Ex director de Audi condenado a prisión y pagar multa por estafa
Rupert Stadler se convierte en el primer dirigente del grupo Volkswagen en ser condenado por el Dieselgate, investigación que comenzó en 2015
Por iProfesional
27/06/2023 – 08,53hs
El exdirector general de Audi, Rupert Stadler, ha sido condenado a 21 meses de prisión en suspenso y a una multa de u$s1,2 millones en Alemania por el caso del ‘Dieselgate’ de los motores manipulados.
Stadler, que se había declarado culpable tras más de dos años de proceso en Múnich, estaba acusado de saber que se estaban instalando unos dispositivos en los vehículos para hacerlos parecer menos contaminantes y de no haber intervenido para evitarlo.
De este modo, se convierte en el primer dirigente del grupo Volkswagen en ser condenado por lo penal a raíz de este escándalo.
Desde el comienzo de la investigación y a lo largo de las audiencias, que empezaron en septiembre de 2020, el exdirectivo, de 60 años, había rechazado los cargos contra él.
Pero al final, en mayo, decidió declararse culpable, a propuesta del tribunal, para beneficiarse de una pena menor a los diez años de cárcel a los que se exponía.
El escándalo que dañó la industria alemana
El escándalo del ‘Dieselgate’ empañó la reputación de la industria automovilística alemana. En 2015, tras unas acusaciones de la agencia estadounidense de medio ambiente (EPA), Volkswagen reconoció haber equipado 11 millones de motores del tipo «EA 189» en sus vehículos diésel con un programa capaz de hacerlos parecer menos contaminantes en los test de laboratorio y en carretera.
En este proceso también fueron juzgados Wolfgang Hatz, exdirector de Audi y Porsche, y su mano derecha en Audi, Giovanni Pamio. Ambos confesaron haber manipulado motores de vehículos para que no se rebasaran los valores legales de las emisiones de escape durante las pruebas efectuadas en un puente, pero no en carretera.
El escándalo del dieselgate estalló en 2015.
Este martes, Hatz fue condenado a dos años de prisión en suspenso y a una multa de 400.000 euros (437.000 dólares), y Pamio, a 21 meses de prisión en suspenso y a una multa de 50.000 euros (unos 55.000 dólares).
Así se descubrió el Dieselgate
El Dieselgate es un escándalo relacionado con las emisiones contaminantes de 11 millones de vehículos de las marcas Volkswagen, Audi, SEAT, Škoda y Porsche (pertenecientes al grupo Volkswagen) entre 2009 y 2015. En concreto, los motores diésel de determinados modelos podían llegar a emitir hasta 40 veces más de lo legalmente aceptado de partículas de óxidos de nitrógeno.
La organización sin ánimo de lucro International Council on Clean Transportation (ICCT) inició en 2012 el desarrollo de un estudio conjunto con la Universidad de West Virginia para determinar el alcance de las discrepancias de las emisiones de vehículos diésel en condiciones reales.
Para dicho estudio, se utilizaron tres modelos durante un trayecto de 2100 kilómetros entre San Diego y Seattle, por la costa oeste de Estados Unidos: un BMW X5, un Volkswagen Jetta y un Volkswagen Passat. Estos dos últimos llegaron a emitir valores hasta 35 veces superiores a los límites legales establecidos en el país norteamericanos, por lo que el estudio se puso en conocimiento de la US Enviromental Protection Agency (EPA) y la California Air Resources Board (CARB).
En 2013, el ingeniero valenciano Vicente Franco comenzó a colaborar en la investigación iniciada por el ICCT y la Universidad de West Virginia para comparar las diferencias entre las emisiones de los vehículos diésel de Estados Unidos y Europa, corroborándose las sospechas iniciales.
El escándalo de VW empañó a la marca en todo el mundo.
Así, en septiembre de 2015, la EPA hizo público el fraude, que afectaba principalmente a los motores TDI EA189 de cuatro cilindros de 1.2, 1.6, 2.0 y 3.0 litros de cilindrada de un total de 40 modelos distintos del grupo Volkswagen repartidos entre las marcas Audi, SEAT, Škoda, Volkswagen y Porsche.
Pero, ¿cómo consiguió el grupo Volkswagen burlar los controles de emisiones contaminantes de Estados Unidos y Europa con los motores afectados durante seis años? Según una investigación interna de la empresa, un grupo de ingenieros había estado desarrollando desde 2005 un sistema que permitiera cumplir con las normativas gubernamentales, ya que se vieron incapaces de hacerlo legítimamente con el tiempo y presupuesto del que disponían en ese momento.
La trampa consistía en un software capaz de manipular los resultados al detectar la realización de la prueba de emisiones, volviendo los motores a su funcionamiento normal en condiciones reales de conducción y emitiendo valores ilegales de óxidos de nitrógeno. Dicho sistema de alteración de los resultados se mantuvo durante seis años, por lo que se consideró un acto fraudulento intencionado.