Según la Mayo Clinic, la depresión es un trastorno del estado de ánimo que puede provocar una serie de consecuencias en la salud de quien la padece
De acuerdo a la definición de la Mayo Clinic, la depresión es un trastorno del estado de ánimo que provoca un sentimiento persistente de tristeza y pérdida de interés. También llamado trastorno depresivo mayor o depresión clínica, afecta cómo se siente, piensa y se comporta y puede provocar una variedad de problemas emocionales y físicos. Es posible que la persona que la padece tenga problemas para realizar las actividades diarias normales y puede sentir que no tiene sentido vivir.
Es importante tener en cuenta que la depresión es un diagnóstico que debe hacer un profesional de la salud mental y que requiere un tratamiento a largo plazo.
Cuáles son los síntomas de la depresión
Aunque la depresión puede ocurrir solo una vez durante la vida, las personas generalmente tienen múltiples episodios. Entre los síntomas que puede provocar, se encuentran los siguientes:
- Sentimientos de tristeza, llanto, vacío o desesperanza.
- Arrebatos de ira, irritabilidad o frustración, incluso por pequeños asuntos
- Pérdida de interés o placer en la mayoría o en todas las actividades normales, como sexo, pasatiempos o deportes.
- Alteraciones del sueño, como insomnio o dormir demasiado.
- Cansancio y falta de energía, por lo que incluso las tareas pequeñas requieren un esfuerzo adicional.
- Reducción del apetito y pérdida de peso o aumento de los antojos de alimentos y aumento de peso.
- Ansiedad, agitación o inquietud
- Pensamiento, habla o movimientos corporales lentos
- Sentimientos de inutilidad o culpa, obsesión por fracasos pasados o culpa a uno mismo.
- Dificultad para pensar, concentrarse, tomar decisiones y recordar cosas.
- Pensamientos frecuentes o recurrentes de muerte, pensamientos suicidas, intentos de suicidio o suicidio.
- Problemas físicos inexplicables, como dolor de espalda o dolores de cabeza.
La depresión es una afección de salud mental que requiere tratamiento a largo plazo
Para muchas personas con depresión, los síntomas suelen ser lo suficientemente graves como para causar problemas notables en las actividades cotidianas, como el trabajo, la escuela, las actividades sociales o las relaciones con los demás.
Síntomas de depresión en niños y adolescentes
Los signos y síntomas comunes de depresión en niños y adolescentes son similares a los de los adultos, pero puede haber algunas diferencias.
En los niños más pequeños, los síntomas de la depresión pueden incluir tristeza, irritabilidad, apego, preocupación, dolores y molestias, negarse a ir a la escuela o tener bajo peso.
En los adolescentes, los síntomas pueden incluir tristeza, irritabilidad, sentirse negativo y sin valor, enojo, bajo rendimiento o poca asistencia a la escuela, sentirse incomprendido y extremadamente sensible, consumir drogas recreativas o alcohol, comer o dormir demasiado, autolesión, pérdida de interés. en las actividades normales y evitación de la interacción social.
Síntomas de depresión en adultos mayores
La depresión no es una parte normal del envejecimiento y nunca debe tomarse a la ligera. Desafortunadamente, la depresión a menudo no se diagnostica ni se trata en los adultos mayores, y es posible que se sientan reacios a buscar ayuda. Los síntomas de la depresión pueden ser diferentes o menos obvios en los adultos mayores, como:
- Dificultades de memoria o cambios de personalidad.
- Dolores o molestias físicas
- Fatiga, pérdida de apetito, problemas para dormir o pérdida de interés en el sexo, no causados por una afección médica o un medicamento
- A menudo quiere quedarse en casa, en lugar de salir a socializar o hacer cosas nuevas.
- Pensamientos o sentimientos suicidas, especialmente en hombres mayores
Qué causa la depresión
No se sabe exactamente qué causa la depresión. Como ocurre con muchos trastornos de salud mental, pueden estar involucrados una variedad de factores, entre los que se encuentran los siguientes.
Química cerebral. Los neurotransmisores son sustancias químicas cerebrales naturales que probablemente desempeñan un papel en la depresión. Investigaciones recientes indican que los cambios en la función y el efecto de estos neurotransmisores y cómo interactúan con los neurocircuitos involucrados en el mantenimiento de la estabilidad del estado de ánimo pueden desempeñar un papel importante en la depresión y su tratamiento.
Hormonas. Los cambios en el equilibrio hormonal del cuerpo pueden estar involucrados en causar o desencadenar la depresión. Pueden producirse cambios hormonales con el embarazo y durante las semanas o meses posteriores al parto (posparto) y debido a problemas de tiroides, menopausia u otras afecciones.
Rasgos heredados. La depresión es más común en personas cuyos parientes consanguíneos también padecen esta afección. Los investigadores están tratando de encontrar genes que puedan estar involucrados en causar depresión.
Todavía se desconocen las causas precisas de la depresión
¿Hay factores de riesgo de depresión?
La depresión suele aparecer en adultos jóvenes, entre los 20 y los 30 años, pero puede ocurrir a cualquier edad. A más mujeres que a hombres se les diagnostica depresión, pero esto puede deberse en parte a que es más probable que las mujeres busquen tratamiento, según explican desde la Mayo Clinic.
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Los factores que parecen aumentar el riesgo de desarrollar o desencadenar depresión incluyen:
- Ciertos rasgos de personalidad, como baja autoestima y ser demasiado dependiente, autocrítico o pesimista
- Eventos traumáticos o estresantes, como abuso físico o sexual, la muerte o pérdida de un ser querido, una relación difícil o problemas financieros
- Parientes consanguíneos con antecedentes de depresión, trastorno bipolar, alcoholismo o suicidio.
- Ser lesbiana, gay, bisexual o transgénero, o tener variaciones en el desarrollo de los órganos genitales que no son claramente masculinos o femeninos (intersexuales) en una situación de falta de apoyo.
- Antecedentes de otros trastornos de salud mental, como trastorno de ansiedad, trastornos alimentarios o trastorno por estrés postraumático.
- Abuso de alcohol o drogas recreativas.
- Enfermedad grave o crónica, como cáncer, accidente cerebrovascular, dolor crónico o enfermedad cardíaca.
- Ciertos medicamentos, como algunos medicamentos para la presión arterial alta o pastillas para dormir (hable con su médico antes de suspender cualquier medicamento)
Fuente de la noticia: iprofesional.com