León XIV cerró el Jubileo de la Juventud ante un millón de personas

El papa León XIV cerró este domingo el Jubileo de la Juventud con una misa celebrada ante un millón de fieles en la explanada romana de Tor Vergata. Durante la ceremonia, instó a los jóvenes a «aspirar a cosas grandes» y defendió que «otro mundo es posible«. Tras la Misa Jubilar de los Jóvenes, el Papa rezó el Ángelus recordando especialmente a aquellos cuya tierra está marcada por la guerra, a quienes pidió acompañar.
«Estamos con los jóvenes de Gaza, estamos con los jóvenes de Ucrania. Estamos con todos aquellos países ensangrentados por la guerra«, proclamó el pontífice desde el escenario de Tor Vergata, en la periferia de Roma. Desde un escenario decorado con los colores rojo, blanco y dorado, León XIV celebró la Misa, rezó el Ángelus y brindó su bendición final en varios idiomas incluido el español. Según el portal oficial del Vaticano, Vatican News, el evento contó con una presencia de unos 7.000 sacerdotes y más de 450 obispos provenientes de 146 países.
En una explanada de más de 500.000 metros cuadrados, equivalentes a 70 campos de fútbol, el evento reunió a miles de jóvenes de todo el mundo. La misa, celebrada en la misma explanada donde Juan Pablo II ofició la histórica Jornada Mundial de la Juventud en 2000, marcó el fin de una semana de peregrinación.
Este encuentro juvenil tuvo lugar tres meses después del inicio del pontificado de León XIV y 25 años después de la última Jornada Mundial de la Juventud en Roma. La convocatoria superó las expectativas, alcanzando un millón de asistentes, lo que lo convirtió en el mayor encuentro religioso de los últimos 25 años en la ciudad.
«Males más graves»
Durante el fin de semana, León XIV ofreció varios consejos a los jóvenes, incluyendo advertencias sobre las «lógicas comerciales» de las redes sociales y la importancia de construir relaciones auténticas. También los alentó a ser «misioneros de paz» y a trabajar por «un mundo más humano«. Sin embargo, lo que más destacó fue su llamamiento del domingo, antes del Ángelus, donde recordó a los jóvenes que sufren debido a la guerra.
«¡Estamos con los jóvenes de Gaza y con los de Ucrania! Con todos aquellos que viven en tierras ensangrentadas por la guerra«, exclamó desde el palco en Tor Vergata. «En comunión con Cristo y con nuestra esperanza de paz para el mundo, estamos más cerca que nunca de los jóvenes que sufren los males más graves, causados por otros seres humanos«, afirmó el Papa, provocando un aplauso colectivo entre los asistentes.
Tampoco olvidó a los peregrinos provenientes de regiones devastadas por la guerra. «Estamos más cerca que nunca de los jóvenes que sufren las consecuencias de los males causados por otros seres humanos«, dijo durante la oración del Ángelus. «Otro mundo es posible«, defendió el Papa, mostrando la participación masiva en el evento como prueba de ello.
Asimismo, hizo un especial recuerdo de María Cobo, la joven española de 30 años que falleció el 30 de julio antes de llegar a Roma, y Pascale Rafic, de 18 años y originaria de Egipto, quien falleció el 2 de agosto de un infarto durante el viaje a Roma. «Siguen caminando con alegría tras las huellas del Salvador. Contagien su entusiasmo y testimonio de fe a todos los que encuentren», les expresó al despedirse, instándolos a regresar a casa con el espíritu renovado.
El legado de Francisco
Este Año Santo 2025, fue inaugurado por el fallecido papa Francisco en diciembre del año anterior, y ha sido continuado por el estadounidense, su sucesor. Muchos jóvenes esperaban reencontrarse con Francisco en Roma, pero su recuerdo estuvo presente a lo largo de las celebraciones.
Consciente de la figura de su antecesor, León XIV rindió homenaje a Francisco citando una de sus frases más conocidas: «No nos alarmemos si nos sentimos sedientos, inquietos, incompletos, deseosos de sentido. ¡No estamos enfermos, estamos vivos!«.
En sintonía con el mensaje del argentino, el Papa también hizo un llamado a los jóvenes a no caer en el consumismo. «Comprar, acumular, consumir no es suficiente. Necesitamos alzar los ojos«, dijo, añadiendo que «el verdadero sabor de la vida no depende de lo que poseemos, sino de lo que compartimos con alegría».
En su homilía, el Papa enfatizó la importancia de vivir con propósito: “La plenitud de nuestra existencia no depende de lo que acumulamos, sino de lo que con alegría sabemos compartir”. Invitó a los jóvenes a “mirar en alto, a lo eterno” y a no conformarse con “consumir o acumular”.
El Papa, de 69 años, también reflexionó sobre el verdadero sentido de la vida y la felicidad: «¿Cuál es el verdadero sabor de la vida? ¿Qué nos libera del sinsentido, del aburrimiento y de la mediocridad?», se preguntó. “Si están inquietos, están vivos”, les dijo. También les recordó que “la fragilidad no debe ser un tabú” y que “la felicidad verdadera nace del encuentro con Cristo”
Finalmente, el Papa destacó que «la esperanza es Jesús» y les instó a abrirse «a la ventana del encuentro con Dios». Además, citó a los asistentes para la próxima Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en Seúl en 2027. El lema de este encuentro será «¡Tengan valor: yo he vencido al mundo!», tomado del Evangelio según San Juan.»¡Jóvenes peregrinos de esperanza, seréis testigos hasta los confines de la Tierra! Os cito en Seúl, ¡sigamos soñando y esperando juntos!», concluyó.
Año de los jóvenes
Al final de la jornada, el Papa regresó al Vaticano, cerrando así estos días llenos de emoción en los que pudo saludar a los jóvenes, recorriendo Tor Vergata en papamóvil y conversando con ellos desde el escenario.
El ambiente festivo alcanzó su punto máximo el sábado, antes de la vigilia nocturna presidida por el Papa, que fue comparada por la cadena italiana Rai con un «Woodstock católico». Esa noche, antes de la vigilia, se confirmaron 800.000 asistentes en el gigantesco espacio al aire libre en el este de Roma, y el domingo, el Vaticano reportó que la cifra ascendió a un millón de personas.
León XIV fue recibido con vítores y aplausos al llegar en helicóptero el sábado, y recorrió la explanada en papamóvil, mientras los peregrinos corrían para verlo más de cerca, emocionados por la presencia del nuevo Papa peruano-estadounidense.
Entre los presentes se encontraba Christofer Delano, un peregrino de Nueva York, quien, aunque estaba «muy feliz de ver al Papa León», expresó su sorpresa por la magnitud de la multitud. «No esperaba ver a toda esta gente. Sabía que habría mucha, pero no tanto», comentó a AFP. Otro momento significativo del evento fue el viernes, cuando el Circo Máximo romano se transformó en un inmenso confesionario al aire libre.