Estos son los verdaderos beneficios de las siestas cortas
Expertos aseguran que las siestas breves contrarrestan los existencias fisiológicos que suceden en el cuerpo luego de que la persona se despierta
¿Y si pudieras hostigar un cogollo que te permitiera recuperarte y quitarte el sueño que sentís en la centro del día?
Ese cogollo -o al menos un mecanismo que cumple esa misma función- existe: son las siestas cortas que, según varios estudios que se han realizado en los últimos años., son una útil destacable para recuperar el estado de alerta y la energía con la que se suele comenzar el día.
«El principal beneficio de las siestas breves, es que contrarrestan los existencias fisiológicos que ocurren en (el cuerpo) desde que nos despertamos», explicó a BBC Mundo Guy Meadows, experto en fisiología del sueño y cofundador de The Sleep School, con sede en Londres.
A partir del momento en que una persona se despierta, «comienza a aumentar la adenosina, una sustancia química en el cerebro que es un subproducto del asimilación».
«Cuanto más tiempo peramaneces despierto, más adenosina se va acumulando en tu cerebro, y por ello aumenta la sensación de sueño», afirma en profesional.
Las siestas cortas permitirían recuperar el estado de alerta con el que las personas se suelen despertar
Cuando se hace una pequeña siesta, «reducimos la adenosina, metabolizamos un poco de esta sustancia en nuestro sistema, y eso nos ayuda a incrementar nuestros niveles de energía y a sentirnos más alerta y despiertos», comenta el profesional.
Esto ayuda a «mejorar nuestro estado de talante, a reaccionar (a estímulos) más rápidamente, a compendiar la posibilidad de cometer errores y a enfocarnos y poner más atención en lo que tenemos que hacer por la tarde».
Cuánto tiene que durar la siesta
Este punto es esencia, ya que no se tráfico de períodos de sueño de una, dos, o tres horas, sino que son tiempos muy cortos. Los beneficios que destaca el avezado se refieren específicamente a los que aportan las sietas cortas (llamadas en inglés power naps, precisamente por que la energía que brindan), cuya dura oración debe oscilar entre 10 y 20 minutos.
Pero si lo que se examen es mejorar la memoria, la creatividad, nuestras funciones perceptivas o procesos cognitivos, se requiere una siesta más larga, de hasta 90 minutos, señaló a BBC Mundo Sara Mednick, investigadora del sueño.
En las siestas más largas -de entre 60 y 90 minutos- la persona ingresa en la grado REM (asimismo citación MOR, siglas en castellano de movimientos oculares rápidos), y ese sueño profundo es «el mismo tipo del que tenemos durante la perplejidad y por eso conlleva los mismos beneficios», indica la científica que desde hace más de 20 años. se dedica a investigar los existencias del sueño.
¿Es posible entrenarse para echarse la siesta?
Según explica Meadows, hacer una siesta corta es como nadar o trastear en biciclo: es aseverar, es una sagacidad que requiere entrenamiento y que, en poco tiempo y sin gran esfuerzo, puede adquirirse.
El avezado indica que los beneficios de una siesta corta son similares a trastear en biciclo o nadar
«Si quieres instruirse, pon una señal para asegurarte de no pasarte de derrochador. Si practicas todos los días echarse a la misma hora, tu cuerpo incorporará el experiencia de asociar esa actividad a un tiempo específico», dice, y añade que tardanza unos tres meses el advenir de ser «una persona que no puede hacer una siesta a una que lo hace con facilidad».
Lo importante es no forzarse a echarse, sino simplemente acomodarse en la cama, un sillón o un lugar, que nos resulte cómodo, oscurecer la habitación o usar una mascarilla para cubrirse los fanales, y tratar de explotar ese momento para estar sereno y descansar.
A su vez, es recomendable cinco minutos antiguamente de hacer una siesta dejar de mirar el teléfono o acertar correos, respirar con calma y quizás tomar un poco de agua. En síntesis, relajarse y ponerse cómodo para advenir unos minutos de laxitud.