El homenaje a Russo no actuó como impulsor para Boca
El regreso de Boca a su estadio tenía un significado especial, ya que se trataba de la presentación luego del fallecimiento de su entrenador, Miguel Angel Russo. El club, por ese motivo, preparó un homenaje para el hombre que no pudo contra un cáncer y se despidió a los 69 años.
La imagen con el rostro de Russo en una foto que ocupaba todo el círculo central del campo de juego fue la ilustración que recibió al plantel. Los jugadores rodearon la foto antes del inicio del juego, y el capitán Leandro Paredes efectuó una suelta de globos azules y amarillos. El que vio todo desde un palco fue Ignacio Russo, el hijo, que se desempeña en Tigre.
La camiseta de Boca para esta ocasión también fue singular, debido a que mantenía un parche en honor al exconductor, con la escena de Russo besando la Copa Libertadores 2007, la última ganada por la entidad bajo su mando. El diseño incluyó la fecha de su nacimiento junto al símbolo del infinito.
Boca salió impulsado por la emoción que significó ese reconocimiento, y en los primeros 15 minutos tuvo dos oportunidades para convertir. El remate de Merentiel, en la primera, fue rechazado por el arquero Cardozo; y Giménez, en la segunda, no pudo pegarle bien a la pelota cuando se encontraba con el arco a disposición.
La búsqueda en ofensiva provocó que el local quedara mal parado en defensa, cuando perdía la pelota, y los cordobeses también llegaron dos veces con peligro. Marchesín y la falta de precisión evitaron que se pusieran en ventaja.
Giménez volvió a estar cerca del gol en el comienzo del segundo tiempo, pero no llegó a tiempo para empujar la pelota abajo del arco, luego de una habilitación de Merentiel desde la izquierda.
La sorpresa llegó cerca de los diez minutos, cuando Di Lollo le cometió infracción (lo pisó) a Passerini dentro del área, y el propio delantero se encargó de ejecutar el penal para adelantar a los visitantes. Belgrano no dejó reaccionar a Boca, y en una acción detenida aumentó la diferencia: Lucas Zelarrayán lanzó un tiro libre, la pelota se desvió en un jugador y le rebotó a Paredes antes de introducirse en el arco.
Ubeda hizo ingresar a Zeballos, y en la primera incursión en ataque convirtió el descuento con un remate cruzado. El partido se jugaba a puro vértigo, y Boca se fue encima de su adversario para tratar de revertir la situación. La aparición del santiagueño le imprimió mayor movilidad en los últimos metros, y lograba prevalecer cada vez que se lanzaba por la izquierda.
El tiempo extra fue de nueve minutos, por todas las interrupciones que tuvo el encuentro, pero la insistencia de Boca no tuvo respuesta en el arco rival. Russo, desde el cielo, no logró exhibir una sonrisa.
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