Advierten que en 2050 algunas infecciones matarán como el cáncer
Expertos afirman que la subsiguiente pandemia ya se ha puesto en marcha oportuno a la reproducción de bacterias y de los medicamentos que se usan
La pandemia de coronavirus puso de manifiesto la importancia de la vitalidad y el impacto que puede {llegar} a tener a nivel mundial, por otra parte de la situación de cada individuo en particular.
En relación a la aparición de próximas pandemias, el diario El País cita a Cristina Muñoz, quien es codirectora del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos, la iniciativa española para intentar frenar una de las mayores amenazas para la humanidad.
Los medicamentos contra las bacterias están dejando de funcionar a una velocidad ahora acelerada por el consumo excesivo e incorrecto durante la pandemia de Covid-19. La científica invita a imaginar el día a día sin antibióticos, un espeluznante mundo en el que cualquier infección podría ser perjudicial.
«Sería dar un paso antes de casi 100 años. en los avances médicos«, afirma Muñoz. «Pasarían cosas que ni se nos ocurre pensar, como que se caiga un chaval, se broa la rodilla, lo lleves al hospital y el médico te diga que no hay nulo que hacer, que lo siente mucho», explica. Algunas enfermedades bacterianas —como la pulmonía, la tuberculosis, la purgaciones y la salmonelosis— ya se están quedando sin tratamientos eficaces. La quimioterapia, que favorece las infecciones microbianas en los enfermos de cáncer al descender sus defensas, además sería una maña de detención peligro en abandono de antibióticos. «Dejaríamos de curar a las personas, pero además a los animales. No podríamos producir alimentos sanos», advierte Muñoz. Al regreso de las enfermedades del siglo XIX habría que sumar las hambrunas.
La resistor a los antibióticos es uno de los problemas más severos que atraviesa el mundo actualmente
Este 18 de noviembre comienza la Semana mundial de concienciación sobre el uso de los antimicrobianos y las autoridades tocan las trompetas del fin del mundo. Un noticia cuidado para el Gobierno anglosajón alertaba en 2016 de que los microbios resistentes a los fármacos —sobre todo las bacterias— ya mataban a 700.000 personas cada año en el planeta y de que se podría {llegar} a 10 millones de fallecimientos en 2050, más que los causados por el cáncer. El bacteriólogo Bruno González Zorn alerta de que el Covid ha empeorado la pandemia silenciosa de las superbacterias. «Puede que los 10 millones de muertes ya no ocurran en 2050, sino en 2040 o en 2030″, advierte.
Las bacterias se multiplican cada 20 minutos y a veces sufren mutaciones que son, por casualidad, un escudo frente a algún antibiótico. Y lo más inquietante es que pueden transmitir esos nuevos genes de resistor a otras bacterias cercanas, incluso de otras familias. «Es como si yo aprendo teutónico y te transmito a ti la capacidad», explica González Zorn, catedrático de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid. Cuantos más antibióticos se usan, más evolucionan las bacterias para resistir a ellos.
González Zorn afirma que se está formando «una tormenta perfecta» y muestra los datos de los hospitales españoles durante la primera ola de Covid. De febrero a marzo de 2020 aumentó un 400% el uso de azitromicina, un antibiótico usado a la desesperada por si además funcionaba contra el virus SARS-CoV-2. El consumo de doxiciclina se incrementó un 517%. En España, estos niveles volvieron rápidamente a la normalidad, pero siguieron desbocados en otras regiones del mundo, como América Latina. «Durante la pandemia se han utilizado tantas carbapenemas [un tipo de antibióticos] que en algunos países, como Chile, tenemos los niveles de resistor que esperábamos tener en 2030. Hemos acelerado 10 años.. Estamos muy alarmados», señala el investigador.
Antibióticos
El bacteriólogo es uno de los 15 miembros de un grupo, internacional de científicos recién creado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para identificar qué antibióticos son esenciales para la vitalidad humana, con el objetivo de proteger su uso para que sigan funcionando. Estos fármacos son como el Grupo Especial de Operaciones (GEO), la pelotón de élite de la Policía Nacional. Si se necesitan y no funcionan, posteriormente de ellos no hay nulo. Son el final medio. Y las carbapenemas son precisamente una de estas últimas balas.
La oficina europea de la OMS lanzó una alerta en febrero: «No permitamos que la crisis de Covid se convierta en una catástrofe de resistor a los antimicrobianos». En algunos países, el escenario. es horrible. Médicos del Hospital Almenara de Lima han despierto del uso «irracional e indiscriminado» de antimicrobianos en Perú durante la pandemia. Expertos en Estados Unidos, India, México y otros países además han hecho sonar las alarmas.
La microbióloga Ana Maria de Roda Husman, según cita El País, advierte de que los mecanismos de resistor, en principio, solo tienen que aparecer una vez. «Entonces la caja de Pandora ya está abierta», señala. Su equipo, del Instituto Nacional para la Salud Pública de Países Bajos, ha detectado bacterias resistentes a carbapenemas por doquier en las aguas residuales del país. Las tuberías de los hospitales, y además las de los hogares, contribuyen a diseminar superbacterias en la naturaleza. La amenaza de combinaciones inimaginables está sobre la mesa.