Ni calladas, ni como ausentes: mujeres cantan a escritoras
Hay un aquelarre subterráneo, un movimiento de conciencia histórica que crece, se «encuerpa» desde la memoria y cambia la vida cotidiana, dice la periodista y educadora Claudia Korol.
El hilo que nos une, a través del tiempo, del espacio, y en este caso, del arte, se vuelve visible en estas obras en las que literatura y música hecha por mujeres se entrecruzan, dialogan, se inspiran, se rinden homenaje. Las mujeres de la música y las mujeres de la literatura, tuvieron, históricamente, algo en común: estar fuera del canon. Y no, no nos gusta cuanda callan, ni cuando están como ausentes en la Historia.
Poetas como Alejandra Pizarnik, Alfonsina Storni, Juana de ibarbourou, Gabriela Mistral, Idea Vilariño, Sor Juana Inés de la Cruz, las poetas españolas de la Generación del 27, o escritoras como Selva Almada, Claudia Piñeiro, Mariana Enríquez, Camila Sosa Villada, María Moreno, Leila Guerriero, Gabriela Cabezón Cámara, son llevadas a la música por las voces y composiciones de artistas como Vero Bellini, Mavi Diaz, Sheila Blanco, Patricia Malanca, Marikena Monti, Celeste Carballo, La Zorra Zapata, Hilda Lizarazu, Teresa Parodi, Mariana Carrizo, Ligia Piro, Julia Zenko, Marcela Morelo, Lidia Borda, Sandra Mihanovich, Dolores Solá, Marián Farias Gómez, entre muchas otras. Mujeres cantan mujeres, y en algo se reacomoda el universo.
“Traerán ríos de tango las páginas de un libro”
La cantante y compositora Patricia Malanca creó este disco extraordinario, constituido por doce temas que están inspirados en doce libros (también extraordinarios) de reconocidas escritoras argentinas contemporáneas: Selva Almada, Mariana Enríquez, Gabriela Cabezón Cámara, Leila Guerriero, Camila Sosa Villada, Claudia Piñeiro, Belén López Peiró, Ana Ojeda, María Moreno, Dolores Reyes, María Gainza y Ariana Harwicz.
Adaptando fragmentos de estos textos, la cantante y compositora hace lo suyo: canciones, tangos y milongas, un aporte de enorme valor a la música popular, por el que recibió el Premio Gardel de Tango, en 2022.
“El cielo de las malas” es su versión cantada de la novela «Las malas», de Camila Sosa Villada, con un videoclip de imperdible belleza, protagonizado por la actriz Marian Moretti.
“El cielo de las travestis debe ser hermoso como los paisajes deslumbrantes del recuerdo, un lugar donde pasar la eternidad sin aburrirse”, escribe en su novela Camila Sosa Villada, y Patricia Malanca lo vuelve canción.
«El cielo de las malas» (Patricia Malanca)
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“Cantando a las poetas del 27”
“Empecé hace algo más de cuatro años a investigar a estas poetas. Al descubrirlas, para mí, fue muy emocionante y también bastante frustrante que no me las hubieran contado antes. Entonces, la manera que yo tenía de aportar era cantándolas, intentando convertir en canciones sus versos para poder expandirlas”.
Con estas palabras daba comienzo a uno de sus recitales concierto la periodista, cantante y compositora española Sheila Blanco, creadora de la obra “Cantando a las poetas del 27”, un proyecto ideado por ella para dar a conocer a las poetas de esa generación literaria española tan célebre, pero de la que efectivamente fueron injustamente borradas.
En sus shows, Sheila encuadra cada uno de los poemas elegidos y reseña un panorama de sus autoras antes de acercarnos, a través del piano y su voz, a los versos de Pilar de Valderrama, Margarita Ferreras, Carmen Conde, Elisabeth Mulder, Josefina Romo Arregui, Ernestina de Champourcin, Concha Méndez, y Dolores Catarinéu.
