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Un virrey disfrazado de embajador

El círculo rojo muestra su corazón negro y su esencia antinacional. Los jerarcas D. Trump, M. Rubio y P. Lamelas, el primero con vocación de monarca y los otros de visires de un imperialismo en decadencia política, económica y cultural, ya no pueden sostener su artificiosa imagen hollywoodense de abanderados de la democracia capitalista.

El círculo rojo muestra su corazón negro y su esencia antinacional. Los jerarcas D. Trump, M. Rubio y P. Lamelas, el primero con vocación de monarca y los otros de visires de un imperialismo en decadencia política, económica y cultural, ya no pueden sostener su artificiosa imagen hollywoodense de abanderados de la democracia capitalista.

Su determinación de organizar y sustentar regímenes genocidas como el de Netanyahu contra el pueblo palestino, y ultraderechistas aventureros como el de Milei, pone al desnudo su carácter de época. Son los mismos de siempre, solo que más brutales y desembozados. América Latina y el Caribe los viene padeciendo desde James Monroe. Aquel presidente nos sentenció a su dominio absoluto para los tiempos, antes de que los ejércitos patrióticos derroten en Ayacucho (1824) al viejo colonialismo hispano de Fernando VII.

Todo indica que los ultraderechistas llegados a La Florida de la Cuba del dictador Fulgencio Batista, ahora tienen la hegemonía de las políticas continentales del gobierno estadounidense. Más de un siglo imponiendo dictaduras como la genocida de Videla y Massera, ahora reivindicadas por la vicepresidenta Villarruel, bloquean a Cuba por más de 60 años, y a Venezuela; causando enormes sufrimientos a sus pueblos. En esta oportunidad, envían un embajador quien advierte que actuará como el virrey Sobremonte solo que disfrazado de diplomático.

El mileísmo lo celebra consecuente con su vocación de obediencia y rendición al déspota. Otras expresiones políticas lo acatan en silencio, ya invadidos y quebrados por el miedo político, y el abandono de sus identidades y valores históricos. No se animaron a decirlo públicamente: “compartimos con Milei las revividas relaciones carnales del menemismo”. Ciertamente una gran parte de las fuerzas políticas, sociales, sindicales y culturales, reaccionaron dignamente repudiando la declaración del empresario trumpista, exigiendo que no se le otorgue el plácet a este remedo de aquel fracasado embajador Spruille Braden. La historia, como maestra de la vida, enseña que este aspirante a Braden, terminará como aquel, vilipendiado y derrotado por el entonces candidato a presidente Juan Perón.

Otra de las recientes visitas internacionales fue la de la fotogénica Ministra Kristi Noem, especialista en persecución y expulsión de migrantes, particularmente de nuestra américa. Vino como controller, exigiendo aplicar la misma política que despliega en su país, recomendando el control a ciudadanos rusos, venezolanos y bolivianos que llegan a nuestro país. La Secretaria de Seguridad estadounidense asume que su jurisdicción llega hasta Tierra del Fuego siguiendo la saga de los anteriores visitantes del imperio.

Los diversos núcleos del poder presentaron un programa corporativo exigiendo “reformas estructurales”. Se trata de un eufemismo engañoso, ya que en realidad serían contrareformas regresivas. El grupo empresario de los supermillonarios de Los Seis y la rancia Sociedad Rural Argentina, presidida por Nicolás Pino, un matarife ultramileísta que oficia de “apaciguador” en la interna de la cúpula ruralista, la AmCham (Cámara de Comercio de los EEUU en Argentina) y completa el gran lobby de los negocios de las organizaciones de la burguesía local fugadora, quienes decidieron lanzarse al unísono a imponer la próxima fase del plan económico de Milei y su equipo de financistas “recuperados” de Wall Street, cuyo tótem sagrado es la bicicleta especulativa, que gustan llamar carry trade. El ganadero no se privó de manifestar su odio a Cristina ante la tribuna exultante de la vieja oligarquía odiadora.

Para completar el mapa del apoyo político a Milei, en este caso del establishment trumpista, el FMI dispuso otorgarle otro crédito de dos mil millones de dólares, pese a que el Toto Caputo no cumplió con la principal meta que determina la aprobación de los desembolsos: la acumulación de reservas.

En síntesis, la diplomacia norteamericana, el FMI y el establishment empresario local cierran filas en torno a la ultra derecha mileísta atendiendo a sus negocios de corto plazo que le proporcionaron ganancias únicas en el mundo y a la necesidad de sostener a uno de los pocos gobiernos en el continente que le responden incondicionalmente, ya que la gran mayoría de los pueblos optan por propuestas populares y progresistas.

El gran empresariado ya tiene programa: desregulación de todas las normas del Estado de protección a la ciudadanía, y reiteran su reclamo de reforma laboral, tributaria y previsional, todo lo cual llevará al país a una conflictividad social a la que se proponen oponerle restricciones vía vetos en el parlamento y represión a la protesta social.

Al programa multinacional clasista se debe contraponer otro popular que afronte las imprescindibles respuestas a las graves carencias de nuestro pueblo y aspire al desarrollo integral de la nación, para que las penas no se vayan por la senda de la entrega de nuestras riquezas naturales y se recuperen derechos sociales y culturales que están siendo arrasados.

En medio de estos vaivenes neocolonialistas hubo otro tiro para el lado de la justicia que le pone freno a Milei. La jueza Martina Forns ordenó al gobierno nacional abstenerse de hacer cambios en el INTI, incluyendo cesantías, suspensiones, pases a disponibilidad de personal o supresión de estructuras.

Los próximos tiempos electorales son decisivos, ya que se debaten y deciden las representaciones en los órganos de gobierno municipales, provinciales y nacionales, que serán determinantes en la disputa contra este gobierno de ultraderecha.

Estamos convocados a concretar rápidamente la organización de la militancia política, en pos de que esa gran energía latente, se transforme en una fuerza que interpele desde el pie y cuerpo a cuerpo a millones de ciudadanas/os, comenzando por los propios e incorporando a los millones de desesperanzados sin voluntad de concurrir a votar. Para ese propósito determinante, la dirigencia tendrá que dar el ejemplo, afirmando la vocación de unidad y ser protagonista de una épica propia de los movimientos nacionales, populares y progresistas, que entusiasme y movilice a cientos de miles de jóvenes y viejos para que tomen la historia en sus manos. 

*Secretario general del Partido Solidario y presidente del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos

Fuente: Pagina12

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