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Comienza el juicio por el crimen del joven futbolista Lucas Gonzalez

Foto: Alejandro Santa Cruz

Catorce efectivos de la Policía de la Ciudad comenzarán a ser juzgados el próximo jueves, tres de ellos por el asesinato a balazos del adolescente Lucas González (17) y los restantes 11 por las torturas cometidas contra tres amigos de la víctima y el encubrimiento del crimen, al que quisieron hacer pasar como una persecución de delincuentes, el 17 de noviembre de 2021 en el barrio porteño de Barracas.

«Lo que hicieron con nuestras vidas estas basuras es imperdonable, nos arruinaron por completo. Vamos a buscar justicia, no venganza», dijo a Télam e papá de Lucas, Héctor «Peca» González, en la previa al debate oral por el crimen de su hijo, quien era jugador del club Barracas Central y salía de entrenar con sus amigos la mañana del asesinato.

El inicio del debate está previsto para el jueves, a partir de las 16, en el salón Auditórium -conocido como Sala Amia- de los tribunales situados en Comodoro Py 2002, del barrio porteño de Retiro, y se estima que se extenderá hasta julio, ya que se realizarán en total 11 audiencias, a razón de una por semana, según informaron a esta agencia fuentes judiciales.

El desarrollo del juicio oral estará a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 25, integrado por los jueces Ana Dieta de Herrero, Daniel Navarro y Marcelo Bartumeu Romero, mientras que el fiscal del debate será Guillermo Pérez de la Fuente.

Los voceros explicaron a Télam que la realización del debate en la sede de los tribunales federales de Retiro se debe a una cuestión de espacio, debido a la cantidad de integrantes de cada una de las partes.

Foto Julin lvarez
Foto: Julián Álvarez

En la primera jornada, está prevista la lectura de requerimiento de elevación a juicio y las indagatorias a los imputados, quienes podrán declarar en ese momento o en cualquier otro a lo largo del debate.

Tras ello, declararán los tres amigos de Lucas, quienes fueron víctimas de torturas por parte de integrantes de la fuerza, por lo que actúan como querellantes en la causa con representación del abogado Gregorio Dalbón, el mismo que actúa en nombre de la familia del joven asesinado.

Se trata de Joaquín Zúñiga, Julián Salas y Niven Huanca, quienes estaban con Lucas a bordo del Volkswagen Suran que fue atacado a tiros por la policía, que luego los hizo pasar por delincuentes, a raíz de lo cual estuvieron una noche detenidos en el Instituto de menores Inchausti.

También se espera para la primera jornada el testimonio del padre de Lucas.

Amigos y vecinos de Lucas

Para la primera audiencia se aguarda la presencia de amigos y vecinos de Lucas, además de autoridades del distintos clubes del fútbol argentino, ya que el adolescente fue asesinado mientras era jugador de Barracas Central pero también formó parte de equipos juveniles de Racing Club y Defensa y Justicia, pertenecientes a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

Por el asesinato del adolescente están imputados el inspector Gabriel Alejandro Issasi (41), el oficial mayor Fabián Andrés López (48) y el oficial Juan José Nieva (37), quienes integraban entonces la División Brigadas y Sumarios de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad y actualmente se encuentran detenidos.

A los tres se les adjudica la coautoría del delito de «homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía, por placer, por odio racial, por el concurso premeditado de dos o más personas y por cometerse abusando de su función o cargo por un miembro de una fuerza policial».

Además, los tres enfrentarán cargos por las «tentativas de homicidio agravado, falsedad ideológica y privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin previsión de la ley», en el caso de los amigos de Lucas.

En tanto, otros 11 policías de la Ciudad, también detenidos, serán juzgados por el encubrimiento del crimen de Lucas y las torturas las que fueron sometidos los otros chicos.

