«Tron: Ares», el futuro llegó al presente

Dos de sus protagonistas, Gillian Anderson y Evan Peters, coinciden en que el film «trata de imaginar algo que en realidad ya tenemos aquí».
“El primer film de Tron imaginaba un futuro, este trata de imaginar algo que en realidad ya tenemos aquí, en nuestro presente”, reflexiona Gillian Anderson durante la entrevista. La actriz –icónico rostro de los míticos Expedientes secretos X– encarna a Elizabeth Dillinger en la recientemente estrenada Tron: Ares. En el universo ficcional de Tron, dos compañías pugnan desde hace décadas por el liderazgo tecnológico. Una de ellas lleva el apellido de la dama y ahora está a cargo de su hijo, Julian, interpretado por Evan Peters.
Peters, sentado junto a Anderson, recuerda los comienzos de la producción del film y revela que originalmente el papel de madre que encarna su compañera iba a ser para un “padre”. “Pero es mucho mejor personaje el mío si resulta ser un nene de mamá que busca su amor y aprobación –considera-, así que finalmente mantuvimos el personaje del padre a la distancia, con la figura del abuelo desde los cuadros también mirando”, refiere a uno de los guiños de la película a sus antecesoras. “Mi personaje siente toda esta presión familiar, muy intensa, por ser exitoso, y eso no lo deja pensar claramente, y se esfuerza tanto que desvía el camino”, evalúa.
Anderson ve a su personaje como la “voz de la razón” dentro del clan Dillinger, una madre que intenta que su hijo no derrape –sin mucho éxito, pues sino no habría trama-. “Intenta ser la guía moral y encarna el temor por el futuro: el futuro de la compañía, de la humanidad, de la salud mental de su hijo”, explica la actriz. “Al mismo tiempo, es alguien que entiende el mundo que habita, que viene del mundo corporativo y sabe los peligros que vienen con él, pero al mismo tiempo… un poco de curiosidad tiene, y también está impresionada, incluso si no deja de darse cuenta como el resto de la humanidad que si realmente nos entusiasmaba la inteligencia artificial, ahora que la tenemos acá… Creo que en la película ella no pone el freno a tiempo para hacer una diferencia”.
“Si la película original fue tan duradera fue porque encapsuló nuestra fascinación con todo lo que empezaba a surgir sobre las computadoras”, rememora Anderson. “Y ya que la ciencia ficción es un género que usamos como parábola durante tantas décadas, siempre fue un modo para que trabajemos nuestros temores, curiosidades y dejemos correr la imaginación”, plantea. “Así, supongo que con toda la tecnología, el CGI, la inteligencia artificial y el impacto que eso puede tener, verlo en una película como Tron puede ser muy interesante”, se entusiasma.
Cuando se les pide que remarquen lo mejor de la película, ambos actores destacan la banda sonora –copada por el nuevo material de Nine Inch Nails, al que habría que agregarle algunos homenajes al synth pop ochentoso con Eurythmics y Depeche Mode a la cabeza-, “el presupuesto” y la combinación de sets naturales y de pantalla azul. “Y hay muchas escenas de persecuciones”, agrega Anderson sobre el film dirigido por Joachim Rønning.
“Hay cosas que son reales, como el tanque gigante que aparece y Ares baja, cuando lo vi pensé ‘wow, ¡¿cuánto costó eso?!’”, reconoce el actor. Peters describe a Rønning como “un director muy lúdico, divertido y amable, increíblemente inteligente”. Destaca su “atención a los detalles” y su trabajo “intrincado” (aunque la trama, debe decirse, resulta bastante predecible desde los primeros planos). “Nos dio la oportunidad de jugar un montón”, celebra.




