Tecnología

Google lanza una severa advertencia: la burbuja de la IA podría llevarse por delante a todo Silicon Valley

El CEO de Alphabet, Sundar Pichai, aseguró que «ninguna empresa será inmune» a las consecuencias de un colapso en la inversión en inteligencia artificial

La creciente inquietud en torno a la inteligencia artificial (IA) escaló al máximo nivel corporativo. Sundar Pichai, consejero delegado de Alphabet (matriz de Google), encendió las alarmas al advertir que, si la actual «fiebre del oro» de la IA resulta ser una burbuja especulativa, «ninguna empresa será inmune» a sus devastadoras consecuencias, incluyendo a la propia Google.

Las declaraciones de Pichai llegan en un momento de efervescencia inversora sin precedentes. Las principales corporaciones tecnológicas, lideradas por las conocidas como las «Siete Magníficas«, desencadenó una «carrera armamentista» multimillonaria para desarrollar los mejores modelos de lenguaje generativo. Este frenesí de inversión en centros de datos, infraestructuras y talento de alto valor ha generado una montaña de apalancamiento.

La sombra de las crisis pasadas

Según datos de Morgan Stanley, la deuda acumulada por el sector tecnológico impulsado por la inteligencia artificial sobrepasa los 1,35 billones de dólares. Esta cifra estratosférica y la falta de un retorno de beneficios que la justifique están generando paralelismos inquietantes con la crisis de las hipotecas subprime de 2008.

Pichai, sin embargo, prefirió comparar la situación con la burbuja de las puntocom de la década del 90. Aunque reconoció que en la actualidad existen «elementos racionales, aunque también irracionales» en la inversión, defendió que, al igual que ocurrió con internet, la IA es una tecnología cuya importancia no se cuestionará en el futuro.

Sundar Pichai

Un pilar frágil para la economía

La capitalización bursátil de las tecnológicas, como Alphabet, que duplica el Producto Interno Bruto (PIB) anual de España tras incrementar su valor un 50% en el último año, se sustenta en gran medida en las promesas de productividad de la inteligencia artificial.

Este peso se ha vuelto crucial para la economía estadounidense, ya que más de la mitad del crecimiento del PIB reciente y el 75% de los beneficios de Wall Street provienen de las expectativas depositadas en la inteligencia artificial. Si la prometida revolución productiva no se materializa pronto, los analistas temen un colapso que arrastraría consigo gran parte de los mercados financieros.

A este panorama se suma un cuello de botella geopolítico: el acceso a materias críticas. China, más allá de su propio desarrollo tecnológico (como DeepSeek o Alibaba), controla la mayor parte de las tierras raras esenciales para las cadenas de producción de IA y la computación cuántica, lo que añade una capa de vulnerabilidad a la dependencia tecnológica de Occidente.

Fuente: iprofesional.com

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