Se trata del comisario inspector del Departamento Comunal Vecinal 4 Daniel Alberto Santana (50); el comisario de la Comuna Vecinal 4A, Rodolfo Alejandro Ozán (54); el comisario de la Comisaría Vecinal 4D, Fabián Alberto Du Santos (51); el comisario de la Comuna 4D, Ramón Jesús Chocobar (48) y el comisario Juan Horacio Romero (51) y el subcomisario Roberto Orlando Inca (47), ambos de la División Sumarios y Brigadas de la Comuna 4.

También llegan a juicio el principal de la Comuna 4D, Héctor Claudio Cuevas (50); y los oficiales de la Comisaría Vecinal 4D Sebastián Jorge Baidón (28), Jonathan Alexis Martínez (34), Ángel Darío Arévalos (34) y Daniel Rubén Espinosa (33).

Todos están acusados por «falsedad ideológica, privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin previsión de la ley, encubrimiento agravado por la condición de funcionarios públicos y por ser el delito precedente especialmente grave e imposición de torturas» y, en el caso de Cuevas e Inca también por «falso testimonio agravado por haber sido cometido en una causa penal y en perjuicio de los imputados».

Durante la instrucción de la causa habían sido imputadas y detenidas las oficiales de la policía porteña Lorena Miño y Micaela Fariña, quienes fueron las primeras en llegar al lugar tras escuchar las modulaciones por sus handys, aunque más adelante fueron liberadas por falta de mérito.

El dolor de la familia

«Buscamos Justicia, no venganza». Así, con firmeza, pero con un profundo dolor que lleva hace casi 16 meses, Héctor «Peca» González, papá de Lucas.

«Lo que hicieron con nuestras vidas estas basuras es imperdonable. Nos arruinaron por completo», aseguró a Télam «Peca», quien el próximo jueves se sentará por primera vez frente a los 14 policías imputados y detenidos por el crimen de su hijo mayor.

El hombre adelantó que para acompañarlo en la primera audiencia llegarán en micros amigos y vecinos del Florencio Varela, donde reside con su familia.

«Pienso que va a haber mucha gente en apoyo a esta causa porque es muy importante para todos y para la concientización de la justicia, de la misma fuerza policial, ya sea federal, de la provincia o de la ciudad», dijo.

El padre de Lucas se refirió además a su primer encuentro cara a cara con los 14 policías de la Ciudad acusados de matar a su hijo y de encubrimir el crimen y torturar al resto de los chicos: «La verdad es que no me imagino el momento de tenerlos cara a cara. Vamos a ir como fuimos siempre, desde el primer momento, con la verdad y siendo más personas que lo que fueron ellos», expresó.

Además, sostuvo que tiene la expectativa de que «la verdad va a salir a la luz» y que tendrán «una justicia justa para tanto dolor».

«Buscamos justicia, no venganza», afirmó visiblemente conmovido y recordando a su hijo con una foto jugando al fútbol, ya que era lo que Lucas «amaba».

En el debate no estará presente la mamá de Lucas, quien desde la semana pasada se encuentra en una clínica para su rehabilitación debido al delicado estado anímico que atraviesa desde que su hijo fue asesinado.

Tortura, encubrimiento y muerte

La familia del joven asesinado y las de los amigos, querellantes en el debate, serán representadas por el abogado Gregorio Dalbón, quien dijo a Télam que el crimen del jugador de Barracas Central «es uno de los hechos más trascendentes, de tortura, encubrimiento y muerte de los últimos años».

 

«Los chicos fueron esperados, emboscados, y Lucas asesinado por una brigada de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, que le armó una causa siendo todos menores de edad, que además los torturó y montó una escena en 800 metros cuadrados para urdir un plan siniestro: la impunidad de los asesinos y burlar al sistema judicial. Todo esto mientras Lucas agonizaba como un delincuente en el hospital Pena con custodia», afirmó.

 

El letrado dijo que «la impunidad con la que se manejaron todavía da miedo» y resaltó que los imputados son «todos policías de alto rango, como comisarios, subcomisarios, inspectores».

 

Al hablar del encubrimiento del crimen, Dalbón recordó el hallazgo de un arma en el auto de los adolescentes, que luego se estableció a través de pericias que fue «plantada» por los propios efectivos de la Ciudad.

