La conquista del voto femenino y su música
“La mujer puede y debe votar”: corrían los primeros días de septiembre de 1947 y las ciudades de nuestro país eran empapeladas con este lema por mujeres organizadas para conquistar aquello por lo que venían luchando desde hacía décadas: el derecho a votar.
Desde principio de siglo, las agrupaciones de mujeres feministas, las socialistas y radicales, llevaron adelante esta lucha que continuó activamente Eva Peron, hasta que el sueño se hizo realidad: el 9 de septiembre de 1947: la Cámara de Diputados de la Nación convirtió en ley el voto femenino, un proyecto que había presentado el Poder Ejecutivo encabezado por el presidente Juan Domingo Perón.
Unos días más tarde, el 23 de septiembre, quedó promulgada la Ley 13010, que establecía los derechos políticos de la mujer. Las palabras de Eva aquel día, siguen resonando como música en nuestros oídos: “Recibo en este instante de manos del Gobierno de la Nación la ley que consagra nuestros derechos cívicos. Y la recibo, ante vosotras, con la certeza que lo hago en nombre y representación de todas las mujeres argentinas, sintiendo jubilosamente que me tiemblan las manos al contacto del laurel que proclama la victoria”.
La lucha por el voto femenino fue internacional, llevada a cabo por los movimientos sufragistas que fueron surgiendo en diversos países. Y como siempre, como en todo, allí estuvo la música para reflejar esa militancia, para animarla, arengarla, o posteriormente, para homenajearla. El recorrido hacia el voto femenino puede hacerse entonces también a través de canciones.
¡Hijas de la libertad! La votación sea suya
“Recuerda a las damas y sé más generoso con ellas de lo que lo fueron tus predecesores…Si no se les prestan especial cuidado y atención, estamos decididas a provocar una rebelión y no nos someteremos a ninguna ley en la que no tengamos ni voz ni representación”.
Esto le escribía en 1776 Abigail Adams a su marido John, segundo presidente de los Estados Unidos, con quien tendría un hijo, John Quincy, también presidente. Queda a la vista que, si bien se considera a la primera Convención Feminista sobre los Derechos de la Mujer de 1848, en Seneca Falls, Nueva York, como el puntapié inicial del movimiento por la igualdad de derechos en ese país, las voces que la clamaban se venían alzando desde mucho antes.
También desde los comienzos esas voces tuvieron música: himnos formados por letras que se montaban en melodías reconocidas por todos y, por ende, fáciles de cantar. La primera de la que se tiene registro data de 1795. Se trata de “Rights of Women” («Derechos de las Mujeres»), de cuya autoría solo sabemos que fue escrita “por una dama”.
Existe un vasto registro de esas canciones -no menos de cincuenta- sin embargo, sólo algunas pueden escucharse, gracias a que fueron grabadas en el siglo XX. Una de ellas es el himno sufragista “Daughters of Freedom! The Ballot be Yours” («¡Hijas de la Libertad! La votación sea suya»), del año 1871.
«¡Hijas de la Libertad / levántense en su poderío / marchen hacia las consignas / Justicia y Derecho! ¿Por qué os adormeceréis? ¡Despierten, oh despierten! ¡Miren! ¡Sobre sus legiones / la luz se rompe, / rompan las cadenas / que la «costumbre» ha puesto! ¡Vengan del valle / de la colina y del claro!
«¡Hijas de la Libertad! La votación sea suya»
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«Ay, amor, ¿cuál será el problema? / Ay, amor, ¿cuál será el problema? / Las mujeres quieren votar
Las mujeres tienen maridos, están protegidas, / las mujeres tienen hijos por quienes son dirigidas
Las mujeres tienen padres; no se les descuida, / ¿por qué quieren votar?»
Esta canción fue escrita por de L. May Wheeler en el año 1884. Aquí se pregunta con ironía por qué una mujer, que ya tiene quien le diga qué hacer, querría votar. Hacia los versos finales, nos encontramos con la respuesta:
«Las mujeres han criado a todos los hijos de los valientes, / las mujeres han compartido las cargas que dieron, / Las mujeres han trabajado duro para salvar a su país, / ¡Por eso queremos votar!»
«Canción de las sufragistas»
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Este tema, junto con otros 15 correspondientes al período del movimiento sufragista, está disponible en la compilación “Songs of The Suffragettes” («Canciones de las sufragistas»), una joya que se grabó en el año 1958, en la voz de Elizabeth Knight y con el acompañamiento en guitarra de Sol Julty, editada por el sello Folkways Recordings.
