Declaró la secretaria de Milman que había amenazado con «ir a los medios a contar la verdad»

La exsecretaria del diputado Gerardo Milman, que le había advertido en un Whatsapp que junto con sus compañeras irían a la televisión «a contar la verdad de cada una» si no les daba solución ante la interrupción de sus contratos en la Cámara de Diputados, declaró en la causa sobre la autoría intelectual del intento de magnicidio contra Cristina Fernández de Kirchner y dio una explicación que no encaja con el tono de ese y otros mensajes. Después del atentado, dijo la joven, «nos trataban de gatos», «comenzó una difamación» y «queríamos salir a hablar en algún medio, en algún lugar público» para mostrar que «era mentira».
La exsecretaria del diputado Gerardo Milman, que le había advertido en un Whatsapp que junto con sus compañeras irían a la televisión «a contar la verdad de cada una» si no les daba solución ante la interrupción de sus contratos en la Cámara de Diputados, declaró en la causa sobre la autoría intelectual del intento de magnicidio contra Cristina Fernández de Kirchner y dio una explicación que no encaja con el tono de ese y otros mensajes. Después del atentado, dijo la joven, «nos trataban de gatos», «comenzó una difamación» y «queríamos salir a hablar en algún medio, en algún lugar público» para mostrar que «era mentira».
La mujer se llama Erika Menéndez. Contó que Milman les pedía que no hablaran, que «mantuvieran bajo perfil» por consejo de su abogado, y les decía que ya pasaría. Lo que ocurrió a comienzos de enero de 2023, cuatro meses después del intento de magnicidio, es que a varias de las asesoras las dejaron sin contrato en el despacho del diputado del PRO, que era entonces mano derecha de Patricia Bullrich. La versión de la testigo es que los mensajes fueron en ese contexto de bronca porque se había quedado sin trabajo y nadie le explicaba por qué.
Lo que no se entiende es cuál sería el sentido de salir a explicar públicamente que no era «gato» y que Milman no la había sacado de Only Fans –en sus palabras– si lo que sucedía era que estaba furiosa porque se encontraba desempleada y, para colmo, para trabajar con el legislador había dejado su cargo en la policía porteña, donde había ingresado en 2014. Ahora dijo que se dedica a seguridad VIP para artistas nacionales e internacionales.
Por qué importan los mensajes
Milman, vale recordar, es el único imputado en la causa residual sobre la autoría intelectual del atentado contra CFK. Fue a partir de que un testigo declaró que lo había escuchado en el bar Casablanca, en la esquina del Congreso, decir «cuando la maten yo estoy camino a la costa». Eso pasó dos días antes del hecho y estaba con dos mujeres, que resultaron ser sus asesoras. Una es la exMiss Argentina Carolina Gómez Mónaco y la otra Ivana Bohdziewicz. Además, Milman había presentado proyectos de resolución en Diputados donde pedía información sobre la custodia de la Cristina Kirchner, y en uno sugería que habría un ataque contra la entonces vicepresidenta que insinuaba como auto atentado.
Las secretarias dijeron no recordar la famosa frase, pero una de ellas, Ivana, declaró que, junto a una compañera, la llevaron a una oficina de Bullrich a borrar su celular y que también fue manipulado el de Milman. Esto pudo suceder porque la jueza María Eugenia Capuchetti no había secuestrado sus aparatos pese a que intentaron mentir al declarar. Milman quiso mostrar un gesto de supuesta colaboración y en 2023 entregó un celular suyo, pero que era un modelo que había salido a la venta después del atentado. Igual se mandó a peritar, pero recién el mes pasado.
Después de la extracción del contenido, Capuchetti le encomendó su análisis a Gendarmería, la fuerza favorita de la ministra de Seguridad, que hizo un informe en menos de 24 horas. Decía que había 633.299 archivos de los cuales 659 podían ser relevantes, pero según un glosario de 29 palabras se habían quedado solo con tres. Uno era el de Erika. Otros dos eran de Milman donde, en marzo de 2023, ironizaba sobre la posibilidad de que encontraran algo sobre el atentado en su teléfono. Luego había decenas de archivos borrados y faltan los mensajes del mes previo y posterior al atentado.
