un caótico tránsito a la estabilidad
El seleccionado de Irán disputará en Qatar el tercer Mundial consecutivo, una sucesión inédita en su historia que en contraste con toda lógica de estabilidad, esconde un caótico camino de marchas y contramarchas por parte de la federación de fútbol de ese país.
Indemne al problemático contexto extrafutbolístico, el equipo iraní atravesó las Eliminatorias con autoridad y resultó el primer asiático clasificado a la Copa del Mundo, sin considerar al anfitrión, luego de adjudicarse sus grupos en la primera y segunda instancia de la competencia, con una campaña global de 14 victorias, un empate y tres caídas.
Durante el ciclo extendido entre Rusia 2018 y Qatar 2022, Irán tuvo tres entrenadores. El croata Dragan Skocic, responsable de consumar la clasificación, fue despedido el 11 de julio, readmitido días más tarde tras una revisión de la junta directiva pero finalmente desvinculado para volver a contratar al portugués Carlos Queiroz, responsable de introducir al seleccionado persa en los Mundiales de Brasil 2014 y Rusia.
Skocic, de 53 años, había asumido el cargo a inicios de 2020 con parte del camino clasificatorio realizado por el belga Marc Wilmots, quien a la vez reemplazó a Queiroz en mayo de 2019 antes del inicio de las Eliminatorias.
Pese a obtener con holgura el pasaje a Qatar, Skocic fue despedido por la Federación de Fútbol de la República Islámica de Irán (Ffiri), que ya había tenido conflictos con Wilmots «graves violaciones contractuales», según denunció el DT.
La FIFA convalidó el reclamo del belga y ordenó a la FFIRI a pagarle unos 6 millones de euros en compensación.
Los problemas continúan todavía hoy, con la tormenta ya despejada de la banca, pero trasladada hacia el plantel por la amenaza de sanción de parte de la dirigencia hacia los futbolistas que se pronunciaron a favor del reclamo por la muerte de Mahsa Amini, la joven detenida por la llamada «Policía de la Moral» por el uso incorrecto del hiyab (velo para cubrir los cabellos) en su cabeza.
A menos de un mes del inicio de la Copa del Mundo, Irán enfrenta pedidos de exclusión a la FIFA de parte de exdeportitas de su país, en desacuerdo con la política de derechos humanos, y también de Ucrania, en repudio al uso de drones suicidas contra la población civil ucraniana.
El seleccionado de Irán logró su sexta clasificación para una Copa del Mundo y asistirá al emirato con la intención de avanzar por primera vez a la fase final.
Nunca pudo hacerlo en sus cinco experiencias anteriores: Argentina ’78 (14º), Francia ’98 (20º), Alemania 2006 (26º), Brasil 2014 (28º) y Rusia 2018 (18º).
Esta vez, a diferencia de aquellas, perfila con chances concretas de ocupar el segundo puesto de su grupo detrás de Inglaterra, favorito por su condición de cabeza de serie y vigente subcampeón europeo.
Irán, primer seleccionado asiático del ranking FIFA (20º), debutará frente al conjunto inglés de Gareth Southgate, el lunes 21 noviembre a las 10:00 en el estadio Khalifa Internacional de Doha.
Gales, el otro británico del Grupo B, será su segundo rival en el estadio Ahmad bin Alí, el viernes 25 a las 7:00.
Finalmente se enfrentará con Estados Unidos, el martes 29 a las 16:00 en Al Thumama, en un partido especialmente atractivo por la tensión geopolítica que mantienen los gobiernos de ambos países.
El clásico por la paz ya tiene una antecedente mundialista en Francia ’98 que fue favorable al seleccionado persa por 2-1 en la ciudad de Lyon.
El centrodelantero Mehdi Taremi, de 29 años, con experiencia mundialista en Rusia 2018, es la principal carta ofensiva de Irán.
Propietario de los dotes básicos de un atacante de área, demostró su potencial durante la última temporada de la Primeira Liga de Portugal, en la que terminó como segundo mayor anotador con 20 tantos, seis menos que el uruguayo Darwin Núñez, exBenfica y actual futbolista de Liverpool.
El jugador del Porto ingresó al fútbol europeo para representer el escudo de Río Ave en la liga lusa, donde acumuló más de 50 goles en tres temporadas.
Entre los principales valores de Irán, tampoco deben soslayarse el experimentado lateral izquierdo Ehsan Hajsafi (32), jugador del AEK de Atens, y el joven delantero Allahyar Sayyadmanesh (21), del Hull City de la segunda división inglesa, ni el atacante del Bayer Leverkusen alemán Sardar Azmoun, titular de una impresionante estadística de 40 goles en 62 partidos con su país.