor João Cezar de Castro Rocha, que investiga el empoderamiento de la derecha brasileña , si Marçal continua avanzando en los sondeos, estará en condiciones de «terminar con la hegemonía» de Bolsonaro sobre el electorado anti sistema. Y hasta podría proyectarse como eventual candidato presidencial en 2026 cuando, por lo pronto, el militar jubilado está impedido de postularse.
La medalla de Milei
En uno de los videos de alto impacto colgado en las redes Marçal mostró y agradeció la medalla que recibió de Bolsonaro para premiarlo como un hombre sexualmente «infalible». Se trata de la misma presea con que el Bolsonaro galardonó al presidente argentino, Javier Milei, durante la cumbre da la CPAC (Conferencia de la Acción Conservadora) realizada en Balneario Camboriú en julio.
Pero junto a esa expresión de gratitud hacia el «jefe» Bolsonaro Marçal se despachó una vez más contra el clan familiar. Atacando a uno de sus hijos del ex presidente, el concejal Carlos Bolsonaro a quien calificó como un «retardado».