“Esta es mi manera de aportar mi granito de arena en esta cuestión histórica, poética y feminista”, explica en declaraciones a la prensa, en referencia a estas mujeres que, habiendo compartido el mismo ámbito que la generación de escritores más famosa de su país, fueron invisibilizadas. Sheila nos lleva a recorrer el temario universal que propone la poética de estas mujeres y que nos conecta con el dolor, el amor, la pena o el encanto, con la esperanza de despertar la curiosidad por ellas y su obra en el público.
“Por la verde, verde oliva” (Sheila Blanco)
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(Poema de la poeta zamorana Margarita Ferreras contenido en su poemario «Pez en la tierra» de 1932)
Su concierto cierra con una poesía de autoría propia: “Pájaros negros” que, según explica, son una metáfora del miedo y la incertidumbre que siente al subirse a un escenario para mostrar algo que ha creado:
«Ahí vienen los pájaros negros a picotearme. /Ahí vienen los pájaros negros a pisotearme. /Ahí vienen graznando sus gritos a perturbarme, /que se haga la luz y el silencio a salvaguardarme».
“Gracias a la admiración que tengo hacia estas autoras y a lo tremendamente inspiradoras que han sido todas ellas para mí, he logrado, al menos por unos instantes, espantar a esos pájaros negros.”
Alfonsina y la marea
La figura de la poeta Alfonsina Storni ha sido, desde siempre, de enorme relevancia entre las artistas de nuestro país. Lo era ya para aquellas mujeres de su tiempo que la supieron una mujer vanguardista e independiente que desafiaba los prejuicios del patriarcado de los años veinte. Desde su pluma y sus decisiones de vida, ponía en primer plano la potestad del deseo femenino por fuera de la órbita masculina e instaba a las mujeres a tener independencia de acción y pensamiento crítico. En suma, Alfonsina hablaba de feminismo:
“Cuando se dice feminismo, para aquellas almas, se encarama por sobre la palabra una cara con dientes ásperos y voz chillona. Sin embargo, hoy, no hay una sola mujer que no sea feminista, podrá no querer participar en la lucha política, sin embargo, desde el momento que piensa y discute en voz alta las ventajas y los errores del feminismo es ya una feminista, pues el feminismo es el ejercicio del pensamiento de la mujer”.
Como señala Josefina Delgado, autora de “Alfonsina, una biografía esencial (2001)”:
“Junto con otras mujeres conforma una generación de escritoras que bien podría llamarse la de “las modernas”: rompen los prejuicios y por medio de la escritura, se hacen un lugar de privilegio en las revistas literarias, en las editoriales y en las mesas de los banquetes, tan de moda por aquellos años. Junto a Victoria Ocampo, Delfina Bunge, Salvadora Medina Onrubia, Norah Lange, consiguen lo que no pudieron ni siquiera imaginar sus antecesoras, y dejan abierto un camino para las que vendrán”.
«Alfonsina y el mar» (Rosalía)
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Nuestra poeta inspiró la bellísima “Alfonsina y el mar” que forma parte del disco de 1969 “Mujeres argentinas”, canciones con textos de Félix Luna y música de Ariel Ramírez, interpretadas por la eterna Mercedes Sosa.
Hoy, otras mujeres le siguen cantando a la figura de Alfonsina, atravesando varias generaciones y estilos musicales, como es el caso de la catalana Rosalía y el de Cazzu, que interpretó la canción para los Premios Gardel 2021.
«Te amé media hora» (Marikena Monti)
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Pero también su poesía fue hecha canción y fueron varias las artistas que le pusieron su voz a los versos de Alfonsina. En 1982, Marikena Monti edita su disco “Alfonsina, Hoy” con los poemas “Bien Pudiera Ser”, “La Loba”, “La Caricia Perdida”, “Oye”, “Buenos Aires”, “Tú Me Quieres Blanca”, “El Clamor”, “Hombre Pequeñito”, “La Mirada y Silencio”.
La cantante y guitarrista Mariana Grisiglione también hizo lo propio con su disco “Alfonsina Storni canción” (2021) que incluye los poemas “Esclava”, “Así es”, “Soy”, “Al viento”, “Afinamiento”, “Amarga”, “Sierra”, “Oye”, “Miedo” y “Soy esa flor”.