El WhatsApp de la chica a Milman era del 20 de enero y decía: «Parece una tomada de pelo todo esto, nosotras pariéndola acá, cagadas de calor, por tu culpa y vos de vacaciones en Pinamar, estoy sin laburo, sin un mango, sin ayuda de nadie por tu culpa jerry!Sabes que va a terminar pasando, que salgamos todas en la tele para decir la verdad de cada una porque nadie nos ayuds, no tenemos nads que perder ya. Rocio también está re caliente porque perdió el laburo y quiere salir en la tale para decir todo, y así estamos todas porque todos se abrieron de gambas! A mi me dijero a través de Carolina que están hablando en la poli pero estoy casi segura de que no están haciendo nada, no puedo estar sin laburo Jerry y sabes bien que deje la policía porque vos me prometiste algo y confié y ahora te cagaste en todo y desapareciste (sic)».
El fiscal Carlos Rívolo había pedido al juzgado el contexto del mensaje y apareció otro del mismo día muy parecido: «O nos dan una solución o vamos a contar toda la verdad». Esto hace más difícil de entender la explicación de Menéndez al juzgado, según la cual, ellas querían dejar en claro que cumplían tareas en el Congreso y no era, como dijo, «gatos». «Yo iba siempre a trabajar», se quejó para argumentar que no entendía por qué la habían echado. Lo cierto es que en el contexto de la vinculación de Milman a la causa se supo que tenía más de 30 asesores, mayoría, mujeres, cuando la mayoría de los diputados/as tiene tres o cuatro.
Detalles del relato
Menéndez dijo que conoció a Milman en 2021 en un evento del que no dio detalles. El organizador le dijo que el diputado estaba buscando secretaria y que ella «daba el perfil». A la mujer, que era policía, le interesó por la relación de Milman con tema de seguridad (había sido director de Inteligencia en la gestión de Bullrich). «Quería aplicar mis conocimientos», dijo, aunque lo que le tocaba era coordinar reuniones y acompañar a Milman a algunos lugares.
A quien nombra como Rocío en el mensaje es Rocío Fiorenza. Dijo que era su amiga de antes y que la recomendó para trabajar con Milman. Lo hizo, dijo, más que nada a distancia, pero como estaba atravesando un momento personal difícil renunció. Es una chica que tenía actividad en la redes sociales y aparecía con el apodo «Tremenda Pony». «Después del atentado a la primera que atacaron fue a ella», dijo Menéndez para contextualizar lo que describió como «difamación».
Relató que Gómez Mónaco (una de las pocas no despedidas) hacía proyectos del ley, tareas administrativas y le explicaba a ella sus funciones. Además dijo que después del ataque a CFK, el 1 de septiembre de 2022, empezó el «calvario para cada una de nosotras, más allá de Milman que la pasó muy mal». «Nos trataban de gatos», describió. «Cuando te atacan con cosas que, encima, que no son verdad, lo que querés es salir a defenderte. Esto se lo planteamos a Milman, que todas queríamos salir a hablar en algún medio, en algún lugar público, para poder contar lo que cada una estaba pasando»
«Llega entonces enero de 2023. El 2 de enero de 2023, me llega a mi domicilio la baja del contrato (…) Yo no entendia que estaba pasando (…) si uno va y se fija en los ingresos y egresos del Congreso (..) no es que me quedaba en casa tomando mate. No entendía el motivo de la baja (…)Yo había dejado la policía, que fue mi trabajo de muchos años, estable. De golpe me quedaba sin nada, a la vez que pasaba por una situación tan particular como esa, me arruinó psicológicamente, emocionalmente. No recuerdo si fue ese día, o a los pocos días de recibir la baja del contrato, me comuniqué con Milman. Comencé a mandarles mensajes a Milman para que me respondiera que había pasado». Cómo él no le respondía dijo que le escribió a Bullrich.
«No tuve respuestas de nadie. Alguno que otro me respondió, diciendo que estaban viendo que había pasado. Pero no respondían a mi pregunta ni me ayudaban». Según su versión, el mensaje (fueron dos) donde amaga con ir a los medios era para ver si conseguía «una reacción» de Milman. «Creo que nos atacaron a nosotras por ser mujeres, y por tener una buena imagen en lo estético», dijo.
Cómo era esperable, ante un testimonio que parecía bastante guionado, dijo no haber escuchado nada del atentado y que los mensajes borrados de sus compañeras respondían a una cuestión de preservar la intimidad. Mientras tanto, Gendarmería realiza un análisis manual ahora del celular y su contenido pero no permite la participación de la querella de la ex presidenta ni de la fiscalía.