‘No mezcle un incidente con el amor’ de los pueblos
El presidente Alberto Fernández respondió las críticas formuladas por su par ecuatoriano, Guillermo Lasso, y le pidió que no mezcle el «incidente producto de la impericia de oficiales del Estado» de ese país, derivado de la salida de la exministra correísta María de los Ángeles Duarte Pesantes de la sede diplomática argentina en Quito, con «el amor» que vincula a ambos pueblos.
«Presidente Guillermo Lasso, reciba estas palabras con el sincero afecto de siempre. Haga el esfuerzo de no mezclar este incidente producto de la impericia de oficiales del Estado ecuatoriano con el amor que a nuestros pueblos vincula», escribió Fernández en Twitter al hacer pública la carta de respuesta enviada, tras el conflicto diplomático entre ambas naciones por el caso de Duarte Pesantes.
El lunes, en su cuenta de Twitter -en un mensaje que arrobó a los referentes del PRO, Mauricio Macri y Patricia Bullrich, entre otros-, Lasso había expresado: «Me apena mucho que Alberto Fernández, Presidente de Argentina, haya puesto por delante su amistad personal e identidad política con Rafael Correa por sobre la relación fraterna entre los pueblos de Argentina y Ecuador».
El expresidente Correa se encuentra en Buenos Aires para participar del III Foro Mundial de Derechos Humanos que se realiza toda esta semana en Buenos Aires, como también del encuentro del Grupo de Puebla, que se reunió en Casa Rosada con Fernández y por la tarde tendrá una actividad en el CCK en apoyo a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
En su respuesta, el mandatario argentino afirmó que leyó los comentarios de su par de Ecuador «con más pesar que placer» y explicó que Duarte se encontraba en la sede diplomática de Quito con «asilo político por razones humanitarias», desde diciembre de 2022.
Presidente @LassoGuillermo, reciba estas palabras con el sincero afecto de siempre. Haga el esfuerzo de no mezclar este incidente producto de la impericia de oficiales del Estado ecuatoriano con el amor que a nuestros pueblos vincula. https://t.co/OQmzguX2KZ pic.twitter.com/GMMWZ95IOP
— Alberto Fernández (@alferdez) March 21, 2023
«Necesito poner de relieve que en nuestra embajada se encontraba refugiada una persona que gozaba de plena libertad. No tenía la Argentina ni el deber de custodia sobre ella ni ninguna capacidad de acotar sus movimientos», recordó el mandatario argentino.
Fernández calificó además de «desmesurada» la reacción del Gobierno ecuatoriano cuando decidió a principios de la semana pasada expulsar al embajador argentino Gabriel Fuks de Quito, una decisión que provocó una reacción en espejo de la Casa Rosada solicitando la salida del representante ecuatoriano en Buenos Aires, Xavier Monge.
«Lastima el buen vínculo que argentinos y ecuatorianos mantendremos a pesar suyo», expresó Fernández sobre las fricciones entre ambos países derivadas de la salida de Duarte Pesantes de Ecuador y su posterior aparición en Caracas (Venezuela), episodio que la administración de Lasso intentó adjudicar a cierta «complicidad» por parte de autoridades argentinas.
«Presidente Guillermo Lasso, reciba estas palabras con el sincero afecto de siempre. Haga el esfuerzo de no mezclar este incidente producto de la impericia de oficiales del Estado ecuatoriano con el amor que a nuestros pueblos vincula»
Fernández además le sugiere a Lasso «buscar a los responsables» de la salida de Duarte del territorio ecuatoriano en su propia «administración», toda vez que la exfuncionaria correísta eludió la custodia permanente de la Policía Nacional de Ecuador dispuesta en la embajada argentina en Quito, logró salir del país y partir rumbo a Caracas, y añadió: «No tuvieron la debida diligencia para impedir la circulación libre de una persona cuya captura reclamaban».
Además, le indicó que, si bien quiere «que la institucionalidad ecuatoriana se preserve», también debe «lastimarnos que la justicia se haya puesto al servicio de quienes persiguen opositores», en alusión a la situación judicial de Duarte Pesantes, del propio Rafael Correa y de otros dirigentes, que el correísmo denuncia como víctimas del lawfare.
