los documentales ganadores del FAB
La sección de largometrajes documentales del Festival Audiovisual Bariloche (FAB) tuvo como ganadores a «Esquí», de Manque La Banca, con una mención especial del jurado para «El Fulgor», de Martín Farina en la competencia nacional, mientras que se impusieron en el rubro binacional «Marquetalia», de Laura Linares y «El sol es la única semilla», de Esteban Santana.
El documental de Manque La Banca, de Río Negro, se extiende durante 74 minutos y narra cómo, frente a la despojada calma del turismo durante la temporada alta en la ciudad de Bariloche, surgen del subsuelo una serie de mitos, leyendas y misteriosos sucesos a través de los cuales se cuenta la represión a los pueblos originarios, de acuerdo con la sinopsis del filme.
En el caso de la producción barilochense y uruguaya «Marquetalia», de 62 minutos, Laura Linares irrumpe con una cámara en la intimidad de Elida Valdomir, única mujer con responsabilidad militar en la guerrilla tupamara.
La realizadora muestra que el final de la vida de Valdomir transcurre en un pequeño departamento en Montevideo con la sola compañía de su gata, y cómo los años de cárcel y las secuelas de la tortura viven en su cuerpo, recuerdos y mirada.
En tanto, la película chilena de Puerto Varas «El sol es la única semilla» explora, en 80 minutos y a modo de ensayo, las posibilidades del cine en pandemia, donde lo íntimo, familiar y cotidiano forma parte de una reflexión crítica sobre inquietudes humanas comunes y se transforman en una crónica diaria de la fabricación audiovisual donde se unen el pasado, el presente y el futuro.
Por otra parte, el largometraje entrerriano «El fulgor», muestra en poco más de una hora, los días previos al carnaval, mientras los gauchos se preparan para cumplir con el ritual de purificar la carne y los animales presienten la llegada del fin. Un río los separa de la gran ciudad y, satisfechos de haber completado la tarea, los paisanos se embarcan atraídos por el fulgor de las luces.
Fuera de competencia, la película invitada «Bajo superficie», de Martín Matzkin, llenó la sala de La Baita a partir de una temática que genera gran interés local: el «Nahuelito».
En busca de «Nahuelito» y a lo largo de 140 minutos, Matzkin genera una investigación subacuática para sumergir al público en las profundidades del lago Nahuel Huapi e intentar develar la cuestión.
El largometraje «Mari» se destacó entre las ofertas del festival por su impacto emotivo en los espectadores que la eligieron al tratar una temática como la violencia doméstica.
La producción porteña, que se estrenó en la competencia internacional del Bafici en 2021, en la que ganó el premio Signis como mejor largometraje, se presentó en la competencia nacional de largometrajes y narra la conmovedora historia de una mujer humilde y madura que decide dejar a su marido maltratador y pide refugio en la casa de Adriana Yurcovich, codirectora de la película junto a su hija Mariana Turkieh.
Mari trabajaba en la casa desde hacía muchos años y, a partir de la ayuda y asistencia de sus empleadores, se sobrepone a presiones sociales y familiares, recupera su voz y su voluntad largamente reprimidas para vincular su experiencia personal con una problemática colectiva y redescubrirse.
«El tema de la violencia doméstica es muy importante, si bien es un tema que ya se está hablando bastante, y también lo es todo el tiempo que ella aguantó eso y la decisión de irse de su casa para encarar otro modo de vivir», destacó de su filme Mariana Turkieh en una entrevista con Télam.
La realizadora contó que la recepción que suele tener la película de parte del público suele vincularse fuertemente a la «empatía y carisma» de Mari y que «muchas veces sucede que personas se conmuevan especialmente con el tema por tener una historia propia o de alguien muy cercano, y se movilizan mucho por ese lado».
Télam: ¿Cómo se gesta inicialmente el proyecto y cuál fue la motivación inicial?
Mariana Turkieh: Teníamos relación con Mari y nos llamó la atención que no supiéramos lo que ella estaba viviendo, a pesar de la cercanía que teníamos: por qué no hablaba de eso o por qué no se nos había ocurrido preguntar. También queríamos detenernos más en el proceso de esta persona en particular, que hace de salida de la violencia. Desde que decide irse de su casa hasta lo que se muestra hacia el final del documental. No sabíamos qué iba a pasar con ella y su situación cuando empezamos el documental, si bien ella ya tenía algo de transformación para ese entonces que nos resultaba interesante. Así que queríamos ver cómo seguía y hacer una película con eso.
T: ¿Cuál es el lugar en el documental que le quisieron dar a la escolarización de Mari y lo que tu familia la ayudaba en ese aspecto?
MT: No lo pensamos como algo importante cuando se nos ocurrió hacer la película. Pero sí ella, que ya se había anotado en la primaria. No sabíamos que para ella era tan trascendental. Así que le dimos un lugar en la película, aunque no tanto como Mari quería. Ella nos sugería escenas para poner sobre el tema, algunas cosas para grabar y muchas las tomamos, pero mucho no quedó después tras la edición. Ella quería que la acompañáramos a la escuela en cada acto importante. Poner cuando está haciendo la tarea con mi madre fue para mostrar la cercanía que tenía con ella y la dinámica que se estaba generando en la casa. Porque, además de trabajar haciendo la limpieza de la casa, todos la ayudábamos con la escuela o le festejábamos los cumpleaños y recibíamos a su familia.
T: ¿La idea de la película es también que este caso particular se traslade a una problemática más general?
MT: Mari siempre dice que para ella es importante la película y que cuente lo que ahí se muestra porque puede ser valioso para otras personas que pasan por algo similar, que les pueda servir.
T: ¿Qué es lo que más te gustó cuando viste el corte final que quizá no habías notado durante el rodaje?
MT: Todo editado se nota más la transformación que hizo, respecto de lo que la vi durante dos años de rodaje: en 82 minutos se nota mucho más y emociona mucho más. Ves cómo ella se va liberando y cambiando en su discurso, corporalidad y estética. Cómo se ríe y está más relajada. Es muy llamativo.
T: ¿Te parece que el documental puede estar destinado a un público general o que apunta a mujeres?
MT: Le puede interesar a todo el mundo, no necesariamente es una temática femenina. Noté que la van a ver hombres y mujeres en partes iguales y gusta y emociona de la misma forma a pesar de que la temática podría parecer más para mujeres.