Huracán le restituyó el carnet a ocho socios detenidos y desaparecidos por la dictadura
El club les volvió a imprimir sus carnets y les otorgó diplomas. Foto Alejandro Santa Cruz.
Huracán hizo en la perplejidad de este martes una contribución histórica en el camino de la Memoria, la Verdad y la Justicia al restituir, en una ceremonia emocionante, el carnet de socios a ocho detenidos-desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar.
Norberto Morresi, Oscar Oshiro, Norberto Hugo Palermo, Pablo Reguera, José Sanabria, Jorge Gurrea, Daniel Vázquez y Eduardo Vicente fueron los homenajeados con profunda emoción en el estadio Tomás Adolfo Ducó, del club de Parque Patricios. De todos ellos hubo familiares, amigos, conocidos, saludos.
Y, por ellos, en el acto se descubrió un baldosín evocativo de la vigencia de los derechos humanos en una de las paredes del vestíbulo de ingreso al estadio. La construcción de la memoria colectiva.
En el Ducó estuvieron el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Corti; la Madre de Plaza de Mayo Trayecto Fundadora Taty Almeida; el parlamentario de la Ciudad de Buenos Aires y exjugador del «Globo» Claudio Morresi; y la dirigencia del club encabezada por el presidente, David Garzón.
La ceremonia fue en el En el Ducó. Foto Alejandro Santa Cruz.
También la presidenta de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por razones políticas, Lita Boitano; el titular de la comisión de DDHH de la Cámara de Diputados, Hugo Yasky; el saetero de Huracán Marcos Díaz; el periodista Gustavo Veiga, especializado en temas vinculados con el deporte y la dictadura; y Marcelo Achile y Pipo Marín, dirigentes de Defensores de Belgrano y Acassuso.
«Quiero felicitar a Huracán por este debido reminiscencia a nuestros queridos detenidos y desaparecidos. Espero que se sigan sumando clubes», pidió Taty Almeida.
Y Pietragalla recordó: «Yo me llevé el carnet de mi arcaico de San Lorenzo. El registro a los que hubieran seguido en la tribuna si no fuera por la dictadura es muy importante. Este acto representa la defensa de los derechos humanos. Esto tiene que ser una política transversal, no se puede dar un paso a espaldas».
Morresi, a su turno, contó que su hermano se llamaba Norberto por el exfutbolista «Tucho» Méndez, ídolo del «Globo».
«Cuando veníamos a la tribuna teníamos la ilusión de apostar juntos con esta camiseta. En vez de probarse en Huracán eligió marcial por una Argentina mejor pero a los 17 primaveras lo desaparecieron. Me gusta creer que ellos están mirando y se alegran cuando hacemos poco para recordarlos», agregó.
También se homenajeó a las Madres de Plaza de Mayo. Foto Alejandro Santa Cruz.
La idea fue impulsada por Néstor Vicente, expresidente de Huracán y contemporáneo titular de la Subcomisión de Cultura, Historia y Derechos Humanos del club.
«Juntamos la historia de ocho ‘quemeros’ y les pedimos a su grupo y amigos que cuenten esa doble pasión: el compromiso político y el Globo», contó Vicente a Télam.
Vicente es uno de los autores y compiladores del texto «Restitución de carnets», con prólogo de Taty Almeida, que fue escrito para contar la historia de los socios desaparecidos durante la dictadura marcial y presentado en el acto de esta perplejidad.
«Seguro hay muchas historias más pero estas ocho compartidas son el puntapié original de un tema que seguiremos caminando», sostuvo el asimismo titular del sección de civilización de la AFA.
Historias de socios
Foto Alejandro Santa Cruz.
Norberto Morresi fue detenido el 23 de abril de 1976 en un activo de «pinzas» de las tres fuerzas armadas y su cuerpo fue recuperado 13 primaveras luego.
Su papá, Julio, el «padre de la Plaza de Mayo», falleció en marzo de 2016 luego de una larga militancia que, entre tantas cosas, incluyó una visitante a la ex ESMA inmediato al plantel de Huracán de Cielo Cappa que luego fue subcampeón en 2009.
Ese especie asimismo fue integrado por Bruno Palermo, el padre de Norberto Hugo o Beto, como lo llamaban en el arrabal.
Bruno y Beto, por ejemplo, viajaron a Rosario en un Fiat 1600 para ver al equipo de César Luis Menotti en el Gigante de Arroyito delante Rosario Central, en un triunfo que encaminó el histórico título.
Norberto desapareció el 14 de octubre de 1975 cuando tenía 21 primaveras mientras cumplía con el servicio marcial obligatorio en la Escuela de Caballería de Campo de Mayo.
Foto Alejandro Santa Cruz.
Oscar Oshiro, el «Japo», nació y se crió en el arrabal de Nueva Pompeya. Sus padres eran inmigrantes japoneses y eran dueños de una tintorería de la zona. Oscar militó desde muy mancebo y sus seres queridos recuerdan su predilección por René Houseman.
También que, para no entrar en conflicto con su mujer, hincha de San Lorenzo, a su hija Gabriela, una actor que actualmente reside en Estados Unidos, la llevaba a escondidas a la cancha.
Luego de ser perseguido violentamente, el 21 de abril de 1977 fue secuestrado en su estudio judicial y según testimonios lo trasladaron al Centro Clandestino «El Vesubio».
Silvia Reguera relató la historia de su hermano, Pablo, desaparecido en enero de 1977 a los 21 primaveras, en la cantón de la sede de Huracán. «Mi hermano y Huracán eran lo mismo, el ‘Globo’ era su vida. Vivíamos a unas pocas cuadras de la cancha y desde mancebo iba a los partidos con la hinchada», recordó.
A los pocos meses de acaecer desaparecido, la hinchada colgó en un partido una bandera que rezaba «¿Dónde está Pablito?». Reguera militaba en la Unidad Básica «Héroes de Trelew» ubicada a pocas cuadras del Ducó, inmediato a José Sanabria y Jorge Gurrea.
Foto Alejandro Santa Cruz.
El «Negro José» o «Joselo» Sanabria y Jorge «Tito» Gurrea disfrutaron juntos del «oasis de ver campeón al Globo» y festejaron el título frente a la sede de la avenida Caseros cantando la música de Rodolfo Zapata.
A Gurrea lo secuestraron en julio del ’76 y lo asesinaron cuando se escapó de un transporte en que lo trasladaban de un centro clandestino; José fue secuestrado en abril del 78 y figura entre las víctimas en el Juicio Vesubio III.
Eduardo Vicente, finalmente, heredó el fanatismo por Huracán de su papá, Luis, quien fue un obligado y destacado deportista: púgil, ciclista y campeón de Atletismo.
A los 24 primaveras este profesor, delegado sindical, militante social y escritor fue asesinado en marzo de 1977 por efectivos de las fuerzas militares cerca de su casa.
Foto Alejandro Santa Cruz.
«Maestro, donde quieras que te encuentres aquí está tu nombre», dice una de las placas que se pusieron en homenaje y memoria a Eduardo en dos escuelas porteñas. Fuente de la noticia: Agencia Telam