«Reciba estas palabras con el sincero afecto de siempre. Haga el esfuerzo de no mezclar este incidente producto de la impericia de oficiales del Estado ecuatoriano con el amor que a nuestros pueblos vincula», concluyó Fernández.
Por su parte, Correa volvió cruzar a Lasso y destacó la «integridad» de Alberto Fernández en el conflicto diplomático.
«Lasso: Lo del presidente Fernández se llama integridad. El único que puso por delante su canallada, corrupción y mala fe eres tú, y así destrozaste la relación con un país hermano. Nadie te cree, y cada vez estás más solo a nivel nacional e internacional», publicó Correa esta mañana en su cuenta de Twitter, y completó su posteo con un hashtag irónico: #ParaTontoNoSeEstudia».
Correa asistió el lunes a la tarde a un primer encuentro que Alberto Fernández realizó en el Salón de Pueblos Originarios de Casa Rosada con integrantes del Grupo de Puebla.
En diálogo con periodistas acreditados en Casa de Gobierno, el economista y exmandatario de Ecuador rechazó las acusaciones que el canciller de su país, Juan Carlos Holguín, hizo contra los diplomáticos argentinos Gabriel Fuks y Oscar Laborde.
Holguín había responsabilizado a Fuks y Laborde por la salida de Duarte Pesantes de la embajada argentina en Quito.
En respuesta, el exjefe de Estado ecuatoriano aseguró que «el estatus a nivel de derechos de María Duarte», exministra en varias carteras durante sus tres mandatos al frente de Ecuador, «era de absoluta legalidad» porque había recibido el «asilo político de la República Argentina».
«No ha habido ninguna fuga», aclaró Correa sobre ese episodio y replicó: «Como expresidente, es una ridiculez del Gobierno ecuatoriano, tratando de ocultar su propia ineptitud», al referirse al abandono de la residencia de la embajada argentina por parte de su exministra.
Días atrás, en una entrevista con Télam, el ahora exembajador Fuks acusó a Holguín de haber construido una «cantidad de mentiras» para «demonizarlo» a él y a la Argentina en el caso de la salida la exministra ecuatoriana de Quito, y juzgó que el conflicto diplomático entre ambas naciones responde a «razones internas» de la administración de Guillermo Lasso.
Holguín enfrenta por estos días un pedido de juicio político en el Parlamento local impulsado por el espacio referenciado en Correa, en un escenario marcado por la derrota del oficialismo en las recientes elecciones regionales de ese país y la acelerada caída en la popularidad de Lasso.
En diciembre de 2022, la Argentina decidió -en ejercicio del derecho que le otorga la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954 y de acuerdo a la Convención Americana Sobre Derechos Humanos- conceder el asilo diplomático solicitado por Pesantes, quien desde el 12 de agosto de 2020 permanecía alojada en la residencia oficial argentina en Quito en carácter de huésped por razones humanitarias, junto con su hijo menor de edad, de padre argentino.
De inmediato Ecuador negó un salvoconducto para que la exministra de Transporte y Obras Públicas saliera del país solicitado por la Argentina.
El rechazo ecuatoriano al pedido del salvoconducto dejó en claro la diferencia de opinión entre ambos gobiernos, discrepancia sobre la que en todo momento la Casa Rosada mostró disposición para enmarcar la acción en el derecho internacional, que ofrece mecanismos de solución para este tipo de controversias.
Se presume que Duarte Pesantes habría dejado la sede diplomática argentina en Quito durante fin de semana del 11 y 12 de marzo, días en que, naturalmente no hay actividades en la embajada.
Días más tarde, la funcionaria se hizo presente en la delegación diplomática argentina en Caracas, Venezuela.
Según pudo reconstruir Télam, en base a información aportada por la Cancillería argentina, el lunes 13, al advertir la ausencia de la exfuncionaria, el hasta entonces embajador Fuks informó la situación al canciller Cafiero, quien dio aviso a su par ecuatoriano Holguín.
Al día siguiente, Holguín le transmitió a Fuks que había sido declarado persona «non grata» por las autoridades ecuatorianas y que le daban un plazo de 72 horas para que abandone el país.