Tres concejales salteños renunciaron a los cargos que asumieron tras las últimas elecciones por los bajos sueldos, pidieron ejercer su cargo «ad honorem» para continuar en la actividad privada y criticaron la norma que los obliga a pedir licencia para ejercer el cargo municipal ya que por el cargo percibirían alrededor de 150.000 pesos.
Los concejales Alejandra Barrionuevo y Francisco Salcedo, del municipio de General Güemes; y Daniel Rallé, de Campo Santo, decidieron renunciar a los cargos debido a «la baja remuneración que percibirán», según indicaron al diario El Tribuno de Salta.
Según informa el portal salteño, la primera de las renuncias fue presentada por Alejandra Barrionuevo, quien declaró a ese medio que «para ejercer la función legislativa, estaba obligada a solicitar una licencia sin goce de haberes en el hospital Joaquín Castellanos, lugar donde trabaja desde hace varios años».
«Fue una decisión muy dolorosa, pero tengo una familia para sostener, podría haberlo hecho ad honorem, pero tampoco me lo permitieron», dijo Barrionuevo y puntualizó que la diferencia de sueldo entre una y otra función era «muy significativa», situación que la llevó renunciar al cargo de concejal.
También Francisco Salcedo renunció a la banca del Concejo por motivos similares y propuso ejercer la función «como concejal ad honorem», pero consideró que los horarios laborales le iban «a impedir cumplir con una buena gestión».
«Me duele mucho no poder cumplir con la gente que me eligió con su voto», reconoció Salcedo.
«Tres concejales salteños renunciaron a los cargos que asumieron tras las últimas elecciones por los bajos sueldos, pidieron ejercer su cargo «ad honorem» para continuar en la actividad privada y criticaron la norma que los obliga a pedir licencia para ejercer el cargo municipal ya que por el cargo percibirían alrededor de 150.000 pesos»
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En el mismo sentido, el concejal electo por Campo Santo, el médico Daniel Rallé, solicitó licencia como concejal «para asumir como gerente general del Hospital Joaquín Castellanos» y, según informó El Tribuno, «seguramente también se verá obligado a renunciar cuando den inicio las sesiones ordinarias porque cada integrante del cuerpo legislativo debe contar con ingresos provenientes de una actividad privada para poder subsistir».
«Prácticamente trabajamos ad honorem, pero la gente piensa que es nuestra obligación hacer asistencia, nos piden constantemente plata para medicamentos, alimentos, chapas o cualquier cosa que necesiten, cuando nosotros no podemos comprar medicamentos para nuestros hijos», manifestó el presidente del Concejo de General Güemes, Juampy Robles.