Uno de los ejes de la campaña presidencial pasa por la futura política cambiaria. Las opciones van desde no tocar nada a la dolarización total
Por Ruben Ramallo
21/08/2023 – 14,12hs
En recientes declaraciones televisivas, la candidata presidencial por Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, sostuvo, sin dar mayores precisiones, que el país va a «un sistema bimonetario», en el que se utiliza el dólar como una de las monedas.
Agregó además que su intención es «no quedar presos de la dolarización» porque «después te come la inflación norteamericana y otros problemas técnicos» y en su defensa del bimonetarismo dijo que este sistema «significa que vos podés usar la moneda que quieras. Y eso, que debe tener una ingeniería legal importante, te permite tener libre disponibilidad de monedas«.
Cabe recordar que anteriormente, uno de los economistas que la asesoran, Carlos Melconian, dijo que su equipo trabaja en un programa económico «bimonetario», pero descartó que sea posible aplicar políticas de shock en el inicio del próximo gobierno.
Al respecto, el economista que está al frente del equipo del Ieral-Fundación Mediterránea, sostuvo: «He explicado por todos lados que estamos estudiando la bimonetariedad, que tiene atrás un régimen cambiario», pero aclaró que no necesariamente es un plan que vaya a aplicarse a partir del primer minuto del 10 de diciembre, si potencialmente estuviera al frente del Palacio de Hacienda.
Patricia Bullrich sostuvo que el país va a «un sistema bimonetario»
De esta manera, la candidata de JxC y uno de sus principales asesores en matería económica se diferencian claramente de la propuesta de Javier Milei, que promueve una dolarización lisa y llana o la de Sergio Massa, que dejaría las cosas como están.
Retomando las palabras de Bullrich, aclaró que «bimonetarismo con dólares porque es el que nosotros usamos, pero podés usar el real o cualquier otro. Permite que tu moneda y el dólar se pueda usar a la misma vez. Eso en Uruguay funciona de mil maravillas».
Como funciona el sistema bimonetario en Uruguay
En efecto, el ejemplo más cercano sobre como funciona una economía bimonetaria lo da Uruguay, donde el sistema funciona desde hace mucho tiempo, ya que sigue vigente luego de más de cuarenta años. En tal sentido, un estudio del Banco Central de Uruguay sostenía que «la dolarización se dio como respuesta a un entorno inflacionario y que la principal causa para que ocurriera estaba relacionada con el incompleto desarrollo del mercado financiero».
El punto de partida se produjo en 1962 cuando se autorizaron los depósitos en dólares, pues pasaron a ser una reserva de valor frente a una alta inflación que carcomía los depósitos en moneda nacional. En forma simultánea se habilitaron los créditos en dólares, tanto por parte de consumidores como empresas que tienen sus ingresos en moneda nacional.
Una de las aristas más importantes de la bimonetización es que muchos productos tienen precios fijados en dólares, desde inmuebles y automóviles a celulares, auriculares y hasta insumos tecnológicos que no superan los cinco dólares.
«Hasta determinados montos, pensamos los precios en pesos, y luego de superados ya los consideramos en dólares», explica un vendedor de una importante cadena de artículos para el hogar.
Como consecuencia de este esquema, surge que un elevado número de empresas factura en moneda extranjera, lo cual se trata de una peculiaridad de Uruguay. «La facturación en el mercado doméstico en una moneda extranjera no es una práctica usual a nivel mundial», precisa una investigación desarrollada por Andrea Barón y Gerardo Licandro, entre otros.
Una de las aristas más importantes de la bimonetización es que muchos productos tienen precios fijados en dólares
El estudio agrega que la proporción de facturación doméstica en moneda extranjera ronda el 24%. Es decir, uno de cada cuatro pesos que se vendieron a nivel local, no se cobraron en esa moneda sino en una foránea. La industria manufacturera fue la mayor exponente de esto, con un promedio de 32%.
Claro está que este esquema no está exento de riesgos, ya que pese a que en Uruguay la cotización del dólar muestra una notable estabilidad a lo largo de los años, siempre está latente el riesgo que por algún shock, sea interno o externo, se produzca el tan temido descalce cambiario.