Taiko, el joven productor que apuesta a potenciar el alcance de la escena chilena
El productor musical chileno Taiko, quien acredita colaboraciones con algunas de las figuras más renombradas del reggaetón contemporáneo, encarrila su propio salto como artista con un proyecto personal con el que, además, buscará potenciar el alcance internacional de la escena urbana de su país.
Mientras se aventura a encarar su propio viaje musical, sigue además repartiendo sus habilidades dentro del estudio de grabación junto a su maestro y colega colombiano Sky Rompiendo, ambos confirmados ayer como los productores del “Mañana Será Bonito (Bichota Season)», el próximo disco de la estrella colombiana Karol G, donde convivirán invitados tan diversos como Peso Pluma, Kali Uchis, Young Miko y Tiësto.
A pesar de su juventud, el productor y artista nacido en Buin bajo el nombre de Nicolás Jaña logró en poco tiempo sostenerse como uno de los más requeridos dentro de la escena urbana latina: J Balvin, Bad Bunny, Feid, Ozuna, Mora, Eladio Carrión, Natti Natasha, Jhay Cortez, Manuel Turizo, Rels B y Paloma Mami son apenas algunos de los nombres que aparecen en esa nómina de artistas que se sirvieron de su talento.
Taiko trabajó con artistas argentinos como Duki, Ecko, Emilia Mernes y Khea, pero fue junto al puntano Sael –compañero suyo en el sello Black Koi- con quien firmó su primera canción como artista (“Infraganti) poco antes de de la explosiva “Malibú” junto a Feid y AK4:20, el joven rapero que, además, convocó como voz invitada en “Casti”, la canción que inaugura su nueva etapa artística.
“Quiero que en todas las canciones haya un artista de Chile y conectarlo con otro de afuera, ya sea de Puerto Rico, Colombia, Argentina o España. Me interesa que el proyecto sirva como una especie de puente para generar conexiones interesantes que pongan en el centro a la escena chilena. ‘Casti’ salió el mismo día que ‘Malibú’ y fue genial cómo fluyó todo en el estudio. AK4:20 es muy talentoso, entonces todo fue súper fácil”, contó en una charla con Télam.
Bajo esta “nueva aventura”, Taiko encontró también un espacio para canalizar una búsqueda guiada por la “libertad”: “Al hacer música, uno siempre tiene esas ganas de llamar un poco la atención, no haciendo cosas locas pero sí con música que ofrezca algo distinto. Ya sea porque tal canción me recuerda a algo o porque me pasa esto o lo otro con ella”.
«Pienso que es loco cómo se ha ido desarrollando la escena chilena: siento que hubo un punto de inflexión para que salieran todos estos artistas y para que pasara ahora lo que pasa con nuestra escena»Taiko
“Está esa libertad en la que uno tiene el control y la dirección y puede llevar eso a donde uno quiere. Es ahí donde entran los gustos, las inspiraciones y todo eso con lo que uno creció”, reflexionó sobre este salto artístico que arranca con una canción que propone un cruce estético entre los sonidos del reggaetón fundacional y los de la nueva ola.
-¿Fue natural dar un paso al frente como artista?
-Casi todos los productores somos como bastante tímidos y no nos gusta mostrarnos mucho. Siempre estamos detrás y eso me gusta mucho y es muy bacán, pero también uno llega al punto en el que quiere hacer y aportar desde algún lugar más y que la gente sepa qué es Taiko, quién produce estas canciones. Sentí como ese llamado a hacerme sentir más quizás, aunque siempre he sido muy tímido y me ha gustado estar tranquilo.
-¿Cómo fue tu primer acercamiento a la producción musical desde el reggaetón? ¿Y cuánto influyó la potencia que tuvo siempre la escena urbana en Chile a partir de la explosión del hip-hop?
-Yo soy del 2000, entonces como que el reggaetón ha estado metido en mi vida desde siempre. Es un género que empezó a llegar a Chile por esos años y que escucho desde chico, aunque también escuchaba rock y de todo un poco. Desde siempre estuve muy relacionado a la música y como no tenía internet, tenía que irme a un cyber para bajarme toda la música que me gustaba y cargarla en un MP3 que me acompañaba a todos lados. Pienso que es loco cómo se ha ido desarrollando la escena chilena: siento que hubo un punto de inflexión para que salieran todos estos artistas y para que pasara ahora lo que pasa con nuestra escena. Fue gracias a que la misma gente de Chile empezó a escuchar a sus artistas, al igual que pasa, por ejemplo, en Argentina, donde ustedes apoyan mucho a sus artistas. Eso es muy importante para que se internacionalicen, para que los empiecen a escuchar afuera.
-Antes de cruzar tu camino con el de Sky Rompiendo, habías ganado un concurso de beats que prometía un trabajo con un productor de Miami. ¿Qué pasó cuando viajaste a Miami?
