Micky Huidobro, cantante, bajista y miembro fundador del grupo mexicano Molotov, conversó con Télam acerca de «Quiten el Trap» y «No Olvidamos», los primeros adelantos de un próximo disco que promete «posicionar a la banda y reivindicarla con un mensaje global y una identidad» a partir de un sonido «potente» y una sátira que atiende por igual tanto a presidentes mexicanos como a toda una industria musical asentada en el reggaetón.
Antes de concretar su nueva presentación en Buenos Aires el próximo viernes 30 junto a los locales Kapanga y Eterna Inocencia, a dos años de su última visita en 2020 con un formato acústico, Huidobro brindó algunas pistas sobre el nuevo material y compartió su emoción por el contacto en directo con los argentinos, con los que reserva “millones de anécdotas”, alimentadas por una relación que a esta altura se ofrece como inquebrantable.
“Cada vez que vamos a Argentina se desata una locura. A veces nuestra, otras del público o también de gente que trabaja con nosotros o que nos recibe por allá. En la última en el Luna Park, una chica se aventó al escenario a abrazarme, pero terminó tumbándome como si fuera una lucha libre y el ‘staff’ se puso a hacer el conteo. Uno, dos, tres… Estuvo muy divertido”, recordó sobre la última, cuando también visitaron el último Cosquín Rock antes de la pandemia, con una carpa adecuada para el formato patentado en su disco «MTV: Unplugged: el desconecte”.
Con los nuevos singles y la confirmación de un nuevo álbum de estudio para el próximo año, el primero desde “Agua Maldita” de 2014-, la agrupación calibra su nueva conquista generacional con los pesados sonidos de los noventas y con el soporte de productores estadounidenses como Ross Robinson y Jason Livermore, avezados expertos del sonido distorsionado del nu-metal y el hardcore punk, respectivamente.
«Somos especialistas en tener cosas con las que distraernos en las noticias. Y como nosotros no olvidamos, intentamos aportar un granito de arena aunque sea con una historia breve sobre lo ridículo que llegaron a ser ciertos presidentes. Aquí se acaba de celebrar un aniversario de un temblor en el que un presidente de México prefirió no pedir ayuda al mundo cuando realmente la necesitaba. Qué estupidez. Todo el mundo te ofrece ayuda y un presidente prefiere dispararse en el cuello»Micky Huidobro
«Ahora estamos estrenando ‘Quiten el Trap’, una canción basada en un video que se hizo viral hace mucho tiempo, de un tipo que entrevistan en la tele y se la pasa diciendo ‘quiten el trapo’ por el trapo de trapear el piso. Y se nos hizo muy padre usarlo, porque nos gusta jugar con las frases. Es un juego de palabras con todo lo que se dice en ese video», anticipó Huidobro.
Télam: Por fuera de la burla que propone la canción, ¿Cuál es tu mirada sobre el actual panorama musical, donde predominan ritmos como el reggaetón, que tuviste que abordar para esta composición?
Micky Huidobro: La verdad es que hay música de la que yo siempre preferí quedarme un poco al margen. Y el reggaetón fue una de ellas. Para hacer este tema tuve que meterme a escuchar a gente que no escuché en años. De las que me había blindado y dejado aparte. Cuando escuchaba una canción de reggaetón realmente me tapaba los oídos; ahora tuve que meterme a investigar y a escuchar un poco para componer. Me di cuenta de lo fatal que había sido este proceso de quince, tal vez veinte años, de música espantosa. De lo banal que termina siendo, porque pudiendo tener tanta audiencia y hacer tantas cosas, no tienen una actitud rockera. Obviamente que es otro estilo pero hay raperos como Ice Cube, Eazy E, Ice-T y N.W.A que tenían consignas que hablaban por su gente, su raza y su color. Aquí se perdió completamente todo eso y se desvió al perreo, a los videos con coches exorbitantes que, yo siendo piloto de carreras, sé que ni saben encender.
T: ¿Qué saldo les dejó el tiempo en pandemia? ¿Y cómo actualizó esa experiencia la mirada crítica sobre la historia política y social que fija el tono de «No Olvidamos»?
MH: Bueno, nosotros nunca habíamos tenido un parate. Desde que salió el primer disco («¿Dónde Jugarán Las Niñas?») siempre estuvimos de gira. Y ahora que tuvimos que parar, también me pasó que me rompí un pie y estuve tirado sin poder moverme por un rato. Agarré el bajo otra vez y me puse a tocar como si tuviera 17 años, hasta que aparecía el codo de tenista. Fue un tiempo de meterle mucho también a la guitarra y de empezar a componer nuevamente. La situación que vive México hoy en día es muy parecida a la que se vivía cuando salió aquel primer disco y eso influye en las composiciones, como en “No Olvidamos”, una canción que tenía ganas de escribir porque el mexicano tiende a perder la memoria cuando pasa un acontecimiento político grave. De pronto le cambian la noticia por el fútbol, por ‘El Chupacabras’ o por cualquier otra cosa. Somos especialistas en tener cosas con las que distraernos en las noticias. Y como nosotros no olvidamos, intentamos aportar un granito de arena aunque sea con una historia breve sobre lo ridículo que llegaron a ser ciertos presidentes. Aquí se acaba de celebrar un aniversario de un temblor en el que un presidente de México prefirió no pedir ayuda al mundo cuando realmente la necesitaba. Qué estupidez. Todo el mundo te ofrece ayuda y un presidente prefiere dispararse en el cuello.
T: ¿Es una obligación del rock representar ese espíritu contestatario?
MH: Con las últimas nominaciones a los Grammy Latinos me pasó que no entendía por qué nos habían nominado como “Mejor Canción de Rock”. Tenemos un chat interno con el grupo y les pregunté qué había pasado que nos habían nominado ahí con una bossa-nova. Y Paco (Ayala) empezó a argumentar que, a fin de cuentas, «No Olvidamos» sí tiene la actitud rocanrolera que muchas bandas no tienen. Obviamente que el sonido tiene otras cosillas, pero es todo lo contestatario que puede llegar a ser una canción para trascender, sea del género que sea. «Mientras haya poesía, no importa la melodía». Es una frase que le repito a mucha gente. La música siempre va a ser importante y más cuando siempre se está oscilando entre cosas padres y estilos nuevos. Ya sea integrándonos con la música electrónica o con el rap, la idea es hacer un tema y hablar de algo importante, de mantener siempre una actitud rockera, aunque sea en versión de hip-hop o de cumbia, siempre va a tener la misma esencia. Creo que es ahí cuando perduran las canciones y se vuelven inmortales.
T: ¿Y qué más podés develar sobre este nuevo disco? ¿Tiene algo de vuelta a las raíces?
MH: Estamos tratando de darle tiempo a cada sencillo, pero el disco saldrá el próximo año. Ya está listo, pero estamos definiendo entre catorce canciones. Se viene algo muy poderoso, un disco que va a posicionar a la banda y que la va a revindicar con un mensaje global y con una identidad. Tal vez nos vean más viejos, pero no por eso estamos peor. Siento que nos van a ver un poco más sabios por decirlo así. Hay temas fuertes como “From Hell To Heaven”, que es un temazo que habla de algunas situaciones muy particulares. Estarán “Río Fuerte”, “Amarran al Perro”, “Nene Chayote” y muchos otros temas que tal vez te lleven al sonido de los noventas. Muchos fueron grabados en cinta y sin ‘clic’, como una banda de rock lo sabe hacer.