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El presidente de la Corte de Santa Fe reclamó la reforma de la Corte nacional

Foto: Sebastián Granata. Foto: archivo.

El presidente de la Corte Suprema de Santa Fe, Daniel Erbetta, abrió en Rosario el año judicial con un discurso centrado en la violencia que sufre esa ciudad y el reclamo de reforma de la Corte Suprema nacional, «cuyo diseño y atribuciones -dijo- son únicos en el planeta», porque concentra decisiones fundamentales «en solo cinco personas».

En su discurso Erbetta indicó que la Corte provincial decidió hacer el acto de apertura del año judicial en Rosario para enviar a todo el país el mensaje «de que estamos juntos para dar cuenta de nuestro compromiso y vocación para asumir el grave problema que afecta a las y los rosarinos, especialmente a los más postergados y desprotegidos».

«Y a comprometer a partir de esta fuerte presencia institucional -añadió- todos los esfuerzos necesarios para cambiar este presente y proyectar un futuro con más derechos y en paz».

Erbetta sostuvo que los poderes judiciales presentan «vicios y debilidades comunes»; que describió como «patologías institucionales que degradan a la República, la división de poderes y la legalidad».

«Los integrantes de los poderes judiciales tenemos serias dificultades para reconocer que la ciudadanía no confía, nos guste o no, tenga fundamentos o no, en el servicio de justicia», aseveró.

Además, reflexionó sobre la necesidad de reformar y modernizar la estructura judicial y afirmó que «debe debatirse necesariamente la reforma de integración y función de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina, cuyo diseño y atribuciones son únicos en el planeta».

«Ningún país desarrollado -continuó Erbetta- concentraría en sólo 5 personas la función de control de constitucionalidad, la revisión de cualquier sentencia de cualquier tribunal, de cualquier fuero del país por vía de arbitrariedad -algo más del 90 % ciento de los casos que resuelve-, el gobierno del Poder judicial y también la presidencia del Consejo de la Magistratura de la Nación».

Y cuestionó: «¿Puede naturalizarse que cinco o cuatro jueces, sumamente calificados en sus antecedentes por cierto, puedan igualmente estudiar y resolver casi 17.000 o más casos por año?».

Erbetta aseveró que «no sólo es la más reducida de los países occidentales», sino que es «la más chica de toda la República Argentina».

El juez agradeció «especialmente» la presencia de los familiares de víctimas de inseguridad que «a pesar de su dolor, nos acompañan y nos comprometen a pellizcarnos todos los días para preguntarnos qué estamos haciendo, y qué y cuánto podemos hacer para prestigiar nuestra función y servir a la comunidad».

«No quiero con esto asumir para el judicial responsabilidades que están fuera de su competencia, pero sí reafirmar que vamos a estar cuando nos necesiten», remarcó.

Foto archivo
Foto: archivo.

Al referirse a la violencia en Rosario, sostuvo que «el problema en términos de vidas humanas es el floreciente mercado local de menudeo de drogas, la tremenda violencia de las organizaciones que lo gerencian y los enormes déficits de una estructura policial fuera de tiempo, que ha favorecido la connivencia de algunos integrantes de la fuerza comprometidos o directamente asociados a esas organizaciones criminales».

En esa línea, apuntó que «la pérdida de hegemonía de algunas de estas bandas y las permanentes disputas territoriales violentas nos enfrentan hoy a un escenario de bandas criminales polirrubros, que aprovechan su ‘expertise’ en el despliegue de violencia y el fácil acceso a armas y municiones, no sólo para disputar el mercado interno de drogas, sino también para extorsionar a empresarios y comerciantes, usurpar viviendas y venderlas y cometer todo tipo de delitos».

«En el escalón final la dimensión financiera de esta trama delictiva es clave, porque las ganancias de esos mercados ilegales no se blanquean en la cárcel ni en los barrios que más sufren la violencia», enfatizó.

En ese sentido, Erbetta indicó que según surge de las investigaciones de los fiscales, las financieras y empresas de diversos rubros «reciben el rendimiento económico generado con violencia, apelando a Sociedades de Acción Simplificada, fideicomisos inmobiliarios y hasta asociaciones mutuales».

«A este estado de cosas se llegó por falta de políticas públicas que debemos asumir como responsabilidad de los distintos poderes y especialmente de nuestras diferentes condiciones políticas», afirmó.

Erbetta llamó a reflexionar sobre una «nueva lógica», y señaló: «No se trata sólo de más policías, patrulleros o tecnología, no es, por cierto, un problema cuantitativo; del mismo modo, tampoco podrá aprovecharse la designación de más fiscales federales si no se modifican sus procesos de trabajo, sistema de investigación y enjuiciamiento».

A la vez, consideró que durante el «apaciguamiento temporario», que trae la presencia de fuerzas federales en el territorio, «debemos aprovechar para ajustar muchas variables que nos competen a los poderes públicos y a los actores políticos e institucionales de la provincia, fundamentalmente para construir más Estado, más institucionalidad, porque sólo con un Estado e instituciones fuertes y con decisiones políticas de consenso podremos afrontar el desafío que tenemos por delante».

Fuente: Telam

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