River arrancó muy bien y cerró muy mal ante Palmeiras y adiós Libertadores

El sueño de River duró apenas un tiempo en Brasil. Fue derrota 3 a 1 ante Palmeiras y eliminación en cuartos de final de la Copa Libertadores. En semis, los paulistas esperan por el vencedor de Liga de Quito (2) y San Pablo, su clásico rival, que jugarán la revancha este jueves en Brasil desde las 19.
«Cuando baja el nivel de atención, lo pagás caro», disparó Marcelo Gallardo en la conferencia de prensa post partido, claramente ofuscado con cómo sus dirigidos cerraron el partido.
Teniendo en cuenta lo sucedido en el arranque del partido de ida, con Palmeiras arrollando a River, el Muñeco optó por un planteo un tanto conservador para salir a jugarle en San Pablo, con Maxi Salas como solitario delantero y un mediocampo muy poblado para entorpecer los circuitos de juego de los brasileños. Y la cosa le funcionó al DT durante toda la primera parte, potenciado acaso por el gol tempranero del propio Salas, de cabeza tras un centro de córner a los 8 minutos.
Del otro lado, aunque Palmeiras jugó unos 45 minutos iniciales muy malos, Franco Armani tuvo tarea y salvó a los suyos con un par de atajadas dignas de su excelente carrera.
A River no le sobraron ocasiones de gol -la más clara la tuvo el colombiano Castaño, quien se quiso pasar al arquero en lugar de definir-, pero parecía tener controlada la historia ante un local incomodado tácticamente. Incluso la salida por lesión de Portillo y el ingreso de Enzo Pérez a los 25 minutos, no modificaron la tónica de las acciones.
En la segunda parte todo cambió. Armani dejó de ser el uno invencible de los mejores River y dio un rebote complicado ante un cabezazo de Vitor Roque, capitalizado por el propio delantero, quien de todos modos apareció muy solo dentro del área en un centro de córner.
De nuevo arriba en el global (3 a 2 ) a los 51 minutos, Palmeiras pareció tranquilizarle y tomar control de las acciones. Gallardo empezó a mover el banco a los 60, con las salidas de Juanfer Quintero y Nacho Fernández, de discreta actuación ambos, por Colidio y el pibe Lencina. Pero recién con el ingreso de Borja a los 70 (por Galoppo), el Millonario pudo preocupar a Weverton. El colombiano, de buen ingreso, se ingenió un remate que obligó a una respuesta estupenda del arquero local.
Los minutos finales encontraron a un River desconcentrado, contrariamente al buen partido que venía haciendo. A los 86, nadie presionó un tiro libre que salió casi desde el área de Palmeiras -Salas quedó en la foto pero casi todos estaban dados vuelta- y el uruguayo Torres se fue solo contra Armani. Acuña tuvo que derribarlo dentro del área: penal y expulsión para el zurdo, que se había salvado antes de la roja luego de empujar a un rival e intentar darle un cabezazo a un suplente de Palmeiras. El exLanús José López lo canjeó por gol a los 91 y, como si fuera poco, tres minutos después se armó un muy lindo tanto para dejar el resultado global en goleada y maquillar su actuación individual, hasta entonces muy baja.
«Bronca, bronca. Porque se nos escapa un partido que pudimos pasar a ganarlo rápidamente. Creo que jugamos un buen partido. Después, bueno, nos empatan pero así todo estábamos en partido. Tuvimos algunas ocasiones. No me gustó lo que pasó en los últimos cinco minutos de partido, donde estábamos en juego. Hay desconcentraciones que se pagan caro», se lamentó Gallardo.