Llegó el merecido tiempo de descanso, pero los tiempos vertiginosos en que se viven llevan a las personas a portar un celular-oficina hasta las mismísimas orillas de las vacaciones. ¿Victimas del «trabajolismo» y esclavos de la hiperconectividad?
Sin desmerecer las bondades del teletrabajo, la comunicación a distancia y la revolución tecnológica a la que se han subido las sociedades modernas, es preciso poner el foco en algunos síntomas y efectos disfuncionales que aparecen en los usuarios que hacen abuso de las herramientas virtuales y esa especie de adicción al trabajo que, en no pocos casos, genera estrés y ansiedad.
Los argentinos y el estrés laboral
Una encuesta realizada por el portal de empleo Bumeran durante el 2023 reveló que el 94% de los trabajadores argentinos sufren de estrés laboral. Una cifra 8% superior a los niveles de burnout reflejados por el mismo sondeo en el 2022. En un contexto donde los niveles de este síndrome son tan elevados, resulta clave que tanto empleados como las áreas de recursos humanos de las empresas apliquen prácticas que ayuden a contrarrestar esta situación para potenciar el bienestar y productividad de los trabajadores.
El problema, explica el licenciado en Relaciones del Trabajo Manuel Colombo es que culturalmente hay una tendencia al trabajolismo que tiene que ver con la idea de que estar ocupado es positivo y que el descanso o el ocio, por el contrario, fueran maneras de perder el tiempo y de holgazanes. «Hay personas que se preguntan por qué no pueden disfrutar del descanso. Eso es porque, sistémicamente, hay hilos invisibles que nos atan a patrones inconscientes», agregó.
Por ello, respetar la desconexión laboral, es decir, limitar las comunicaciones al horario laboral es una de esas prácticas posibles para contrarrestar los efectos del burnout y la infoxicación por el uso excesivo de los dispositivos digitales que interponen una barrera entre el usuario y el mundo físico.
«Resulta paradójico que muchos empleados pasen sus vacaciones respondiendo mails laborales, viendo mensajes y resolviendo problemas. Para que las vacaciones puedan cumplir su función, los empleados necesitan desconectarse totalmente de sus tareas, de manera que no sea necesario responder nada porque habrá alguien para cubrir sus responsabilidades. Así, cuando retorne será una persona bien descansada que podrá retomar sus ocupaciones de manera eficiente», dicen desde Adecco Argentina.
El 94% de los trabajadores argentinos sufren de estrés laboral
El uso excesivo de la tecnología, dice la medicina, causa depresión, aislamiento social, pérdida de placer por las actividades diarias, ansiedad, tendinitis, sedentarismo, sobrepeso, trastornos del sueño, pérdida de memoria, fatiga y tensión ocular, entre otros síntomas.
Dos síntomas nuevos del último milenio y directamente vinculados con el uso excesivo de la tecnología son la nomofobia, que es ese miedo y angustia que se siente al olvidarnos, por ejemplo, el celular, y el Sindrome de la vibración fantasma, que se produce cuando se siente vibrar el celular en el bolsillo y no se lo lleva encima.
Cómo superar el trabajolismo y la infoxicación
Según Colombo no existe una solución única para superar el trabajolismo y la infoxicación. Sin embargo, hay una serie de estrategias que pueden ayudar.
El détox digital, planteado como una desintoxicación, es una de las posibles soluciones. La idea es lograr la abstención durante un tiempo determinado del uso de los dispositivos electrónicos y la desconexión total. Por lo tanto, la propuesta es alejarse de las pantallas, ya sea de un celular, una computadora o un televisor.
«Para lograr esa desarticulación y descansar realmente, podemos preguntarnos qué siento cada vez que estoy descansando y qué información me trae esa sensación. Si durante el periodo de vacaciones nuestro trabajo nos obliga a estar conectados o tener que revisar el correo electrónico, hay que poner límites. Por ejemplo, no llevar el celular a la playa y solo permitirse chequear mail una o dos veces al día», propone Colombo reconociendo que en términos laborales no siempre es posible quedar totalmente abstemio de tecnología.
Por lo tanto, detalla, lo primero que hay que hacer es determinar durante cuánto tiempo se dejarán de usar los dispositivos. Las vacaciones, señala, son una buena oportunidad para el detox digital teniendo en cuenta las actividades relacionadas con el placer y el descanso que genuinamente pueden planificarse para esas horas o días de desconexión total. Eso sí, finalizado el periodo de desintoxicación, Colombo recomienda, recomenzar la cotidianeidad estableciendo límites claros entre la vida laboral y la personal. «Es que la posibilidad de tener la oficina en la palma de la mano nos fue acostumbrando a mezclar la vida laboral con la personal y, poco a poco, fuimos perdiendo el placer de disfrutar del tiempo libre», señaló el docente y speaker.
El detox digital puede ayudar a reducir la exposición a la información irrelevante y al estrés laboral
Entre los beneficios del détox digital, el especialista, destaca:
- Mayor atención, menos distracción
- Menor ansiedad y estrés
- Mayor tranquilidad y equilibrio en uno mismo
- Mejora considerable en la toma de decisiones
- Mejora en el sueño
- Mayor productividad foco
- Mayor apreciación de nuestro entorno, sobre todo de la naturaleza
Otras posibles soluciones, Colombo, son diferenciar lo urgente de lo importante, priorizar tareas y delegar responsabilidades. Pero también aprender a decir no.
En definitiva, existen una serie de estrategias que pueden ayudar a superar el trabajolismo y la infoxicación para en definitiva reducir el estrés, mejorar la salud física y mental y aumentar la productividad.