«Queja» por Celeste Carballo
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Los poemas “Tú me quieres blanca” y “La caricia perdida” fueron musicalizados por la pianista y compositora Verónica Bellini e interpretados por Ana Prada y Lidia Borda respectivamente y son parte del álbum “La canción de las poetas”, como veremos enseguida.
Y tampoco el rock estuvo ajeno a la influencia de Alfonsina. Basta escuchar esta versión del poema “Queja” por Celeste Carballo, de su disco «Chocolate inglés» (1993)
Alejandra Pizarnik y su música
Pizarnik tiene música. La musicalidad de sus poemas, la pasión por la música que la acompañó toda su vida, la música clásica, el jazz, el tango, el blues, e incluso la melancolía, entendida como un problema musical al que describió como “una disonancia, un ritmo trastornado”.
No ha de extrañarnos entonces que sus versos hayan anclado en estribillos de canciones de varios artistas que le pusieran voz y música a su poesía. Tal el caso de «La sombra de tu sombra», interpretada por Roxana Amed, una argentina criada en Estados Unidos, que logró distinguirse en el ámbito del jazz.
“Sólo la sed/ el silencio/ ningún encuentro/ cuídate de mí amor mío/ cuídate de la silenciosa en el desierto/ de la viajera con el vaso vacío/ y de la sombra de su sombra”.
O en la canción «Mis aguas», de Florencia Lira, donde toma la poesía «L’obscurité des eaux»:
“Dibujo en mis ojos la forma de mis ojos, nado en mis aguas, me digo en mis silencios. Toda la noche espero que mi lenguaje logre configurarme”.
Y «Un golpe del alba» de la artista peruana Nuria, conocida como La Zorra Zapata, inspirada en los versos de Alejandra: “Un golpe del alba en las flores/me abandona ebria de nada y de luz lila/ebria de inmovilidad y de certeza”.
«Un golpe del alba» (La Zorra Zapata)
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“La Canción de las poetas”
En este álbum, realizado por la pianista, arregladora y compositora Vero Bellini y con la producción vocal de Mavi Díaz, quince cantantes de Argentina, Venezuela y Uruguay interpretan canciones basadas en poemas de escritoras latinoamericanas que trabajaron en su vida y en su obra por los derechos de las mujeres.
Para componer la música de esos poemas que integran el disco, Vero Bellini reconoce haber trabajado sin ninguna premisa de género musical, entendiendo que cada poema tiene su clima, su atmósfera y su cadencia.
Allí encontramos las voces de Hilda Lizarazu, interpretando el poema “Quisiera” de Josefina Plá (Paraguay); de Ana Prada, con “Tú me quieres blanca” de Alfonsina Storni (Argentina); Julia Zenko aporta su talento en “Te estoy llamando” de Idea Vilariño (Uruguay); Luna Monti en “Zurciendo medias” de Silvia Fernández (Argentina); Ligia Piro interpreta “Que yo era una mentira de la luna” de Carilda Oliver Labra (Cuba); Cecilia Todd hace “Liberación” de Magda Portal (Perú); Lidia Borda entona “La caricia perdida” de Alfonsina Storni (Argentina); Marián Farías Gómez con “Canción amarga” de Julia de Burgos (Puerto Rico); Feli Colina junto a Vera Frod hacen “Huésped sin sombra” de Meira Delmar (Colombia); Sandra Mihanovich una hermosa versión de “Besos”, el poema de Gabriela Mistral (Chile); Teresa Parodi lo hace con “Progreso” de Adela Zamudio (Bolivia); Dolores Solá con “Despecho” de Juana de Ibarbourou (Uruguay); Mariana Carrizo conmueve con “Tu voz” de Alejandra Pizarnik (Argentina): Marcela Morelo interpreta un fragmento de “Redondillas” de Sor Juana Inés de la Cruz (México); y Mavi Díaz lleva adelante, con la gracia infinita que la caracteriza, “El hombre que pasa”, de la poeta ecuatoriana Aurora Estrada y Ayala,
«El hombre que pasa» (Vero Bellini)
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