«La Marcha de las Mujeres»
La «Marcha de las mujeres» fue escrita en 1910, para la Unión Política y Social de Mujeres, la principal organización de sufragistas en Gran Bretaña. La autora, Ethel Smyth, fue una compositora británica feminista, bisexual (es sabido su romance otoñal con la gran escritora Virginia Wolf) y también la primera compositora en ingresar a la Ópera Metropolitana de Nueva York con su segunda ópera «Der Wald». La letra estuvo a cargo de Cicely Mary Hamilton, una actriz, escritora, periodista, sufragista y feminista británica.
Dos años después de escribir la marcha, en 1912, el director de orquesta británico Thomas Beecham fue a visitarla a la cárcel de mujeres de Holloway, Londres (donde la compositora, junto a otras cien mujeres, estaba presa por lanzar piedras a las ventanas de los políticos anti sufragistas).
La encontró asomada al patio principal, dirigiendo a sus compañeras de celda desde su ventana con un cepillo de dientes como batuta. Las mujeres cantaban “March of the Women”, que ya se había convertido en el himno oficial del movimiento sufragista en Inglaterra.
En 1918 se aprobó la ley que permitía el sufragio a las mujeres mayores de 30 años.
«La Marcha de las Mujeres»
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«Y ella es lo suficientemente buena para votar contigo»
El 23 de octubre de 1915, Nueva York era testigo de un desfile multitudinario de mujeres vestidas de blanco llevando carteles con consignas a favor del sufragio femenino. A los costados, un copioso público, todos hombres, miraba la marcha imparable de las sufragistas.
Esta canción compuesta a pocos meses de aquel suceso, ya en 1916, da cuenta de cómo la industria musical se hacía eco de la temática que había ganado las calles y se había instalado en la sociedad de la época. Una muestra de cómo el sufragio femenino era abordado como temática de actualidad por la música popular.
“She’s Good Enough to Be Your Baby’s Mother” nació de una dupla compositiva, muy afamada por sus éxitos musicales y sonó en la voz de una estrella consagrada de aquel tiempo: la mezzosoprano Anna Chandler, una artista a la altura de figuras de la canción como Sophie Tucker.
«Aquí, la contundencia del mensaje sufragista viaja de incógnito, / oculto en una divertida y contagiosa melodía, / del estilo vodevil:
Ella es lo suficientemente buena para amarte y adorarte. / Ella es lo suficientemente buena para soportar tus problemas. /
Y si tus lágrimas cayeran hoy. / Nadie más las alejaría con un beso. / Ella es lo suficientemente buena para calentar tu corazón con besos. / Cuando estás solo y triste / Ella es lo suficientemente buena para ser la madre de tu bebé. / Y ella es lo suficientemente buena para votar contigo.
«She s Good Enough to Be Your Baby s Mother»
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«Himno de mujeres libres»
El “Himno de las Mujeres Libres”, de 1937, fue escrito por Lucía Sánchez Saoril, poetisa española de origen proletario que publicó sus poemas en las revistas literarias más destacadas de la época (muchas veces bajo el seudónimo de Luciano de San-Saor). También su pensamiento político ocupó las páginas de infinidad de artículos y tuvo una activa militancia. Participó de la huelga de telefonistas en 1931, fue secretaria del Consejo General de Solidaridad Internacional Antifascista, y, en 1936, fundó el colectivo feminista Mujeres Libres, un hito para el feminismo contemporáneo.
«Himno de Mujeres Libres»
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«Vota a la mujer»
La actriz y cantante británica Glynis Johns interpreta, en el papel de Winifred Banks, la canción “Vota a la mujer”, la versión en castellano de «Sister Suffragette» («Hermana Sufragista», según su título original en inglés), canción del musical «Mary Poppins» del año 1964. Winifred regresa de una manifestación en favor del voto femenino y trae consigo el contagioso fervor de aquel encuentro con sus compañeras de lucha.
«Vota a la mujer» (Mary Poppins)
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«Hoy las cadenas hay que romper / en dura lucha por libre ser / y nuestras dignas sucesoras
cantarán al ser mayores: / «Por ti, vota la mujer»
«El voto femenino»
La canción “El voto femenino” forma parte “Eva, El gran musical argentino”, una producción dirigida por Nacha Guevara, escrita por Pedro Orgambide y musicalizada por Alberto Favero, que cuenta la vida de Eva desde su llegada a Buenos Aires hasta su temprana desaparición física. Se estrenó en mayo de 1986 en el Teatro Maipo y permaneció en cartel durante ocho meses. Tras veintidós años, se reestrenó en 2008, en el Teatro Argentino de La Plata.
La escena transcurre el 11 de noviembre de 1951. Evita, en la cama, gravemente enferma, deposita su voto en una urna que le alcanzan al Policlínico Perón, donde se halla internada.
«Hermanas mías, hoy, con este voto / La vieja humillación va a terminar. / De las siervas del tiempo que en la mesa, / Amasaron lágrimas y pan.
