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Cómo serán las casas que la NASA decidió construir en Marte y en la Luna

La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) trabaja en un proyecto que parece salido de una de las historias del escritor de ciencia ficción Ray Bradbury. Pero no es fantasía, está sucediendo realmente: el ser humano podría vivir en otro planeta porque la agencia espacial estadounidense decidió construir casas en Marte y en la Luna, y en esta nota te contamos cómo son.

Cabe destacar que no están pensadas solo para astronautas, exploradores del espacio o científicos, sino también para ciudadanos comunes. Tampoco estamos hablando de un futuro muy lejano: el proyecto ya está en marcha y creen que para el año 2040 los estadounidenses tendrán allí su primera subdivisión en el espacio.

No obstante, algunos miembros de la comunidad científica han considerado que esa fecha es un poco ambiciosa, dado que aún no se ha podido demostrar siquiera la capacidad de realizar un nuevo alunizaje.

Cómo son las casas que la NASA decidió construir en Marte y en la Luna

Las casas que la NASA decidió construir en Marte y en la Luna están pensadas para el ambiente que hay allí. En el caso de satélite terrestre, hay un problema crucial: el polvo. Es tan fino y abrasivo que puede cortar como el vidrio. Se arremolina en penachos nocivos y resulta tóxico cuando se lo inhala.

Ante tal dificultad, Raymond Clinton Jr., subdirector de la oficina de ciencia y tecnología del Centro Marshall de Vuelos Espaciales de la NASA en Alabama, pensó una posibilidad. Si las casas de la Tierra pueden imprimirse en 3D con suelo fabricado a partir de minerales que se encuentran aquí, las casas de la Luna podrían imprimirse a partir del suelo que hay en ella, cuyas temperaturas pueden resultar realmente extremas, y pese a la despiadada combinación de radiación y micrometeoritos, que representa un riesgo tanto para los edificios como para los cuerpos.

Las casas tendrán mobiliario diseñado especialmente para perdurar en las condiciones de Marte y la Luna

Lo que hará la NASA es enviar una impresora 3D a la Luna y construirá las estructuras habitacionales, capa por capa, con un hormigón lunar especial creado a partir de fragmentos de roca, trozos minerales y polvo que se encuentra en la capa superior de la superficie poblada de cráteres.

Desde luego, una casa no sólo se compone de paredes: incluso en el espacio el ser humano necesita una puerta por la que entrar y salir, y una vez dentro, objetos en los que sentarse y dormir y todos los demás accesorios de la vida. La NASA está trabajando con un conjunto de universidades y empresas privadas para crear prototipos de mobiliario espacial y diseño de interiores.

«Dentro de 10 años la tecnología de la construcción podría ser muy diferente, el tipo de robots que utilicemos podría ser muy diferente y la Inteligencia Artificial también. Pero lo que sí podemos hacer ya es idear estrategias de formación para ese futuro», señala Amirhosein Jafari, profesor adjunto de tecnología de la construcción de la Universidad Estatal de Luisiana.

Los socios de la NASA para construir las casas en Marte y la Luna

Para construir las casas en Marte y la Luna, la NASA se ha asociado con ICON, una empresa de tecnología de la construcción con sede en Austin, Texas. Por el momento los planes son poco más que renderizaciones, pero han contado con el aporte de arquitectos tanto del Bjarke Ingels Group como de SEArch+ (Arquitectura de Exploración Espacial) para elaborar conceptos y diseños.

La impresión 3D construye objetos capa por capa a partir de un archivo digital. En sus proyectos de construcción en la Tierra, ICON utiliza un material de construcción patentado y exclusivo llamado Lavacrete. Nada ajena a proyectos ambiciosos, la empresa es la creadora del sistema robótico de construcción a gran escala.

«Es una progresión sorprendentemente natural si nos preguntamos por las formas en que la construcción aditiva y la impresión 3D pueden crear un futuro mejor para la humanidad», destacó Jason Ballard, director ejecutivo de ICON, en un comunicado de prensa. «Allí arriba la química es la misma, pero la física es diferente», afirma Patrick Suermann, decano interino de la Facultad de Arquitectura de la Universidad A&M de Texas, que colabora con la NASA para desarrollar un sistema de construcción que pueda ser manejado por robots en el espacio.

Viajar con poco peso es fundamental, agrega, porque cada kilogramo adicional transportado en un cohete a la Luna cuesta alrededor de 1 millón de dólares. Según Suermann, llevar materiales desde la Tierra para construir en el espacio es insostenible. «No hay supermercados Home Depot allá. Así que: o sabés cómo utilizar lo que hay allá arriba o mandás todo lo que te hace falta.»

Como preparación para lo que se viene, astronautas realizan una simulación con las condiciones de vida en Marte

Como preparación para lo que se viene, astronautas realizan una simulación con las condiciones de vida en Marte

Además, todo equipamiento que vaya a la Luna debe probarse en la Tierra para garantizar que puede soportar el entorno, por lo que el Centro Marshall también cuenta con recintos de chequeos. «Si podés sobrevivir a nuestras cámaras de prueba es muy probable que sobrevivas al espacio», observa Víctor Pritchett, director de pruebas ambientales del Centro Marshall.

Pero la Luna no es el límite. Es un lugar práctico como parada intermedia, ya que la NASA cree que el agua de la superficie lunar podría convertirse en combustible para cohetes. Una nave espacial que viaje de la Tierra a Marte podría hacer escala en la Luna, para que cada cosmonauta pudiera estirar las piernas, comer algo dentro de una estructura impresa en 3D y reposar lo necesario antes de seguir su trayecto.

En junio pasado, cuatro astronautas de la NASA saludaron con bombos y platillos a una multitud congregada en Houston y entraron a Mars Dune Alfa, una estructura de 160 metros cuadrados impresa en 3D por ICON, con Lavacrete teñido del mismo color óxido que predomina en el planeta rojo. Después cerraron las puertas. Pasarán un año en condiciones simuladas como práctica para vivir algún día realmente en Marte.

Fuente: iprofesional.com

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