Tecnología

Vaticinan que será habitual tener un sensor en la cabeza

Es un estallido con repercusiones muy fuertes y profundas: científicas, médicas, sociales, económicas y igualmente de seguridad nacional,

Dos expertos españoles estuvieron a comienzos de noviembre en la Casa Blanca, en Washington, convocados por el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos. El neurocientífico Rafael Yuste, catedrático de la Universidad de Columbia, y el ingeniero Darío Gil, director mundial del ámbito de investigación de IBM, alertaron en la residencia del presidente estadounidense Joe Biden de la inminente arribada de un mundo en el que los ciudadanos se conectarán a Internet directamente con el cerebro, mediante gorras o diademas capaces de percibir el pensamiento.

En ese hipotético porvenir, un cálculo podrá autocompletar la imaginación, como ya hacen los programas informáticos de procesamiento de textos con las palabras. Los primeros dispositivos, todavía rudimentarios, podrían estar en 10 años. a la traspaso en las tiendas de electrónica, según los cálculos de estos expertos.

En una entrevista publicada por el diario español, El País, Yuste dijo que «un equipo de la Universidad de Stanford ha conseguido este año (2021) que pacientes paralíticos, que no pueden {hablar}, escriban como si estuvieran escribiendo a mano, pero a almohadilla de pensar, con tecnología implantada. Ese problema, técnicamente, ya está solucionado».

«De aquí a 10 años., si hablamos de tecnología implantada, se podrá meter información de ida y revés. La tecnología implantada es muchísimo más potente, pero no la puedes traicionar en un supermercado, porque necesitas que un neurocirujano te la ponga. Siempre estará en el ámbito médico. El problema ético y social más sonado es la tecnología que no está implantada, la que no es invasiva, porque se puede comprar como si fuese electrónica de consumo, no está regulada, y puede {llegar} a toda la población», señaló.

Yuste apuntó que «la neurociencia avanza imparablemente y el pensamiento está generado por el cerebro. Cuanto más descodifiquemos el cerebro, más descifraremos la actividad mental. La cuestión no es blanco y sombrío, es un continuo. Ahora mismo con una gorro puedo investigar si estás despierto, si estás dormido, si estás atento. Con un casco, mejor. Podría {saber} qué partes de tu cerebro se están activando: la visual, la de las emociones, la sensorial. Eso hoy. En 10 años., posiblemente podrás escribir a máquina» con la mente.

Yuste advirtió que «físicamente, las señales son tan débiles que tienes que tener el sensor encajado pegado al cráneo, por ahora. No digo que no pueda ser así en el futuro. En los próximos 5 o 10 años. tendrá que ser una gorro o una diadema».

Apuntó que «tener un sensor en la cabeza será de rigor en 10 años., igual que ahora todo el mundo tiene un teléfono inteligente porque, si no lo tienes, te quedas a espaldas. Será una cosa muy popular. Tener el sensor en la cabeza te permitirá hacer grandes cosas, pero en principio perderás igualmente el control de los datos mentales».

Elon Musk impulsa un proyecto para implantar chips en la cabeza.

Elon Musk impulsa un proyecto. para implantar chips en la cabeza.

Interés de gigantes tecnológicos

Yuste reparó que en este negocio «están todas las grandes compañías tecnológicas y muchas otras nuevas. Están surgiendo como setas, porque piensan que va a ser el nuevo brinco tecnológico. Están metiéndose igualmente (los empresarios estadounidenses) Elon Musk, Bryan Johnson… Quieren ser los primeros».

«En los últimos años.», agregó Gil, «trabajábamos con las redes neuronales para temas de clasificación, como el gratitud de imágenes. Pero ahora se están creando modelos generativos: crean un texto, crean diálogos, pueden crear imágenes».

Se preguntó entonces: «La advertencia es: ¿qué es un jerga? Un jerga es, por supuesto, el idioma, pero igualmente puede ser los sistemas de la química o los entornos de programación. Nosotros hemos utilizado estos modelos para crear moléculas químicas. En el futuro, la inteligencia químico te va a ayudar a escribir el software, igual que estamos viendo sistemas de autocompletar una frase».

«Es la tormenta perfecta», afirmó Yuste. «Por un lado, viene la inteligencia químico, con estos algoritmos que pasan la prueba de Turing y los vas a tener diciéndote lo que tienes que hacer. Y esto lo conectas con el cerebro. La conexión que tenemos ahora con el cálculo de inteligencia químico, en el teléfono móvil, es todavía torpe: con mis deditos, mirando. Imagínate conectar esto con el cerebro humano. Es un estallido con repercusiones fortísimas y muy profundas: científicas, médicas, sociales, económicas y igualmente de seguridad nacional,. Por eso nos llamaron desde la Casa Blanca. Es preciso que ocurra, sinceramente. Es el progreso y será para correctamente, en general-, pero tendrá unas consecuencias profundísimas».

Fuente: iprofesional.com

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