6 estilos Frontrow
El regreso impensado. El corderoy, gran olvidado desde los 90, ésta temporada pega la vuelta con fuerza. En su versión comodín tiene el potencial de convertirse en un nuevo básico del guardarropa femenino, y también del masculino. A saber: se trata del pantalón que fue furor décadas atrás, de corte recto o apenas más ancho en la botamanga, de cintura media y color de la paleta tierra (mostaza, óxido, ladrillo y marrón). Se lleva con suéteres de hilo, en tonos vibrantes, sacos de paño, buzos de inspiración deportiva y chaquetas de jean.
El total look: esta vez es rojo. No se trata de un tono discreto, sino de uno que se presenta como una declaración de intenciones. Absoluto, intenso, extrovertido. De pies a cabeza, con accesorios incluidos y no se reserva solo para osadas. Una buena forma de incorporarlo en el atuendo diario es con un minivestido estilo Jackie, con zapatos y bolso a tono. Sin dudas, el elegido estará conformado por jean y suéter a juego, para un look de alto impacto. La clave, llevar este color en prendas de líneas minimalistas: cortes limpios, sin estampas ni adornos.
La sastrería deportiva busca la calle como nunca. El traje de estética sporty actualiza los looks con que incluyen una pieza de sastrería con una moldería más flexible y una pieza esencialmente deportiva como un buzo, o pantalón estilo jogging. La silueta se vuelve oversized y desestructurada para lograr looks relajados. El traje, también, atraviesa el proceso de la exuberancia de la moda, con tonos metalizados, apliques y maxiestampas que lo vuelven mucho más urbano.
El key-item: el tapado peludo. Que el tapado sea la prenda del invierno ya no es una novedad. Pero las marcas de moda se las rebuscaron para aportarte frescura y un toque de new look para entusiasmar al público. Esta temporada, los tapados se presentan bien estilo tomboy, sueltos y rectos. De líneas simples y texturas suaves, son infaltables para abrazar cualquier equipo, ya que le dan un acabado sofisticado y urbano sin importar lo que se lleve debajo. ¿Los tonos elegidos? Óxido, beige, naranja, verde inglés y mostaza.
El favorito: el metalizado. No se lleva exclusivamente para la noche. El metalizado tomó las colecciones de la mayoría de las marcas locales, con pequeños toques o en grandes prendas. Los accesorios se vuelven metalizados a través de stilettos, sneakers, zapatillas deportivas o borceguíes. Además de minibags o maxibolsos, mochilas y riñoneras. También los buzos, las chaquetas, los pantalones y calzas, o incluso las faldas, adquieren un nuevo carácter con esta tendencia. El gran deseado es el dorado de toda la vida.
Complemento it: las botitas blancas. Bien bajitas, tobilleras, y también media caña. De punta angulosa o redondeada. Con detalles metálicos, grabado snake y completamente blanca. Con taco fino o cuadrado. En off white o nude. Las variantes son muchas, pero todas las marcas que incluyen botas en su colección tienen su propia versión de este clásico, que se comprará en invierno, pero se seguirá usando en verano, por su versatilidad, su atemporalidad y porque queda bien con todo.
Fuente de la noticia (La Nacion)