-Yo hago beats desde los 12 años, pero fue a los 15 que empecé a tomármelo más en serio y supe que era algo que me gustaba mucho y a lo que quería dedicarme. Más o menos a esa edad, me encontré con un concurso de un productor, mandé algunos beats y al otro día me despierto con un mensaje del productor que me felicitaba y me decía que le gustaba mucho mi trabajo. Me pasó su número para empezar a trabajar y ahí empezamos a hablar durante unos meses. Le conté a mis padres que se pusieron súper felices, aunque también tenían un poco de miedo porque desconocían mucho de este lado de la música. Al tiempo, mi papá me regaló unos pasajes para ir a Miami. Estuvimos dos semanas, pero el productor nunca apareció. Fue una desilusión, más que nada por mi papá, pero afortunadamente él se lo tomó muy bien. Me dijo que a futuro iba a venir algo mejor y que todo pasa por algo. Dos años después ya estaba trabajando con Sky Rompiendo en Miami, conociendo a J Balvin y Bad Bunny.
-¿Cómo fueron esas primeras sesiones? ¿No te intimidaba un poco la experiencia de trabajar con estos artistas?
-Era un recién llegado y no tenía ni una canción afuera. Tenía apenas 18 años, era otro momento de mi carrera y venía de la experiencia de trabajar en mi casa, de grabar con artistas locales y amigos en mi pieza. Me acuerdo que el primer día me fui directo para el estudio y cuando llegué me abrió la puerta Sky. Era un estudio increíble. Al otro día llegaron Balvin, Bad Bunny y Tainy: no podía entender que eso estuviera pasando, me parecía increíble. Al principio, estuve ahí en una esquina absorbiendo como una esponja y aportando cuando tenía que aportar y bastante callado.
-Viniendo de una formación autodidacta, ¿qué mensaje tenés para los chicos que están en sus casas metiéndole a la producción musical y que ven en vos que el camino es posible?
-Exactamente eso, que se puede y es posible. El hecho de haber venido para acá después de ese primer viaje a Miami y que no pasara nada, es un poco eso. Igual hay mucha gente que lleva mucho tiempo haciendo música y otros que llevan cinco meses y ya se dan por vencido, y uno no puede controlar mucho los tiempos: cuando se tenga que dar se va a dar, pero no hay que quitarle ganas nunca. Hay que seguir buscándolo y preguntarse ¿por qué no he conectado? ¿por qué no ha pasado nada? Hay que ser un poquito crítico con uno mismo y saber reconocer lo que a uno le falta. Tal vez se trate de encontrar algo que te identifique y marque la diferencia. Hay que darle nomás; sin importar si pasan seis meses o más. Hay que seguir hasta el final si es realmente lo que te gusta y te apasiona, tratando de disfrutarlo a pesar de las frustraciones que haya de por medio. Al final se trata de hacer música y si realmente te apasiona, entonces vas a seguir disfrutándolo.
«El reggaetón siempre se ha reinventado por los artistas que proponen algo diferente»
El productor musical Taiko aseguró a Télam que «el reggaetón siempre se ha ido reinventando de alguna manera» y argumentó que «los artistas que hoy proponen algo diferente» son quienes contribuyen a su actualización y vigencia.
«En el 2007 y 2008, apareció esa ola que se llamó ‘electro flow’, con artistas como Wisin y Yandel, que ya proponían un cruce más electrónico, más de sintetizadores y hasta quizás sin las baterías que siempre estuvieron en el reggaetón. Después hubo una época más pop con “Danza Kuduro” (de Don Omar) o mismo con “Despacito” (Luis Fonsi y Daddy Yankee)», argumentó, en diálogo con Télam.
En ese sentido, reflexionó que en la actualidad predominan nuevas fusiones con géneros como el trap y otros ritmos que terminan aportando a su evolución como el dembow: «De alguna u otra forma, el reggaetón siempre ha estado reinventándose».
«Siempre se mantiene aunque salga un estilo nuevo. En Argentina, por ejemplo, tienen el RKT que es un estilo más cumbiero. Y hay en la escena latina otras fusiones más electrónicas como la que hacen Mora, Jhay Cortez o mismo Bizarrap. Es que el reggaetón lleva mucho tiempo sonando y sonando y la gente lo sigue consumiendo; es la música que más se escucha en todos lados», añadió el joven productor chileno, asentado en los últimos años en Miami.
Taiko es parte del equipo de productores de Black Koi, el sello fundado y liderado por Sky Rompiendo que contribuyó a la renovación del género desde Colombia: «Es loco esto de Black Koi, porque el reggaetón viene de Centroamérica, de Puerto Rico y Panamá, pero acá hay productores de Argentina, Colombia, Chile y Guatemala».
«Está bueno porque venimos de otras culturas, historias musicales y costumbres. Siento que eso se refleja en la música que hacemos, porque tenemos otro tipo de inspiraciones», resumió Taiko, quien además de trabajar hoy junto a un argentino como Sael, es un admirador de la música argentina.
En ese sentido, señaló: «En Argentina vienen de una historia más rockera y rebelde, y eso también se ha reflejado en los artistas que han salido de su escena urbana, que son como todos más trap, o que vienen de otra movida, no tanto del reggaetón».