Y por primera vez un voto cuenta / Lo que la Historia se negó a contar / En un papel, en unas pocas letras / Hay siglos de sufrir y de llorar».
«El voto femenino» (Musical «Evita»)
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«Sufriendo hasta el sufragio»
Esta canción no es un himno sufragista de época, se trata de un tema nacido como parte de un programa televisivo de los años 70 de la cadena ABC llamado Schoolhouse Rock donde, a través de canciones y dibujos animados se transmitía contenido educativo como matemáticas, lenguaje e historia. La primera vez que sonó fue en el año 1972 en la voz de Essra Mohawk.
Muchos años después, fue nada menos que Etta James quien hizo lo propio con esta versión, del año 1998, para mantener viva la memoria de lo que fue la lucha por la ampliación de derechos para las mujeres, entonando esta canción que repasa argumentos, acciones y nombres de las principales líderes sufragistas que impulsaron el voto femenino y la consecuente derogación de su restricción constitucional mediante la 19° enmienda.
«Oíste hablar de los derechos de las mujeres, / Y cómo hemos intentado alcanzar nuevos niveles. / Si «todos fuimos creados iguales»… / ¡También lo fuimos nosotras las mujeres!
Pero probablemente no recuerdes. / Que fue más bien hace poco, / Desde que tuvimos derecho / A emitir nuestro voto…
«Sufriendo hasta el sufragio»
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«Noche de terror»
Linda Allen es una cantautora y educadora estadounidense apasionada por la lucha sufragista y sus historias, tantas veces, pasadas por alto. Compone canciones que rescatan del olvido historias y nombres, en especial de la lucha sufragista, y lleva más de 10 años recorriendo el país con su repertorio “para conmemorar nuestra historia y recordar nuestra responsabilidad para con estas valientes mujeres y para con el voto”. Un universo compuesto de bordadoras, tejedoras, piqueteras, líderes sindicales y políticas y trabajadoras domésticas.
“Night of Terror”, del año 2010, relata lo sucedido el 14 de noviembre de 1917, cuando 30 sufragistas detenidas en el asilo de Occoquan fueron amenazadas y torturadas en lo que se conoció como la «Noche del Terror». Las sufragistas eran parte de las llamadas “Centinelas silenciosas”: piqueteras que se apostaban en silencio frente a la Casa Blanca en reclamo del voto femenino al presidente Wilson. Fueron más de dos mil mujeres las que protestaron en silencio allí, en el lapso de dos años hasta la aprobación de la decimonovena enmienda.
«Déjame decirte mi niña, hay cosas que no sabes de mí / Hay cosas por las que he pasado, he estado en silencio demasiado tiempo, me doy cuenta / Sí, estuve en la Casa Blanca, con carteles que citaban las propias palabras de Wilson. /
Nos encarcelaron en Occaquan Work House, parecía tan absurdo / Te cuento la historia, y no, no es muy bonita. / En la cárcel nos desnudaron y luego nos pusimos vestidos que pronto se cubrieron de piojos. / Gusanos en nuestra comida y una huelga de hambre, fuimos alimentadas a la fuerza.
Nos ataron a sillas y nos metieron tubos en la garganta hasta que sangramos. / Lo hicimos por ti – lo hicimos por ti
Para darte una voz, para darte una opción, / Lo hicimos por ti…
El derecho de una mujer
La canción “El derecho de una mujer” («A woman’s Right»), de Dolly Parton, es parte del disco “27 The Most Perfect Album” (2018), creado a partir de la iniciativa de los productores de More Perfect, un podcast sobre la democracia estadounidense, que les encargaron a reconocidos artistas de todo el mundo que escribieran canciones inspiradas en cada una de las 27 enmiendas constitucionales de los Estados Unidos para celebrar los derechos fundamentales que se fueron conquistando con el tiempo y la lucha. Así se le dio forma a este compilado al estilo de “Schoolhouse Rock”, pero del siglo XXI.
Dolly Parton celebra la 19na enmienda, que habilitó el voto femenino, con esta canción que nos enseña y nos recuerda nuestro recorrido imparable por la ampliación de derechos, en tiempos en los que son cuestionados y amenazados en el mundo entero.
» Primero dijeron que no podíamos bailar. / Luego dijo que no podíamos beber. / Y a menos que algún hombre lo permitiera, /
Dijeron que no podíamos pensar. / Dijeron que no deberíamos hablar hasta que nos hablaran. / Bueno, en aquel entonces había tantas cosas que no se nos permitía hacer.
Pensaron que éramos una broma. / Intentaron frustrar nuestras esperanzas. / Con cada palabra que hablaron. /
Intentaron revocar / El derecho de la mujer al voto. / ¡Pero lo logramos!
«19na enmienda» (Dolly Parton)
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