Tecnología

Colapsa la red de Internet para celulares en Argentina: no soporta el récord de consumo de datos

La Argentina se consolida, al cierre de 2025, no solo como uno de los principales consumidores de datos móviles en América Latina, sino como un mercado de referencia en cuanto a la intensidad y la ubicuidad del uso de la conectividad.

Este liderazgo en el volumen de tráfico, sin embargo, se ve opacado por una persistente y significativa brecha en la velocidad efectiva y la calidad percibida de la conexión, especialmente al compararse con los estándares internacionales y con ciertos pares regionales que aceleraron la modernización de sus redes.

El panorama actual refleja una disonancia: una base de usuarios hiperconectada, altamente demandante y digitalmente sofisticada, que se apoya en una infraestructura de telecomunicaciones que lucha por mantenerse al ritmo del crecimiento exponencial, casi insaciable, del consumo de datos.

El fenómeno del alto consumo de datos móviles

América Latina, en su conjunto, experimentó una aceleración sin precedentes en el uso de datos. El Ericsson Mobility Report, un informe difundido por el fabricante de infraestructura de redes de telecomunicaciones Ericsson, subraya un crecimiento interanual del 29% en el tráfico móvil, representando el repunte más significativo registrado en la región desde 2021.

Dentro de este contexto regional dinámico y de rápida evolución, la Argentina emerge como un actor protagónico, no solo siguiendo la tendencia sino superándola, con un consumo promedio que supera consistentemente la media regional. Este fenómeno está fuertemente impulsado por la densidad demográfica de los grandes conglomerados urbanos, donde la vida diaria se digitalizó casi por completo.

Consumo récord argentino

Las proyecciones de consultoras privadas estiman que el consumo mensual promedio por línea en la Argentina oscilará entre 26 y 28 GB hacia finales de 2025. Esta cifra, notablemente elevada, no solo sobrepasa el promedio latinoamericano, que ya superó los 24 GB mensuales, sino que sitúa al país en el podio regional, compitiendo directamente con mercados de gran escala y fuerte inversión en infraestructura como Brasil y Chile. Este patrón de uso intensivo y constante refleja una alta dependencia de la tecnología móvil para prácticamente todas las actividades de la vida diaria de los argentinos.

Composición y motores del tráfico

El tráfico total de datos está dominado por el consumo de video móvil, que acapara más de la mitad del caudal transmitido. Esto incluye una mezcla de plataformas de streaming breve, como TikTok; contenido de larga duración en YouTube, y servicios tradicionales de contenido bajo demanda (Netflix, Amazon Prime Video, etc.).

Además, el celular se consolidó como el principal punto de acceso a actividades críticas como la interacción en redes sociales, la creciente y masiva adopción de pagos digitales a través de fintech y billeteras virtuales, y la continuidad de los esquemas de trabajo y educación remota/híbrida adoptados tras la pandemia del coronavirus.

Gestión de la demanda y adopción 5G incipiente

A pesar de que la expansión masiva de las redes de telefonía móvil con tecnologías de quinta generación (5G) en el país es todavía incipiente y focalizada en grandes centros urbanos, la creciente disponibilidad y adopción de dispositivos compatibles con esta tecnología, incluso en gamas medias, generó un efecto secundario crucial.

Estos terminales avanzados permitieron una gestión más eficiente de las redes de cuarta generación (4G) avanzadas (LTE-A), mejorando marginalmente la capacidad de los operadores para absorber el alto caudal de demanda en las bandas de espectro existentes, mitigando parcialmente la saturación.

La calidad del servicio: Mejora constante pero brecha persistente

Si bien el consumo es excepcionalmente intensivo, la Argentina logró avances medibles en la calidad y velocidad de sus servicios móviles. Sin embargo, la velocidad de conexión sigue siendo, de manera sistémica, el punto débil en la comparación global.

Avance en la velocidad mediana

Los datos del Speedtest Global Index – Q3 2025 de la consultora Ookla confirman una mejora del 12% interanual en la velocidad mediana de descarga móvil registrada a septiembre de 2025. Este progreso no es menor y se atribuye principalmente a los esfuerzos sostenidos de los operadores en la optimización de sus redes existentes y, de manera crucial, a los procesos de «refarming» (reutilización y actualización de bandas de espectro radioeléctrico previamente asignadas).

La advertencia de la brecha internacional y regional

Pese a la mejora interna y al esfuerzo de los operadores, el Observatorio de Medios de la Universidad Católica Argentina (UCA) emitió una advertencia clave: la velocidad efectiva de Internet en el país, tanto del servicio móvil como del fijo, se mantiene sistemáticamente por debajo de los promedios mundiales y, de manera preocupante, de los regionales.

Esto implica que, aunque el usuario argentino consume un volumen de datos superior al promedio, la experiencia de velocidad y la latencia no se equipara a la de mercados comparables en desarrollo tecnológico. La brecha de calidad amenaza con neutralizar la explosión de consumo.

El desafío estructural: Inversión, regulación y sostenibilidad

El verdadero nudo gordiano del mercado argentino de telecomunicaciones no reside en la falta de demanda o adopción tecnológica por parte del usuario, sino en la capacidad y el incentivo real de los operadores para ejecutar las inversiones masivas necesarias para modernizar, expandir y densificar las redes. Solo así se podrá garantizar que la infraestructura pueda soportar, con calidad y sostenibilidad, el crecimiento futuro del tráfico.

El foco en la inversión sostenida

La GSMA (asociación global que representa a los operadores de telefonía móvil) fue categórica al señalar que «el principal desafío para los mercados latinoamericanos no es la demanda, que es robusta, sino crear las condiciones para que los operadores puedan invertir de manera sostenida y a largo plazo».

Esto requiere urgentemente de un marco regulatorio previsible, estable y moderno; la disponibilidad adecuada y oportuna de espectro radioeléctrico (a través de licitaciones y asignaciones transparentes); y políticas gubernamentales que faciliten la reducción de los altos costos operativos y fiscales asociados a la expansión y el mantenimiento de la infraestructura.

La crisis de capacidad vs. tráfico

Ericsson advirtió que América latina «está entrando en una fase peligrosa donde el crecimiento del tráfico supera la capacidad de inversión de los operadores». Esta coyuntura hace que la eficiencia de red y las políticas de espectro se vuelvan «más críticos que nunca», ya que, sin incentivos claros que garanticen el retorno de inversión, la calidad del servicio se degradará inevitablemente bajo el peso de una demanda que crece sin freno.

Un equilibrio precario

La Argentina se encuentra en un punto de equilibrio extremadamente precario: es un mercado de alto consumo, con un usuario intensivo y profundamente dependiente de la conectividad móvil, que exige, con razón, una calidad de servicio comparable a la de otras regiones.

La sostenida y urgente actualización de la infraestructura para mantener los estándares mínimos de calidad de servicio y reducir la brecha de velocidad con el mundo requiere, de manera imperativa, de la articulación de un marco regulatorio y económico que no solo permita, sino que incentive activamente la inversión a largo plazo por parte de los operadores.

De lo contrario, el actual liderazgo en el volumen de consumo de datos podría, muy pronto, transformarse en un generalizado liderazgo en frustración por la baja velocidad y la calidad deficiente del servicio.

Fuente: iprofesional.com

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