 

«Los chicos sobrevivientes están con tratamiento psicológico, los padres (de Lucas), también desolados, manifiestan que ellos ya perdieron. Nada les va a devolver a su hijo, pero buscarán justicia sin venganza y con absoluto respeto por los imputados. Seremos lo que ellos no fueron», dijo.

 

«Deseo una condena justa, no ejemplar. Las condenas no deben ser ejemplares sino justas. Con eso la familia estará en paz», agregó Dalbón, quien sostuvo que el caso «es muy serio porque existen torturas, discriminación racial, placer y muerte».

 

«Será un fallo que recorrerá el mundo. Ojalá todos estemos a la altura del sufrimiento de las familias y saquemos a la luz la desidia de los policías. No sólo de los asesinos, sino de todos los que estructuraron el plan criminal para la impunidad de sus compañeros. La violencia y el odio deben acabar en la Argentina. Confiamos en los jueces del tribunal», concluyó.

 

«Les armaron una causa a los cuatro niños, todos menores de edad, los torturaron, y montaron una escena en 800 metros cuadrados para urdir un plan siniestro, la impunidad de los asesinos y burlar al sistema judicial», afirmó el letrado, quien dijo que «las condenas no deben ser ejemplares, sino justas» y que para él «será un fallo que recorrerá el mundo».

El crimen de Lucas ocurrió en la mañana del 17 de noviembre de 2021, cuando el joven y tres amigos salieron del entrenamiento en el club de fútbol Barracas Central y se subieron al Volkswagen Suran del padre de uno de ellos para volver a la localidad bonaerense de Florencio Varela, donde vivían.

Tras detenerse en un kiosco a comprar algo para tomar, los chicos comenzaron a ser perseguidos por un Nissan Tiida en el que circulaban tres policías de la Brigada 6 de la Comisaría Vecinal 4D, quienes realizaban tareas de campo en la intersección de las avenidas Iriarte y Vélez Sarsfield y no estaban uniformados ni llevaban baliza en el rodado.

Por ese motivo, los chicos pensaron que podían ser ladrones e intentaron escapar, momento en que los efectivos policiales les dispararon y dos de los balazos impactaron en Lucas, uno de ellos en la cabeza, lo que le provocó la muerte al día siguiente en el Hospital El Cruce de Florencio Varela.

Según confirmó la operación de autopsia, Lucas también tenía una quemadura similar a la de un cigarrillo en la mano derecha, que pudo ser producida «cerca del deceso», en un horario aproximado al crimen, lo que para acusación es indicativo de un acto de tortura policial.

De acuerdo con la investigación, tras disparar contra los jóvenes, los policías informaron al servicio de comunicaciones policiales que perseguían un automóvil con «cuatro masculinos con apariencia de menores, jóvenes», que «estaban armados», por lo que les cruzaron el Nissan Tiida para detenerlos.

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Foto: Julián Álvarez

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Foto: Julián Álvarez

Los cargos que afrontan cada uno de los 14 policías imputados

Comisarios, subcomisarios, inspectores mayores y oficiales de distintos rangos de la Policía de la Ciudad comenzarán a ser juzgados por distintos delitos, que van desde el homicidio agravado hasta el encubrimiento del crimen del adolescente Lucas González.

Delito: “Homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía, por placer, por odio racial, por el concurso premeditado de dos o más personas y por cometerse abusando de su función o cargo por un miembro de una fuerza policial», en perjuicio de Lucas, y “tentativas de homicidio agravado por las mismas causales; falsedad ideológica y privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin previsión de la ley» respecto de los amigos de la víctima.

Imputados:

Gabriel Alejandro Issasi (41), nacido el 31 de marzo de 1981, Inspector de la División Brigadas y Sumarios de la Comuna 4.

