Crearon el Tinder para personas con discapacidad que apuestan a vínculos reales: así funciona la app

Ya está disponible Discapp, la primera aplicación de citas realmente inclusiva pensada para personas con discapacidad. Es gratuita, fácil de usar y fue creada por tres argentinos que decidieron cambiar una realidad que conocían de cerca: en las plataformas tradicionales eran rechazadas apenas contaban su situación. Con funciones accesibles y sin necesidad de pagar para usarla, la startup a generar vínculos auténticos entre quienes buscan una relación, una amistad o simplemente alguien con quien hablar.
La idea surgió hace dos años, en un asado entre Pablo Mallo, Leonardo Eulogio y Santiago Bouchard, tres amigos que no vienen del mundo tech ni de las startups. Pablo limpia piletas, Leo es profesor de tenis adaptado y Santiago trabaja en comercio exterior. Lo que tenían en común era una preocupación: conocidos con discapacidad les contaban que usar apps como Tinder los frustraba. «Les iba bien hasta que contaban que tenían una discapacidad. Ahí se terminaban las charlas», cuenta Pablo.
Así nació la idea de hacer algo distinto. A pulmón, sin inversores ni subsidios, fundaron Discapp. «Ya invertimos más de u$s20.000 entre desarrollo, servidores, community manager, validaciones y mantenimiento mensual. Todo sale de nuestros sueldos«, explica Pablo. «Lo hicimos así para no deberle nada a nadie», añade.
Para el desarrollo contactaron a un conocido programador, y su respuesta fue clave muestra para confirmar que la idea generaba impacto desde el minuto cero: «Cuando le contamos el proyecto, se emocionó. Tenía dos hijos con discapacidad y nos dijo que era una idea hermosa. Por falta de tiempo no pudo sumarse, pero fue una de las primeras señales de que esto tenía sentido», recuerdan.
Después de dos años de trabajo, la app está disponible tanto en Android como en iOS. Llegar a la App Store fue un camino largo: tuvieron que explicar una y otra vez por qué su propuesta era diferente. «Apple nos decía que ya tenían muchas apps de citas y no necesitaban otra. Tuvimos que mandar mails, explicar que esto era único en Latinoamérica. Fue muy engorroso. Pero nos aprobaron», recuerda el Pablo.
La aplicación está pensada especialmente para personas con discapacidad, aunque cualquier persona puede registrarse. Tiene navegación simple, botones grandes, colores distintivos y es compatible con celulares adaptados para personas ciegas. Aún no cuenta con comandos por voz, pero están contemplados para versiones futuras.
Historias reales detrás del algoritmo
Más allá del diseño o las funciones, lo que hace diferente a Discapp es su espíritu. Su eslogan lo dice todo: «Conectate con quien comprende». Acá no se trata de mostrar el mejor perfil o el cuerpo más trabajado, sino de encontrar a alguien con quien charlar, compartir una salida, enamorarse o simplemente sentirse acompañado, sin tener que explicarse ni enfrentar prejuicios.
«Hay un señor de 72 años que se bajó la app después de separarse. Tiene algunas dificultades para caminar y quería conocer a alguien. Nos llamó sumamente agradecido. Sí, directamente, porque no hay call center: acá atendemos nosotros», cuenta Santiago.
También está Agustín, un joven con síndrome de Down que usa la aplicación con entusiasmo. La mayoría de los usuarios tienen alguna discapacidad, pero también hay quienes no la tienen y simplemente buscan un espacio más empático para vincularse. «No hay poses. Acá no te encontrás con alguien mostrando el auto o en pose. Compartís una foto, contás algo de vos y listo», explican.
La lógica de uso es similar a la de Tinder: se crea un perfil con foto y descripción, se aplican filtros por edad y ubicación, y se pueden ver perfiles cercanos. Pero hay diferencias clave. Por ejemplo, se está sumando una función para eliminar el límite de distancia, pensada para quienes quieren conversar sin importar si pueden verse en persona. También incorporarán la opción de buscar perfiles en una ciudad a la que se planea viajar. Todo está pensado a partir del contacto directo con usuarios que dan feedback constante y ayudan a mejorar la plataforma.
Hoy Discapp tiene más de 500 usuarios activos, desde Buenos Aires hasta Catamarca, Jujuy y Río Negro. El objetivo es llegar a 10.000 usuarios en los primeros seis meses y luego expandirse a toda Latinoamérica. «En la región hay más de 85 millones de personas con discapacidad, y hasta ahora nadie había pensado en ellas. Es una necesidad y una oportunidad», señala Santiago.
Aunque el crecimiento viene siendo orgánico, hay un dato que los enorgullece: muchos usuarios se han convertido en verdaderos embajadores de la app. «Literalmente nos dicen: ‘Te ayudo y vos me ayudás’. Nos recomiendan entre sus grupos, nos pasan historias, nos proponen ideas. Es boca en boca, comunidad pura», destacan.
La app ya tiene más de 500 usuarios activos en todo el país
Actualmente, la aplicación es completamente gratuita. En el futuro se activarán funciones premium, aunque la intención es que siempre pueda usarse sin pagar. También evalúan incluir publicidad para sostener los costos. «Si logramos que se mantenga sola sin que nadie tenga que pagar, mejor. Pero lo importante es que funcione y esté disponible para quien la necesita», remarcan.
Más allá de los números, lo que motiva a estar startup es ofrecer una aplicación de citas concreta para quienes muchas veces quedan afuera del amor o la amistad por prejuicios. «Acá no importa si son personas con discapacidad. Importa que quieran hablar, compartir, vincularse. Si logramos que alguien se sienta menos solo gracias a Discapp, ya estamos más que felices», cierra Pablo.