Legislar en tiempos de inteligencia artificial: el desafío de gobernar el futuro

Estamos en una era liminal. Eso significa que vivimos un tiempo de transición: dejamos atrás una forma analógica de pensar y nos movemos hacia una lógica digital y autónoma. En esta transformación global, el 85% de las industrias ya están siendo atravesadas por la inteligencia artificial, y la Argentina no es la excepción. La pregunta no es si ocurrirá, sino si vamos a estar preparados para acompañar y orientar ese cambio.
El Foro Económico Mundial proyecta que la IA creará 170 millones de nuevos empleos, pero también eliminará 92 millones. Más del 60% de las personas necesitará reconvertirse. Yo me pregunto: ¿Quién se hará cargo de esa transición en nuestros municipios, provincias y en el país? Esa es la primera gran pregunta para los legisladores. Porque el mundo todavía está lejos de estar listo para encender el piloto automático de las decisiones, y mucho menos cuando se trata de las trascendentales.
Porque para evolucionar a una nueva era es condición sine qua non evolucionar conceptos, voy a compartir en este espacio cuatro sobre los que me parece fundamental reflexionar:
Magia versus impacto
La IA puede mejorar la educación, la salud, la seguridad. Pero también puede profundizar desigualdades. La diferencia está en quién la usa y cómo. Ya existen startups que dejaron de contratar humanos. Lo vi en una calle de San Francisco en publicidades que decían explícitamente «no contrates humanos» no era ciencia ficción, es lo que está sucediendo hoy. Es el síntoma más claro de una cultura que confundió eficiencia con evolución.
En nuestro caso tomamos el camino opuesto, contratamos personas. Creemos en la tecnología como aliada, no como reemplazo. Porque la IA no piensa ni siente, necesita criterio humano. Y para legislar sobre ella, el primer paso es entender qué es y que no es inteligencia artificial.
Inteligencia versus experiencia
La IA tiene inteligencia cognitiva, pero no experiencia corporal, emocional, relacional. Gobernar requiere de la integración de las habilidades que nos hacen más humanos y también de la humildad para incorporar las habilidades y herramientas que no conocemos o que necesitamos potenciar. Así como no alcanza con copiar regulaciones de otros países, cada territorio debe encontrar su propio camino, tampoco alcanza con copiar y pegar herramientas tecnológicas que se idearon en otras regiones e idiosincrasias.
El Foro Económico Mundial advierte que en 2030 las habilidades más demandadas no serán solo técnicas, sino creatividad, pensamiento crítico, colaboración y resiliencia. La IA puede potenciar estas capacidades si sabemos usarla bien. La clave es anticiparse con visión estratégica. ¿Qué decisiones debemos tomar hoy para sostener o lanzar políticas, proyectos equipos, empleos y liderazgos que sean relevantes en el futuro?
Extractivista versus colaborador
La IA puede ser extractivista (es decir, quitar valor a la sociedad sin devolver nada) o colaboradora (resolver problemas de manera colectiva). La decisión es política. No se trata solo de regular la tecnología, sino de darle dirección. Hace poco, en África, vimos gobiernos que cortaron Internet. Lo que parecía una medida temporal se convirtió en un desastre, pymes paralizadas, pagos bloqueados, millones de ciudadanos sin acceso a salud, educación ni banca. Los cortes drenaron el PIB, frenaron inversiones y ampliaron la brecha digital.
Por eso, las sentencias recientes en Senegal y Kenia que declararon ilegales esos apagones marcaron un hito, la conectividad es un derecho ciudadano. Defenderla no es un tema tecnológico, es defender la libertad, la inclusión y el futuro.
Juan Santiago
Legislar en 2025 implica entender de IA. Es una responsabilidad, no una opción. Si no lo hacen, nuestros representantes estarán gobernando para un mundo que ya no existe. Desde la Fundación Tecnología con Propósito y la Liga del Bien de IA, queremos acompañar este camino. Pero la decisión de empezar está en los legisladores. Podemos ser líderes en América latina si se animan a dar el paso.
Como ciudadano lo digo con claridad: no podemos perder más tiempo. La pregunta no es si los legisladores se van a capacitar en IA, sino cuándo y cómo porque cada día que pasan sin hacerlo, todos en primera persona estamos dejando escapar el futuro.
(*) Fundador y director general ejecutivo de Santex





