‘Es clave controlar el corazón en la menopausia y en tratamientos de reemplazo hormonal’
Su lugar de residencia es Canadá, pero sus raíces son argentinas. Flamante presidente electo de la la Sociedad Interamericana de Cardiología (SIAC), el médico e investigador Adrián Baranchuk (55) es reconocido por ocuparse en visibilizar enfermedades desatendidas y trabajar por la atención de colectivos marginados.
Se recibió en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) en 1990 y trabajó en el entonces Sanatorio Mitre, donde se especializó en electrofisiología cardíaca. En 2002 migró a España donde siguió su carrera hasta emprender un nuevo viaje. Actualmente se desempeña en el Hospital General Kingston y, además de atender pacientes, enseña en la División Cardiología del Centro de Ciencias de la Salud Kingston, de la Universidad de Queen’s.
Virtualidad mediante, atendió a Télam-Confiar para hablar sobre los temas abordados en su trayectoria como cardiopatía dilatada chagásica, reemplazo hormonal total en la población trans y sus consecuencias, y eventos cardiovasculares en las mujeres en la posmenopaúsica; pero antes de adentrarse en sus temas históricos, se refirió al impacto de la pandemia por Covid-19 en las personas que padecen alguna cardiopatía o enfermedad cardíaca.
¿Cómo afectó la Covid-19 a las personas con cuadros de cardiopatía?
Existen múltiples estudios en el mundo sobre cuál fue el impacto de la pandemia en pacientes con enfermedades cardiometabólicas.
En ese sentido, la Sociedad Interamericana de Cardiología (SIaC), con la coordinación del doctor Ricardo López Santi de la ciudad de La Plata, publicó seis artículos con el título de “Cor-Covid”. En esta serie de artículos, lo que hicimos fue evaluar el impacto de la pandemia y de la cuarentena en los pacientes en toda Latinoamérica.
Para ello – en referencia al compilado de artículos-, en un mes se incluyeron 4.600 pacientes y se hizo una encuesta con datos demográficos, aspectos psicosociales para conocer el impacto de la pandemia y de la cuarentena en pacientes no diagnosticados.
Algunos elementos a destacar fueron: el incremento del abandono de la medicación que previene el avance de la enfermedad cardiovascular, la disminución de la actividad física, el cambio rotundo en las dietas, pasando a consumir alimentos no recomendados para pacientes con enfermedad cardiovascular y, por último, una disminución de los controles de presión arterial.
Estos factores se explican por una reducción drástica de la exposición social de los individuos que incluyó una menor atención personalizada.
¿Por qué hablamos más de Covid y corazón que, por ejemplo, de influenza u otros virus?
Porque tenemos un millón más de casos de Covid-19 que de otras patologías, y esto nos permitió en muy poco tiempo acaparar más información. Sin embargo, somos muchos los que consideramos que las lesiones que el coronavirus produce en el corazón no son tan diferentes a otras virosis o enfermedades infecciosas.
En relación a Covid quiero referirme a la famosa miocarditis post vacunación, si existe o no. La respuesta es sí, existe. Pero la incidencia de miocarditis aún en jóvenes es muchísimo menor a la miocarditis inducida por Covid-19. Por esto, desde el punto de vista científico, avalamos y apoyamos la vacunación.
En relación a otro tema que preocupa en Argentina…¿qué incidencia tiene la enfermedad de Chagas en la aparición de enfermedades cardiovasculares?
La cardiopatía chagásica tiene dos etapas: una es cuando la persona apenas se contagia y puede desarrollar una miocarditis aguda. Esto es poco prevalente, se ve entre un 7 y 10 % de los infectados de los cuales no todos los casos son severos. Después el paciente entra en una fase indeterminada y asintomática que puede durar décadas. Y hasta el 35 % de los infectados con Chagas no tratados pueden desarrollar en décadas lo que se denomina ‘cardiopatía dilatada chagásica’, donde el corazón se dilata completamente y el paciente entra en insuficiencia cardíaca, trastornos del ritmo y muerte súbita.
Los infectados de Chagas se estiman en millones y actualmente hay mucho esfuerzo puesto para mejorar esta condición. Lo que sigue sucediendo es que es una enfermedad ligada a la pobreza y a personas con mucha dificultad de acceso a diagnóstico y tratamiento. Parte de este conflicto tiene que ver con un decrecimiento en el nivel de información y educación del personal de la salud.
Usted aborda una arista todavía marginada: medicina especializada en la salud de las personas trans. ¿Qué impacto pueden tener las terapias de reemplazo hormonal total en estas personas?
Las personas trans que están en reemplazo hormonal total pueden de alguna manera tener un impacto en su salud cardiovascular por alteraciones de la electricidad cardíaca. Esto está en estudio, de hecho en nuestro laboratorio en la Universidad de Queen’s estamos trabajando con personas trans con ambos tipo de reemplazo hormonal para ver el impacto que estas drogas tiene sobre la repolarización cardíaca, un tipo de trastorno en el ritmo cardíaco.
Otro punto es que es altamente frecuente que estas personas tomen medicación psiquiátrica, ya se ansiolíticos o antidepresivos, que también impactan sobre la repolarización cardíaca, entonces en la sinergia de estos dos tipos de tratamiento (hormonal y psiquiátrico) en algunos pocos casos podría producir que los individuos estén en alto riesgo de desarrollar arritmias malignas.
Por último, ¿las mujeres posmenopáusicas tienen más probabilidades de desarrollar enfermedad cardiovascular?
Repetimos por décadas que la mujer posmenopáusica estaba en mayor riesgo de presentar una enfermedad cardiovascular y sabemos que tiene que ver con la edad en que se desarrolla y las variables y factores como ser: historia familiar cardiovascular temprana, hipertensión, diabetes, trastornos del colesterol, fumar y falta de ejercicio.
En ese combo, cuanto más temprana es la menopausia y cuanto más de estos factores de riesgo tenga la paciente, más alto el riesgo cardiovascular.
Ahora bien, durante décadas hemos tratado a la mujer menopaúsica con reemplazo hormonal no sólo para el control de los síntomas de la menopausia sino bajo la presunción de que eso mejoraba su estado cardiovascular. Esto llevó a que muchas generaciones de médicos iniciaran el reemplazo hormonal de manera temprana para obtener estos posibles beneficios.
Hoy, 2022, sabemos que esos beneficios cardiovasculares no existen y que, por el contrario, en algunos casos pueden ser nocivos, por lo que medicamos a las pacientes con menopausia con hormonoterapia sólo para el control de sus síntomas, y esto requiere monitoreo cardíaco de manera constante para estar seguros que este reemplazo hormonal no sea deletéreo para el aparato cardiovascular.