llega a EEUU la muestra sobre la violencia sexual en la dictadura
Las historias de superación de las mujeres víctimas de violaciones y abusos sexuales en la ESMA durante la última dictadura cívico militar serán expuestas desde el miércoles próximo en la sede de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Washington DC por iniciativa de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a cargo de Julissa Mantilla.
Por primera vez, la violencia sexual que los represores argentinos ejercieron sobre las mujeres cautivas en ese centro clandestino de detención en la década del ’70 cobrará forma de muestra itinerante y será testimonio al mundo, al instalarse en la Galería Marcus Garvey del edificio central de la OEA, en la capital estadounidense.
«La muestra reescribe con mirada de género el informe de la Conadep», sintetizó Mantilla en una entrevista con Télam sobre «Mujeres en la ESMA», que será exhibida durante todo marzo en esa sede regional con el objetivo de darle visibilidad a delitos que, en su mayoría, siguen impunes en la Argentina.
Los crímenes sexuales cometidos por represores recién comenzaron a juzgarse en la última década, pese a que los relatos de víctimas de violaciones ya habían empezado a denunciarse durante el emblemático Juicio a las Juntas Militares de 1985.
Sin embargo, el primer fallo que condenó la violencia sexual fue dictado recién en el 2010 en un juicio en Mar del Plata y, en la llamada causa ESMA, sucedió en el 2021 cuando se encuadró a esas violaciones entre los delitos de lesa humanidad.
Por eso, impulsar puertas afuera de la Argentina la muestra Ser Mujeres en la ESMA es, por un lado, una manera de retribuir la «valentía» de las víctimas, que se animaron a contar sus sufrimientos más íntimos, y, por el otro, una forma de devolverles esa «escucha» que les fue negada en décadas.
«Estar presentes en un ámbito multilateral nos da la oportunidad de mostrar lo que representa el Museo Sitio de Memoria ESMA y testimoniar el terrorismo de Estado basado en la desaparición de personas y el valor del consenso social como medio para transformar y visibilizar la voz de las sobrevivientes que padecieron una forma diferente de detención-desaparición», afirmó a Télam Mayki Gorosito, directora ejecutiva del museo.
Se trata de «construir memoria desde el presente, conversar entre generaciones y aportar nuevos sentidos con las preguntas que nos hacemos hoy», agregó sobre la muestra.
Porque -como reflexionó Mantilla- «es necesario hablar todo lo que haga falta» sobre estos crímenes sexuales, «es necesario hablar para sanar» y lograr revertir también ese otro sufrimiento que vino después de la ESMA, el de la discriminación y la estigmatización.
Es que, como graficaron Miriam Lewin, defensora del Público y exdetenida en la ESMA, y la escritora Olga Wornat en el libro «Putas y Guerrilleras», las sobrevivientes sufrieron «un estigma doble» fuera de los centros clandestinos: «Buena parte de las personas, incluso compañeros de militancia, opinaban que si estábamos vivas, era porque habíamos delatado y además nos habíamos acostado con los represores», escribieron.
«Ya hubo mucho silencio y los silencios, muchas veces, son cómplices de la muerte y de la violencia», planteó Mantilla, abogada y con doble rol de relatora para los Derechos de las Mujeres y para la Memoria, Verdad y Justicia.
Con esa convicción, la CIDH está elaborando un documento que fija «estándares en materia de reparación con enfoque de género», que tiene como punto de partida la «escucha» a las víctimas y que será difundido en formato de «recomendaciones» para que cada Nación pueda compensar a las víctimas de violencia de género según sus diversidades.
«La reparación empieza por la escucha respetuosa» y ese valor de «escucha» tiene «múltiples dimensiones», como por ejemplo, su exposición en Washington, analizó Mantilla.
La muestra Mujeres en la ESMA «tiene la enorme virtud de reescribir, con las historias de las mujeres, el informe de la Conadep, pionero en materia de justicia de la verdad», pero, además, su traslado a Washington es «un mensaje a la región sobre las muchas historias que todavía están impunes y sobre el enorme trabajo que debe hacerse internamente (en cada Estado) y también desde la CIDH».
Entonces, llevar la voz de estas sobrevivientes argentinas a un escenario internacional y mostrar allí la impunidad de esos crímenes sexuales cometidos por el Estado represor de la década del `70 es también una invitación al mundo a enfocar en la «violencia de género global, que perdura y continúa invisibilizándose».
Significa recuperar esas voces silenciadas, darles dimensión y visibilidad regional e intentar que esas trágicas experiencias sirvan como punto de partida para mejorar las respuestas a las víctimas de hoy.
La muestra en Argentina y EEUU
Estos relatos ya tuvieron 2 presentaciones en Argentina: una en el 2019, más enfocada en las declaraciones judiciales de las víctimas (Mujeres en la ESMA), y otra el año pasado, en una versión que incorpora la «experiencia posterior» de las sobrevivientes (Mujeres en la ESMA II, Tiempo de Encuentros).
Ahora, la exhibición que tendrá lugar en Washington es una sumatoria de esas dos, con más testimonios y contenido y que insiste en su eje fundamental de «darle voz a la denuncia de los abusos sexuales, en palabras de las propias sobrevivientes», explicó Gorosito.
«Queremos reconocer con énfasis el esfuerzo que se hizo en Argentina y darle continuidad a la lucha por visibilizar lo sufrido», insistió Mantilla, quien englobó en ese universo a «todos los movimientos» que trabajan contra la «discriminación y violencia» de mujeres y disidencias.
Por eso, se eligió presentar Mujeres en la ESMA en Washington en marzo, el mes en que se celebra a nivel internacional la lucha histórica de las mujeres por sus derechos y, en Argentina, el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia.
Estados Unidos es el segundo país en el que desembarcará la exhibición, luego de haber estado desde diciembre pasado y hasta este mes en el Museo de la Memoria de Montevideo, Uruguay, y según Gorosito, la idea sumar nuevas presentaciones en otros países, provincias y municipios.
«Es una conmemoración y un recordatorio de que, más allá de la judicialización de los crímenes de lesa humanidad y de las investigaciones, la violencia hacia las mujeres y especialmente la violencia sexual ha sido invisibilizada», advirtió Mantilla, para quien se trata de «mirar lo que pasó con los nuevos lentes de los avances en cuestión de género de los últimos años».
Como señaló Horacio Pietragalla Corti el año pasado: «Es una iniciativa que mira el pasado desde las preocupaciones del presente para iluminar lo que estaba oculto o invisibilizado y así avanzar en el conocimiento de lo ocurrido y en el reconocimiento a quienes lo sufrieron».
La muestra, impulsada por la CIDH y organizada por el Museo Sitio de Memoria ESMA, el Ministerio de Justicia y la Secretaría de Derechos Humanos de la Argentina, podrá verse desde el 1 al 31 de marzo en la Galería Marcus Garvey de la Casa de las Américas, sede de la OEA en Washington, ubicada en 17th street y Constitution Avenue.