Fabián Andrés López (48), nacido el 15 de diciembre de 1974, Oficial Mayor de la División Brigadas y Sumarios de la Comuna 4

Juan José Nieva (37), nacido el 29 de mayo de 1985, Oficial de la División Brigadas y Sumarios de la Comuna 4

Delito: Coautores de los delitos de «Falsedad ideológica, privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin previsión de la ley, encubrimiento agravado por la condición de funcionarios públicos y por ser el delito precedente especialmente grave e imposición de torturas».

Imputados:

Daniel Alberto Santana (50), nacido el 2 de agosto de 1979, Comisario inspector del Departamento Comunal Vecinal 4.

Rodolfo Alejandro Ozán (54), nacido el 15 de octubre de 1968, Comisario de la Comuna Vecinal 4ª.

Fabián Alberto Du Santos (51), nacido el 28 de marzo de 1971, Comisario de la Comisaría Vecinal 4D.

Ramón Jesús Chocobar (48), nacido el 15 de junio de 1974, Subcomisario de la Comuna 4D.

Juan Horacio Romero (51), nacido el 23 de enero de 1972, Comisario de la División Sumarios y Brigadas de la Comuna 4.

Roberto Orlando Inca (47), nacido 20 de diciembre de 1975, Subcomisario de la División Sumarios y Brigadas de la Comuna 4.

Héctor Claudio Cuevas (50), nacido el 23 de junio de 1972, Principal de la Comuna 4D.

Sebastián Jorge Baidón (28), nacido el 7 de noviembre de 1994, Oficial de la Comisaría Vecinal 4D.

Jonathan Alexis Martínez (34), nacido el 26 de abril de 1988, Oficial de la Comisaría Vecinal 4D.

Ángel Darío Arévalos (34), nacido el 16 de octubre de 1988, Oficial de la Comisaría Vecinal 4D.

Daniel Rubén Espinosa (33), nacido el 25 de septiembre de 1989, Oficial de la Comisaría Vecinal 4D.

Roberto Orlando Inca y Héctor Claudio Cuevas también están acusados del delito de «falso testimonio agravado por haber sido cometido en una causa penal y en perjuicio de los imputados».

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Foto: Julián Álvarez

Los indignantes mensajes de los policías

Durante las primeras horas tras el crimen de Lucas González, los policías implicados en el hecho como así sus mandos superiores de la Comuna 4 de la Ciudad de Buenos Aires mantuvieron distintas comunicaciones en las que expresaron frases como “le volaron el frasco”, «lo que hicieron los polis no tiene nombre» y «encima le ponen una pistola de juguete», entre otras.

Los mensajes fueron extraídos de los teléfonos de los policías acusados que constan en un informe realizado a pedido de la fiscalía por personal de la Dirección General de Investigaciones de Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (Datip).

Del celular del inspector Héctor Cuevas se extrajeron, entre otras cosas, mensajes como “lo que hicieron los polis no tiene nombre”, “encima le ponen una pistola de juguete”, y “yo fui el primero en llegar y vi todo lo que hicieron”.

En una comunicación entre los comisarios Rodolfo Ozán y Fabián Du Santos, ocurrida a pocos minutos del crimen, el primero refiere que los oficiales de la brigada se habían mandado un “re mocazo” y que le había dicho al subcomisario Roberto Inca que “vaya y busquen lo que tenga que buscar para justificar esto”.

También Ozán se refirió a los menores en esa comunicación como que los menores “son cuatro pendejitos jugadores” y que “el tiro está de atrás hacia adelante (…) y le voló el frasco”.

Finalmente le dice a Du Santos “por qué no llamás al perro y le decís que venga a emprolijar esta cagada…”; cosa que Du Santos efectivamente hace a continuación conforme surge de los registros de su teléfono.

También se incluyó en la causa una comunicación entre Inca y una policía que le informó acerca de la muerte de Lucas en el hospital El Cruce de Varela, un día después del hecho.

De acuerdo a ese intercambio, iniciado a las 17.42 de ese día, Inca puso un emoji que «parecería ser una calavera» cuando la persona que le escribió le dijo que el adolescente había fallecido, tras lo cual agregó: «Entonces hay que prepararse».

Fuente: Telam

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