Espectáculos

Sexteto Fantasma: «Hacemos todo a pulmón y apostamos por lo nuestro»

La candidatura, que se dirimirá el 13 de noviembre en Las Vegas, es por su disco «La inevitable tentación de ir a contramano». «Lo más importante que teníamos en la cabeza era hacer canciones nuevas, melodías nuevas y letras que hablaran de nuestra realidad», señala Guido Iacopetti, guitarrista, compositor y arreglador de la agrupación.

Con más de quince años de recorrido por el under tanguero e independiente de Buenos Aires, el Sexteto Fantasma llegará ahora a las luces de Las Vegas. Es que el grupo de tango y música popular argentina fue nominado a los Premios Grammy Latinos 2025 en la categoría “Mejor álbum de tango” por su disco La inevitable tentación de ir a contramano (2024). “Es una satisfacción tremenda la nominación”, resalta Guido Iacopetti, guitarrista, productor, compositor y arreglador del grupo. “A la gente le importa mucho este tipo de reconocimientos, pero la música sigue siendo la misma. Nosotros no hicimos un disco para estar nominados a los Grammy; hicimos el disco que queríamos hacer, que es lo que venimos haciendo desde hace años. Y de repente de tanto martillar y hacer lo nuestro se fueron abriendo puertas”, dice Iacopetti, quien asistirá junto al cantante Rodrigo Perelsztein a la ceremonia de premiación el 13 de noviembre en MGM Grand Garden Arena, Las Vegas, Estados Unidos.

“También habíamos quedado nominados a los Gardel por un tema del disco y ganamos un premio en Tango Siglo XXI. Es un montón lo que pasó con este disco, estamos felices. Lo de los Grammy fue inesperado, pero también era una posibilidad”, amplía Iacopetti. “En estos casi 17 años hicimos de todo, videos, giras, milongas propias (La Ventanita de Arrabal), siempre produciendo todo a pulmón y apostando también por nuestro sonido, nuestra música, sin copiar a ninguna orquesta antigua ni de las que estaban sonando cuando empezamos. Decidimos tomar el camino de hacer lo nuestro y a veces es más difícil que dedicarse a hacer algo que ya está establecido”, sostiene el guitarrista y compositor. “Nosotros, por ejemplo, le metimos trompeta con sordina y guitarra de jazz al tango y jugamos con folklores diferentes”.

El grupo que completan Ezequiel Agüero (piano), Matías D’Amico (contrabajo), Sofía Calvet (bandoneón) y Daniel Mayor (trompeta) se presentará el 21 de noviembre en La Fábrica en Vivo (Fitz Roy 1245). “Era la sala mítica de Charly García”, dice Iacopetti. De alguna manera, el nombre el disco, La inevitable tentación de ir a contramano, refleja una intención política, ética y artística. El Sexteto Fantasma apuesta el camino propio y va a contramano de las lógicas del mercado y la industria. “Siempre fue una premisa hacer nuestro camino. A veces es el camino más difícil porque es el más largo, nos llevó mucho tiempo tener algún tipo reconocimiento”, resalta. “Pero también la realidad es que nos despertamos y nos dormimos pensando en música. No somos influencers, no es nuestro ambiente tampoco. Somos buenos haciendo nuestra música y tuvimos la suerte de tener el convencimiento de hacerlo”.

-¿Esta nominación es una posibilidad para que se les abran nuevas puertas y expandirse a nivel internacional?

-Nosotros hemos viajado mucho, ahora lo hacemos en formato dúo. Pero también cuando viajamos solemos trabajar mucho en el ambiente del baile. Con este disco empezamos a pensar en shows más para teatros, con cuerdas, bloques de percusión e invitados. Hay diferentes estilos musicales en nuestros shows, no solo tango. Desde lo musical el sexteto está enfilando como para ser un grupo más para escuchar en un teatro. No tanto para bailar. Además, suelen venir invitados que están en el disco, como Julián Kartún, Tano Marciello, Los Nuñez, Paula Maffia, Juan Villareal, Cucuzza Castiello y Natalia Martínez.

-¿La búsqueda actual tiene que ver con expandir el sonido del tango o abrirse a estilos latinoamericanos y folklóricos?

-Sí, la idea de este disco era jugar con los folklores de todo América, desde Argentina hasta Estados Unidos, por eso también hay corridos mexicanos y música brasilera. Pero también eso fue algo que hicimos desde el principio. Cuando arrancamos éramos músicos que proveníamos de diferentes estilos: música brasilera, jazz gitano, rock, heavy metal, música peruana. Nos encanta todo tipo de folklore. Entonces, fue natural aplicarlo, es la manera que nos sale. Nunca lograremos ser una orquesta clásica que toca el tango del año ’40 o el tango de Pugliese.

-¿Les abrió o cerró puertas en el circuito tanguero el hecho de entender el tango de una forma más amplia?

-Cuando empezamos, toda la generación de gente más grande que nosotros, como El Arranque, la Fernández Fierro o 34 Puñaladas (ahora Bombay Bs. As.), nos abrió las puertas. También con la milonga que teníamos tocábamos una vez por semana e invitábamos a todos estos grupos. Entonces, tuvimos una relación cercana con todos los músicos de entrada y también con los bailarines. No hubo mucha distancia para que nos odiaran, porque nos conocíamos y estaba todo bien. El tango es un lugar social que tiene un montón de cosas buenas. Con nosotros el ambiente siempre fue muy benévolo y nosotros también le dimos un montón de cosas a la movida.

También aportaron un repertorio nuevo al tango de este siglo. ¿Era una premisa importante la composición propia?

-Sí. Es más importante que todo lo instrumental. Lo más importante que teníamos en la cabeza era hacer canciones nuevas, melodías nuevas y letras que hablaran de nuestra realidad. Fue una sorpresa que los temas lo empiecen a grabar otros grupos. «Felicidad», por ejemplo, es un tema que tiene un montón de versiones. La grabaron orquestas y grupos de otros países. Eso es re loco.

-¿Y cómo ves en líneas generales el tango del siglo XXI?

-El tango nuevo siempre es jugado o va al frente. Quizás hemos vuelto a que la gente joven quiera tocar como las orquestas del ‘40, porque ahí tenés más laburo rápido. Me preocupa un poco eso. Pero también veo grupos que me dan esperanzas. Hay un montón de data que permite que sea más fácil estudiar y aprender. Hay cosas muy positivas, pero todavía sigue siendo una lucha constante. En el tango se forma mucho el instrumentista y arreglador, pero quizás no se forma tanto lo creativo; lo de generar nuevos sonidos y experimentar con el estilo. Y es difícil cambiar ese chip cuando estudiás en la academia. Esas cosas pueden mejorar en el tango y abrir más la cabeza. Pero estamos en buen camino. Hay buenos grupos y buena calidad.

Fuente: Pagina12

Comentarios de Facebook

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba