El Estado no gira los pagos para los tratamientos de diálisis

El Estado nacional, que gira fondos a través de las provincias y desde allí se distribuyen a los centros privados de atención, no está cumpliendo con los pagos y peligra la atención de pacientes dializados.

Explicó al respecto que “el Programa Incluir Salud tiene muchos años de existencia en el país, a través de distintos nombres como fue PROFE y otros, pero siempre tuvo la misma dinámica que es asistir a pacientes sin cobertura”.

“El Estado nacional cubre todos los tratamientos de alto costo como oncológicos, diálisis, cirugías complejas, a través de este programa. Le otorga el dinero de cada actividad por cada persona registrada en el programa a las provincias y desde allí se paga a los efectores privados que tengan pacientes con estas características”, detalló.

Sobre la continuidad de las prestaciones, el médico indicó que “el problema mayor hoy es que no están llegando los pagos a los centros de diálisis, tienen un atraso muy importante según las provincias. Como pasa por distintas manos, habría que ver qué pasa en cada caso, pero por ejemplo en Tucumán hace un año y medio que no reciben ningún pago. Esto va en contra de la posibilidad de brindar atención y tratamiento a las personas con diálisis, porque está cortada la cadena de pagos”.

Sin pagos
Vallejos dijo que “hay muchos centros que están con cuentas en rojo, según mi propio conocimiento. Es difícil sostener una situación así, cuando un financiador tan importante retrasa los pagos o deja de hacerlos”.

“Como médicos, se nos plantea un dilema ético: tenemos la solución en las manos pero no las herramientas. En este país, el Estado tiene poco desarrollo de diálisis, porque sino podrían atenderse en hospitales públicos, como pasa con otras enfermedades. En Junín no daría abasto con toda la región”, remarcó.

El médico apuntó que “estos tratamientos no sólo sostienen calidad, sino la vida misma de los pacientes”.

Dos diálisis
Finalmente, Augusto Vallejos explicó que “hay dos tipos de diálisis: la hemodiálisis y la diálisis peritonial. En el primer caso, el paciente promedio concurre tres veces por semana y está cuatro horas sentado, conectado a una máquina que reemplaza la función de los riñones, sacando todos los tóxicos”.

“En el otro caso, el tratamiento se lo hace el paciente en su domicilio y concurre a controles más espaciados, mensuales, al nefrólogo”, agregó.

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