Un sobreviviente de la dictadura identificó a un imputado como partícipe de su secuestro
Un sobreviviente de la última dictadura militar relató este jueves ante el Tribunal Oral Federal (TOF) 1 de La Plata su secuestro y alojamiento en el excentro clandestino que funcionó en el Cuerpo de Caballería de la ciudad de La Plata e identificó a uno de los imputados como parte de la patota que irrumpió en su casa para secuestrarlo.
Se trata de Luis Julián Farina, secuestrado el 2 de abril de 1976, quien estuvo cautivo en uno de los dos excentros clandestinos platense cuyos delitos allí cometidos juzga el TOF 1 de La Plata, a cargo de la presidenta Karina Yabor, la primera mujer que juzga este tipo de delitos en la capital bonaerense.
Por los delitos en el Cuerpo de Caballería de 1 y 60 y en la comisaría octava de la ciudad de La Plata están imputadas 18 personas, en su mayoría militares y dos civiles: el exministro de Gobierno bonaerense, Jaime Lamont Smart y Carlos «El Indio» Castillo, integrante de la banda parapolicial conocida como Concentración Nacional Universitaria (CNU).
La CNU en el período inmediato anterior a la última dictadura cívico-militar (1973-1976) secuestró y asesinó militantes populares que pertenecían a organizaciones peronistas y de izquierda, hechos por el que ya purga una condena a prisión perpetua.
Testimonio de Luis Farina
«Me secuestran en mi casa de La Plata donde vivía con mis padres y mi esposa Nélida Balbi, me preguntaron por ella, les dije que había salido y no sabía cuándo volvería. Revisaron toda la casa. A mis padres los encerraron en una habitación del fondo», recordó Farina, militante peronista.
La patota que ingresó estaba armada y todos vestían de civil e identificó entre sus integrantes a Carlos «El Indio» Castillo.
«Algunos tenían gorros, pero Castillo estaba sin nada en la cabeza, no tenía bufanda tampoco, y tenía una forma de caminar, de moverse, muy particular, que luego reconocí también cuando nos encontramos en el penal número 9. Pude identificar perfectamente que era la misma persona», remarcó.
Contó que en un momento regresa su esposa junto a otro militante Roberto Carattoli, momento en que los reducen a golpes y cuando proceden a encapucharlos, Carattoli intenta huir y Castillo lo persigue y le balea una de sus piernas.
Todos ya encapuchados fueron trasladados a la dependencia de 1 y 60, donde los hombres fueron torturados; en tanto a Balbi no la volvió a ver hasta 10 días después cuando a Farina lo trasladaron a la unidad 9 de La Plata y vio que su esposa era llevada al penal de mujeres que en ese momento había en la localidad de Olmos, y luego a Devoto.
Durante el tiempo que Farina estuvo en 1 y 60 sus padres se cansaron de buscarlo, yendo a la comisaría cuarta de La Plata, donde en muchas oportunidades le decían que fuera a la morgue.
«Le decían a mi papá, ´vaya a la morgue que anoche mataron a dos´ y mi papá iba, le hacían ver el cuerpo y no era. Contaba mi mamá, mucho después, que mi viejo venía corriendo, arrancándose los pelos y diciendo, ´no eran, no eran´. Eso nunca se los voy a perdonar», dijo quebrándose.
Tras sobreponerse, expresó que «la historia de nuestro país tiene esa mancha negra, que más allá de la búsqueda de la verdad es algo que va a quedar en la memoria colectiva toda la vida, mi sufrimiento» y manifestó que «de todos modos no lograron amedrentarme, sigo militando, convencido que la política es el camino para cambiar la realidad».
En la dependencia de 1 y 60 sufrió torturas e incluso narró que era sacado de allí e introducido en un camión frigorífico donde, maniatado, era también torturado. Detalló que «el alambre con el que me ataban me había desollado los pies».
Posteriormente fue trasladado a la unidad 9 de La Plata, donde se encontró que Castillo estaba detenido junto a otros integrantes de la CNU.
«Identifiqué a Castillo porque caminaba el mismo patio que nosotros. Estaba con otros de su grupo, todos vestían igual, con campera y jeans azules. Y él era soberbio, caminaba sin hablar con nadie. Ninguno de ellos se trataba con otros presos», precisó.
Destacó que años más tarde «después que salí, fui gerente comercial del Banco Fabril y Castillo tenía cuenta en ese banco, así que yo tenía la desagradable tarea de tener que atenderlo. Nunca le hice ninguna referencia a la situación que habíamos compartido como víctima y victimario».
Testimonio de Daniel Cieza
También declaró en esta audiencia, Daniel Cieza, quien brindó testimonio por primera vez, y relató su secuestro el 24 de marzo de 1976, cuando se trasladaba en automóvil por la localidad e Los Hornos, junto a un trabajador de una hilandería de Olmos.
Ambos fueron secuestrados y estuvieron cautivos en la comisaría octava de La Plata y en 1 y 60, donde fueron torturados.
«Considero que la política de derechos humanos en Argentina ha sido muy valiosa, han sido condenados más de 1.100 imputados; pero no hay accionistas de grandes empresas condenados ni siquiera procesados ni privados de la libertad y yo conocí en esa época La Plata, Berisso y Ensenada y muchas empresas fueron cómplices de la represión», planteó.
Los imputados por los delitos cometidos en 1 y 60 son Roberto Armando Balmaceda; Carlos «El Indio» Castillo; Alberto José Crinigan; Tomás D’Ottavio; Carlos Hugo Leguizamón; Claudio Rubén Mejías; Raúl Ricardo Monzón y Juan Antonio Vidal.
En tanto, los imputados por los delitos ocurridos en la Comisaría 8va son: Enrique Armando Cicciari; Luis Gustavo Diedrichs, Lucio Carlos Ramírez y Rubén Vicente Sánchez; Jorge Héctor Di Pascuale; Carlos María Romero Pavón y el exministro de Gobierno bonaerense, Jaime Lamont Smart.
Y por su accionar conjunto en 1 y 60 y la Comisaría 8va los imputados son: Lucas Marcelo Castro; Ismael Ramón Verón y Enrique Francisco Welsh.