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Cap’n Jazz, una rareza en Buenos Aires

Oriunda de Chicago, la banda grabó un único disco hace tres décadas, pero que se convirtió en obra de culto y acaba de ser reeditada.

El cuarteto Cap’n Jazz es un grupo icónico en ese encuentro entre el emo y el post hardcore. Con tan sólo un álbum de estudio supo dejar un legado invaluable, así como construir el culto que gira en torno a ellos. Esas dos razones son las que los traen por primera vez a Buenos Aires, más específicamente a Niceto Club (Niceto Vega 5510), este lunes 10 a las 20. Y realmente será una oportunidad única, por no decir la única, a razón de la inestabilidad que atraviesa a su historia. “Como buen admirador de Jorge Luis Borges que soy, sobre todo de sus cuentos, siempre quise estar allá”, despacha al otro lado del zoom Tom Kinsella, cantante de la banda de Chicago. “Hace unos 30 años que lo leí por primera vez, y luego, cuando daba clases de escritura creativa en la facultad, empecé a divulgarlo entre mis alumnos”.

-A propósito de eso, ¿cuánto influyó Borges y la literatura en general en las letras de la banda?

-Las letras de Cap’n Jazz las escribí cuando era muy joven, a los 19 años. Ahora que tengo 51, me parece que son muy antiguas. Con el paso del tiempo, las noto más austeras y menos ingeniosas. Aunque la esencia lúdica se sigue estando. De todas formas, confío lo suficiente en mi sensibilidad y mis gustos como para no tomármelas demasiado en serio. No me preocupa si suenan importantes o significativas. Es música, ¿sabés? La música puede contener la emoción, y luego la letra la matiza de una forma u otra.

Este año se cumplen tres décadas del lanzamiento de su único álbum, cuyo título es tan largo (es una oración de casi tres renglones) que para facilitar su marketing se sintetizó como Shmap’n Shmazz. A propósito del aniversario, en enero pasado apareció una reedición resmaterizada, lo que disparó la posibilidad de que el grupo de Chicago volviera a salir de gira. “Sólo tenemos ese disco y algunas grabaciones de canciones inéditas (reunidas en el compilado Analphabetapolothology, de 1998)”, explica el también artista conceptual, escritor y cineasta, quien cofundó la banda con su hermano Mike en 1989. “Así que no tenemos muchas canciones para elegir. Todos somos mejores músicos que cuando las compusimos. Sin embargo, no deja de sorprendernos cuando tocamos esas canciones: las compusimos a los 16 años…»

-Seguramente sos consciente de que son una banda particular, en un género y un ambiente que de por sí son singulares.

-Sí, lo sé. No estaríamos haciendo esto si no hubiera demanda. Así que estamos muy agradecidos de que la gente siga descubriéndonos y de que de alguna manera conecte con nosotros. Somos muy afortunados.

-Se separaron tras la salida de ese único disco, y desde entonces se reunieron en tres ocasiones, incluyendo ésta. ¿De qué dependió cada juntada?

-La respuesta es muy simple: la gente sigue comprando ese disco. Seguimos viendo una oportunidad ahí, lo que nos permite mantener nuestros proyectos musicales paralelos. De paso, ayuda a un par de nosotros a mantener a sus familias, y al resto a salir de los problemas económicos en los que estamos. Por supuesto, también nos motivan esas caras de felicidad que vemos en los recitales, al igual que tocar estas canciones divertidas. No me puedo quejar, éste es un gran trabajo.

-¿Estás de acuerdo con que llamen post hardcore a su música?

-La verdad es que no estoy muy al tanto de eso. Sigo mucha música nueva, pero no del tipo indie rock o emo. Sólo escuchar esos nombres me aburre porque suenan a algo de hace 30 años. Hoy me gustan más el techno, la electrónica y la música espiritual.

-¿Qué opinión tiene para vos la canción en esta época como amplificador ideológico?

-Está ahí para quien tenga la inteligencia o el corazón para aprovecharlo, pero no sé si la gente la está usando de la misma manera. Siempre me da un poco de vergüenza ajena cuando veo a una banda y pienso que no creen en nada. Sobre todo con la pesadilla política que se vive en Estados Unidos ahora mismo. Quizá por eso no me interesa mucho el rock actual, porque me da la impresión de que no reconocen la realidad de lo que está pasando ahora.

-¿Grabarán alguna vez otro disco?

-El impulso de crear música nueva sigue siendo el mismo de siempre. En mi caso, estoy terminando un disco en solitario ahora mismo. No sé qué pasará con Cap’n Jazz porque como banda siempre tuvimos muchas tensiones. Pero ahora que somos adultos y estamos más relajados, simplemente lo pasamos genial juntos y es muy gratificante poder disfrutar de la compañía mutua y de tocar estas canciones. 

Fuente: Pagina12

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