Los sueldos le ganaban a la inflación antes de la devaluación
Si bien la noticia quedó opacada por la presentación de las cifras de pobreza en la Argentina, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) también dio a conocer ayer que los salarios habían aumentado 11% en julio.
Hablar de lo que ocurrió en el primer semestre en la Argentina parece casi como hablar de otro país, pero se confirma con los datos oficiales que, al menos hasta antes de la devaluación ocurrida en agosto, los sueldos venían avanzando por delante de la inflación, sobre todo los del sector público.
Siempre de acuerdo al INDEC, en los primeros 7 meses del año el promedio de aumento salarios en la Argentina había sido del 63,5%, en tanto que la inflación para el mismo lapso de 2023 fue de 60,2%. Asimismo, en la comparación interanual, los salarios avanzaron 119,5% hasta julio y los precios y tarifas 113,4%.
La consultora Labour, Capital, Growth (LCG) indicó que los datos arrojan una ganancia acumulada en 2023 del 4,4% en términos reales y del 2,8% para el salario real año contra año, gracias a 2 meses consecutivos de crecimiento de estos promedios sobre la inflación oficial.
Salarios: ganadores y perdedores
Claro que las cuentas no dan igual para todos. Los trabajadores informales, que el INDEC sigue contabilizando como 19,9% de la población relevada en este estudio mensual, solo tuvieron un alza del 7% en julio, y totalizaron 50,9% en el acumulado del año y 89,5% en 12 meses.
En tanto que el sector de empleo registrado tuvo de media 11,7% de incremento en los salarios, 65,8% entre enero y julio, y 125,4% en un año. Vale la pena recordar que, como las negociaciones paritarias de los gremios más importantes del país se están cerrando con acuerdos trimestrales, en julio entraron en vigencia los aumentos conseguidos en el segundo semestre, y por eso este segmento de los salarios se vio beneficiado.
Evolución de los salarios, informe de INDEC julio 2023
Esa suba se dio sobre todo por el alza en los salarios del sector público, que fueron del 13,7% intermensual. Los trabajadores de ese sector representan 29,9% de la población relevada en el estudio. En 7 meses sus salarios acumularon un alza de 70,2% y casi de 134% en 12 meses, nominalmente 20 puntos por sobre la inflación.
En tanto que los sueldos del sector privado vieron un aumento del 10,8% en julio, uno del 63,2% en el acumulado y 120,7% en 12 meses; o solo 7 puntos nominales encima de lo que marcó el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC.
«Los trabajadores del sector público explicaron la mejora con la mayor suba mensual: 6,5% real. Por su parte, los trabajadores del sector privado marcaron un aumento de 4,2% mensual real. Los trabajadores no registrados fueron los menos beneficiados, aunque aun así sus ingresos lograron crecer un 0,6% mensual real», aclararon desde LCG.
Sin embargo, la consultora mostró que entre enero y julio, los salarios promedio de los trabajadores informales vieron una caída del 5,8% real en tanto que los del sector público marcaron subas del 6,2% real, y los del sector privado una del 1,9%. De la misma manera, al revisar los 12 meses previos al estudio de INDEC, el promedio de los salarios registrados tuvo un alza del 5,6% real, en tanto que los informales vieron una pérdida real del 11,2% año a año de su poder adquisitivo.
Salarios: qué esperar para 2023
En resumen, los trabajadores registrados son los únicos que venían logrando resistir la erosión de la inflación sobre su bolsillo y los del sector público eran los que mejores márgenes venían obteniendo.
«De todos modos, con la devaluación dispuesta por el BCRA después de las elecciones primarias y una aceleración de la inflación no esperamos una mejora real de los salarios para el promedio del año, dado que estos presentan mayor rigidez al momento de un ajuste que el promedio de los precios», anunció LCG.
Y advirtieron que este escenario de un poder adquisitivo erosionado «podría estimular una mayor oferta de mano de obra para sumar ingresos al hogar, lo que, conjugado con un menor nivel de actividad, podrá presionar los números de desempleo, quitándole algo de capital de negociación a los trabajadores», profundizando el problema.